jueves, 16 de diciembre de 2010

Regalos Navideños

Como todos los años, las bicicletas y las muñecas Barbie encabezan los rankings de los regalos preferidos en estas fiestas. Me llama la atención el caso específico de la Barbie, puesto que es un ícono entre los juguetes: creada hace más de medio siglo impuso la moda entre las niñas de jugar con una muñeca de apariencia adulta, delgada, pelo rubio y liso (“pelolais” por excelencia), bien vestida, con glamour, auto convertible, novio, mansión rosada con chimenea, cuyo estilo de vida se asocia al jet set de la Costa Azul. Sin embargo, esta Barbie de vida hollywoodense termina su existencia en la Feria de la Avenida Argentina de Valparaíso, de todos los domingos, junto a otros cachureos, viejas herramientas, repuestos de automóviles, jaulas de pájaro, coloridos adornos para el hogar, toallas, banderas, y un innumerable etcétera. Pobre muñeca, tras un pasado feliz, descansa humillada, ya sin sus típicos y elegantes vestidos, completamente desnuda, sobre un viejo mantel, toda despeinada, y con rasgos de suciedad en su descolorida piel de plástico. Pese a que aún mantiene su delgadez, que tanta polémica generó en su momento, la vida de esas muñecas Barbie son el reflejo de lo que sucede con muchos de los productos que se compran y adquieren en estas festividades.

Por lo mismo, vale preguntarse si tiene algún sentido el consumo en exceso e irresponsable de productos, más aun en una celebración de origen cristiano, cuando justamente las enseñanzas del verdadero protagonista, y no me refiero al viejo pascuero, apuntan justamente en sentido contrario.

Una Navidad responsable se centra en un consumo ético y solidario, y no en un consumo por el consumo, y tiene además, un impacto en el bienestar colectivo, ya que nos aleja de la búsqueda de la felicidad material, y nos concentra en la exploración de nuestra propia tranquilidad espiritual y de nuestra propia calma colectiva. Este cambio de actitud es el que nos propicia una relación sana con nuestro propio ambiente, con nuestra ecología, y con nosotros mismos, con nuestra propia biología. Entonces dejaremos espacio para disfrutar de nuestra propia existencia y de la de todos. Una cena de Navidad, con nuestros seres queridos, donde rescatamos el valor de la familia, sin grandes distracciones ni preocupaciones, es el mejor regalo que nos podemos conceder.

Deberemos entonces aprender y educar en torno al consumo, ya que una manera responsable de consumir es un activo fundamental para una vida responsable. Porque más consumo no nos hace más felices, sino más intranquilos. Es que la felicidad que anhelamos, sobre todo en Navidad, es la tranquilidad que fácilmente podemos encontrar en una vida espiritual. Un consumo irresponsable siempre conllevará la codicia de aspirar a poseer aquello que no tenemos y a ser aquello que no somos. Y de esa forma perdemos tranquilidad. Así es la vida, la rutina y lo irrelevante hoy se nos impone lamentablemente, desperdiciando lo esencial de la Navidad, aquello que en el tiempo será inventariado como registro vivo de un pasado y de una vida que nos demuestra cuán feliz fuimos sin siquiera habernos enterado.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Talento Chileno

Como me llamó profundamente la atención el nombre del programa “Talento Chileno”, decidí verlo un día. En él, diferentes personas realizan muestras de diversas artes escénicas, sin una preparación profesional y desarrolladas más bien en sus tiempos de ocio, para que, supuestamente un jurado relativamente instruido, decida quién tiene cierto futuro cantando, bailando, o realizando un número de variedades. Por cierto que el programa de televisión hace recordar al antiguo “¿Cuánto vale el show?” pero en una versión 2.0, con ingredientes de reality show, copia, a pequeña escala, de Britain’s got Talent o de America’s got Talent.

Una de las pocas cosas rescatables e interesantes del programa, es que los tres jurados, al opinar, llegan al mismo lugar común: “no basta con tener talento, hay que trabajar duro y con esfuerzo cada día pero perfeccionar lo que se hace”, o frases similares. El programa tiene como premisa la existencia de talentos en personas anónimas, y que al ser descubiertas podrían desarrollarse con un esfuerzo posterior. Sin embargo, no define si los participantes nacieron con el talento, o éste fue desarrollado, al menos incipientemente y de manera doméstica por cada uno.

Un estudio de K. Anders Ericsson publicado en 2007 y titulado “The Making of an Expert” afirma que para tener éxito en alguna actividad, se requiere trabajar en ella al menos unas 10 mil horas. Vale decir, 5 años de esfuerzo a 40 horas semanales, o 10 años a 20 horas, o cualquier otra proporción. Por lo mismo, para este autor no existe el talento o genialidad natal, genética por así decirlo, sino que el talento sólo es parte del desarrollo y esfuerzo de cada uno.

Si bien su teoría es muy interesante y la prueba con diversas personas de la historia científica y artística de la humanidad, se contrapone a otros autores que señalan que las personas nacen con una predisposición hacia ciertas competencias. Esto, que podríamos definir como características innatas o aptitudes permite el destello de la vocación, del llamado, de la voz, que nuestro propio yo, inspirado, nos hace hacia determinadas actividades, actitudes y conocimientos.
Personalmente soy un convencido de que si las aptitudes o características innatas son desarrolladas y bien orientadas por un período prolongado de tiempo, los frutos serán definidos como logros de un talento o simplemente genialidad. Es decir, el talento es el resultado de una aptitud desarrollada. Prueba de lo anterior, es que un medio ambiente favorable e idéntico para el desarrollo de determinadas competencias en un grupo de hermanos, generará resultados diferentes según cada uno de ellos. Pregunto: ¿fueron talentosos en igual disciplina y proporción los hermanos de connotados genios de la ciencia y de las artes?

Por todo lo anteriormente expresado, trabajar en el desarrollo de oportunidades en una sociedad es fundamental. Prefiero no pensar cuánto talento se pierde en Chile porque no existen las condiciones para desarrollarlo. Pero tengo claro que cada día existen más y mayores oportunidades. Estoy convencido de esto.

viernes, 12 de noviembre de 2010

IPC y proyecciones

Con alegre sorpresa el mercado se informó sobre el IPC del reciente octubre, que alcanzó un 0,1%, cifra inferior a las proyecciones que se encontraban en el rango del 0,3 al 0,5%. Rápidamente se concluye que la UF tendrá una mínima variación en este mes, y todo aquello sujeto a la variación de dicha unidad de medida, como las cuotas de créditos hipotecarios que serán indexados en igual mínima proporción, lo que es un alivio para el presupuesto familiar. Adicionalmente, este bajo IPC permite augurar el cumplimento de la meta inflacionaria para este 2010, situada en un 3,9%, ya que a la fecha la inflación acumulada en los primeros diez meses alcanza tan sólo a un 2,8%, proyectando de esta forma una inflación anual cercana al 3%. Esta cifra se traduciría en que los precios de muchos productos que se reajustan por IPC anual, tales como arriendos, alquileres, aranceles educacionales, etc. y las remuneraciones, deberían tener una variación para el próximo año en torno al 3%.

El IPC de octubre podría traducirse en un respiro para el Banco Central en su estrategia de aumentar la Tasa de Política Monetaria. Tras cuatro aumentos consecutivos de 0,5 puntos base y un último aumento de 0,25 la actual TPM alcanza ya un valor de 2,75%, por lo que la inflación controlada, demostrada por el bajo IPC, podría traducirse en mantener la TPM sin alzas por al menos un bimestre fomentando el consumo.

Sin embargo, el análisis detallado de la inflación nos indica otra cosa. La disminución en el precio del dólar ha facilitado la disminución del valor de las importaciones, así como los productos nacionales con materias primas importadas. La disminución del precio final de los productos, no necesariamente dependerá del valor del dólar, sino de su situación de mercado, empero el precio de los productos importados tiende a disminuir de todas formas. Como el precio del dólar debiese mantenerse ya estable en su actual valor, entendiéndole como el piso para al menos los próximos doce meses, los bienes importados no deberían disminuir su precio en gran magnitud, lo que no permitiría equilibrar la inflación por un período prolongado.

El eventual riesgo de una mayor caída del dólar, podría venir de la mano con las proyecciones del precio del cobre, que lo estarían situando en elevados valores récord. Pero esta situación vendría acompañada con un alza no sólo de este metal, sino de los commodities en general, lo que incluye, entre otros, al precio del petróleo, equilibrando la baja del precio de las importaciones con el alza del precio del petróleo.

Por lo tanto, como no se contará con bajas en importaciones, el Banco Central debería continuar con su estrategia de alzar la tasa de interés en 0,25 puntos base, previniendo así la inflación que podría enfrentar la economía chilena en 2011. De esta manera, las proyecciones de IPC para el próximo año se deberían situar en un 3%, meta realista y saludable para nuestra economía.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Debates y Familia

Durante estos días se está llevando a cabo el II Torneo Internacional de Debates que organiza la Universidad Santo Tomás. Equipos de estudiantes de diversas universidades de Latinoamérica están compitiendo defendiendo con argumentos sus posturas en diversos temas de interés. Atrayente resulta observar la preparación de cada integrante, la colaboración y el trabajo en equipo que demuestran, y por supuesto, el espíritu de sana competencia que posee el torneo. Pero de todo lo observado, el desarrollo de torneos de debates como éste, y su preparación al interior de los equipos, permite desarrollar diversas competencias entre los estudiantes, entre las que destaca la preparación de líneas argumentales para debatir y defender sus posturas, sus líneas de pensamiento.

La reflexión facilitada por lo anterior, es si en nuestra sociedad, en nuestra comunidad, existen instancias de diálogo donde se puedan debatir grandes ideas. Da la sensación que cuando se debe debatir, cuando se requiere conversar y dialogar, buscamos cualquier excusa para no hacerlo. Preferimos incluso postergar la conversación, o tratar de negociar o transar, antes de poner un tema en el tapete y dialogar en torno a él. Como barrio, ciudad, región y como país tenemos una serie de temas pendientes. Desde problemas de estacionamiento en el plan de una ciudad, hasta si se concede salida al mar a un país vecino y bajo qué términos. Por otro lado, cuando surgen temas a raíz de una serie de reseñas, muchas veces las posturas apuntan, no sólo a no dialogar, sino a defender opiniones extremas bajo ningún argumento.

Pues bien, el desarrollo de competencias vinculadas a la capacidad de argumentar y dialogar, que tan bien se logran en torneos de debates, tiene su origen en la familia y en el colegio. El educar con un simple “No” a una determinada conducta, sin los argumentos que explican la negación que demuestran el por qué no se debe desarrollar la conducta, apunta en línea contraria, mientras que la conversación con respeto frente a posturas diferentes dentro del hogar y del colegio, facilita el diálogo, la construcción de evidencias, la capacidad de análisis, la empatía, el respeto, y el desarrollo de la personalidad basada en la tolerancia.

Por lo mismo, si deseamos construir una sociedad donde reine el diálogo y la tolerancia a divergencias de pensamiento, muy necesario por cierto en la formación de los futuros profesionales y ciudadanos globales, es fundamental no sólo la consolidación de programas de debates en instituciones de educación superior, sino además el generar espacios de conversación en el hogar, donde sus integrantes puedan dialogar sobre lo que les pasa, y sobre lo que pasa, intercambiando opiniones. Por diversas razones cada vez existen menos momentos de conversación dentro del hogar, pero los que hay, o los que hay que generar, deben de cuidarse como un tesoro familiar, de unión y de formación.

jueves, 14 de octubre de 2010

Rescate Rentable

Probablemente en los próximos días las autoridades de gobierno darán a conocer el costo total de la operación San Lorenzo, que rescató a los mineros de la profundidad de una mina colapsada. Dicha cifra será analizada y comparada de diversas formas y métodos, con lo gastado en otras operaciones como las relacionadas al maremoto y terremoto de principios de año. No siendo confrontables, pues todas tenían por objeto salvaguardar la vida humana, no me cabe duda que el costo unitario de la Operación San Lorenzo será ampliamente superior a cualquier otro rescate acontecido en Chile. Esto no sólo por el elevado numerador del cálculo, sino también por el reducido denominador: 33. Pues bien, la cifra gastada se justifica plenamente por el hecho de salvar una vida, por lo que más se justifica cuando se refiere a la de treinta y tres personas. Pero podríamos hacer el ejercicio de no considerar aquello y buscar otro argumento. Y lo hay.

El actual gobierno tiene una capacidad de comunicación admirable, y prueba de ello fue la impecable transmisión de la operación de rescate, con todas sus emociones, desde diversos ángulos y perspectivas, como si se tratase de un programa de televisión global. Las imágenes oficiales subidas al satélite y de libre disposición internacional fomentaron la amplia cobertura mundial. Como televidente uno podía observar la maratónica transmisión “en directo” de diferentes medios importantísimos a nivel internacional, así como en calidad de internauta se podía apreciar el streaming en diversos medios. En muchos países la transmisión del rescate superó en rating a los programas de televisión locales líderes en sintonía, así como diversos medios compararon el rescate con acontecimientos históricos como la llegada del hombre a la Luna. Por poner una cifra de todas las que están en mi escritorio: la transmisión fue vista por un 25% más de audiencia que el mundial de fútbol de este año.

Por lo mismo, ¿cabe duda de que la imagen de Chile en el mundo no cambió? ¿Qué atributos como nación mostramos durante el rescate? ¿Coraje, valentía, esfuerzo, calidad, perseverancia, tecnología, capacidad, valores, etc.? Ignoro cuáles pues habría que realizar una investigación de mercado para detectar los atributos de imagen, pero no me cabe duda que hoy la imagen de Chile es mejor que la de hace una semana. Y eso tiene un valor económico importante, pues Chile vende bienes y servicios al mundo bajo una marca país, la cual hoy vale mucho más, y ese valor adicional supera ampliamente la cifra del rescate, aun desconociéndola, aun ignorando que por el sólo hecho de salvar una vida ya está más que justificada.

Sin embargo, lo más interesante de esto, y lejos lo más admirable del equipo de gobierno, es que esta altísima rentabilidad se asocia siempre a un enorme riesgo: ¿qué hubiese sucedido si el rescate hubiese fallado ante cientos de millones de espectadores? El gobierno tuvo la capacidad de evaluar el riesgo y jugársela por una operación a nivel mundial que agregó valor a la marca Chile.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La desconfianza vale oro

La crisis financiera mundial acontecida hace ya un par de años, y sus efectos que aún vivimos, ha dejado ver que las finanzas internacionales en un mundo globalizado son demasiado frágiles, sobre todo si las finanzas nacionales de muchos países que asumíamos sólidas, eran lo suficientemente frágiles como para no contener debidamente una crisis financiera y económica. De hecho, la desconfianza en las economías de determinados países continúa, existiendo fugas de capitales e inversiones hacia otras más sólidas, o, lisa y llanamente, hacia activos de inversión más estables aún como el oro.

El oro es un activo de inversión. Se puede comprar y vender como si fuera un kilo de tomates, con ciertas diferencias que el ejemplo no ameritó en detalles. Una de ellas es el costo de manutención, vinculado a aspectos de seguridad y otros. En estricto rigor, el precio de este activo, como el de todos, depende de su oferta y de su demanda. La oferta de oro depende de la cantidad de oro disponible en el mercado, la que aumenta en aproximadamente 4.000 toneladas de oro cada año. El 60% de dicha cifra es extracción anual, alrededor de un 5% proviene de la venta de oro de bancos centrales o instituciones afines, y el 35% restante corresponde al reciclaje de joyas antiguas. De esta oferta, se demanda un 70%, vale decir 2.800 toneladas de oro al año para joyería y otros productos específicos, quedando 1.200 toneladas de oro para la inversión.

La demanda por oro en inversión está vinculada a la confianza que tiene el inversionista por otros activos de inversión. Por tanto, cuando visualiza escenarios complejos en renta variables (mercados bursátiles por ejemplo), o cuando la rentabilidad de la renta fija es baja (tasas cercanas a cero), qué mejor refugio que comprar oro. Pues bien, como tales condiciones se han dado en los últimos años, y el precio de la manutención del metal se ha mantenido relativamente constante, el precio ha aumentado de sobremanera, más de un 500% en 10 años, lo que resalta si lo comparamos con otras alternativas de inversión con rentabilidad negativa en igual período de tiempo.

Entonces una manera de explicar el aumento sostenido en el nivel de precio del metal es el escenario incierto de la economía mundial, donde muchos países del mundo desarrollado, tales como Estados Unidos o los que están en la costa norte del Mediterráneo están mostrando serias dificultades en su reactivación. También se podría argumentar el alza del precio bajo premisas asociadas a una burbuja, como la acontecida en el sector inmobiliario hace unos años, o con las “punto com” hace ya más de diez. Pero a mi entender el alza en el metal responde a la hipótesis de la falta de confianza, hoy trasladada a las monedas y a la necesidad de aumentar las reservas de oro de bancos centrales de economías emergentes, lo que haría del oro, más que un adorno orfebre, un seguro frente a la incertidumbre de los años venideros.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Lección del Bicentenario

Desde hace casi un lustro que diversas instituciones, públicas y privadas, han venido organizando diversas actividades y obras para conmemorar el bicentenario patrio. Desde eventos sociales y artísticos, hasta obras civiles que conmemorarían este aniversario. Sin embargo, muchas de estas acciones no se realizaron, ya sea por errores en la planificación (plazos, costos) o por penosos infortunios de este año 2010, que han dado muestra de nuestra rabiosa geografía. Es que muchas veces lo pensado no resulta plasmado en la realidad, no por errores voluntarios, sino por destinos sorpresivos que hacen de un plan, un recuerdo de aquello bien intencionado. Dice un dicho “cuéntale a Dios tus planes, que Él se reirá de ellos” y otro más popular “el hombre propone y Dios dispone”.

Nuestro país este año se ha visto enfrentado a durísimas situaciones, entre las que destacan el terremoto y el maremoto de febrero, y la situación de los mineros atrapados a cientos de metros bajo tierra en la mina San José. Estos hechos han marcado el año, y sin duda han generado interferencias en lo que se pensó iba a ser el festejo del bicentenario, desviando recursos de la construcción en función de la reconstrucción, retardando planes y modificando la agenda pensada con anterioridad.

Sin embargo, estas realidades han generado en nuestro país una solidaridad como valor central del bicentenario. Hemos sido testigos de claras muestras de ella en el actuar de muchos, y en general, la fraternidad ha propiciado un ambiente nacional de unidad, como pocos años se ha visto. Es que la solidaridad no sólo constituye la base de una comunidad, sino que hace de ella, en este caso de nuestra patria, una gran familia. Una comunidad con “consciencia de familia” produce un clima de unidad, de afecto entre quienes la componemos. Surge, quizás, de la compasión, aquella fraternidad nacida de la empatía al ver a otro miembro sufriendo, y a partir del dolor y del reconocimiento de la dignidad de quien lo carga, la solidaridad nace como el verdadero amor, aquél que no busca nada a cambio, que es ajeno a recompensas, que entrega, que se entrega, que sólo da.

En medio de innumerables ejemplos de un creciente individualismo en nuestra sociedad, la solidaridad expresada durante este año nos entrega un bálsamo de civilización, un oasis de esperanza donde el egoísmo no tiene refugio. Por lo mismo, la lección del bicentenario se orienta a generar en nuestra patria una permanente “consciencia de familia”, acercándonos al otro sin prejuicios, buscando siempre el diálogo como en la mesa del hogar, y todo, gracias a lo azaroso del destino. Por lo mismo, y tanto que se ha discutido en torno al bicentenario y al recuerdo que de él la historia narrará, no hay mejor descripción de este año que la solidaridad y generosidad que durante él se ha concebido, propiciando quizás, registrar en la historia, y en la “cápsula del bicentenario”, que la solidaridad es nuestra esencia de nación en este 2010.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Vocación Exportadora

Por diversas circunstancias asociadas a la recuperación de la economía mundial, el precio del dólar ha tendido a disminuir. Esta variación en el tipo de cambio se ha apreciado con mayor notoriedad en las últimas semanas, donde el precio del dólar ha llegado a estar en torno a la barrera psicológica de los 500 pesos. Es más, en los últimos días dicha barrera fue sobrepasada transándose cerca de los 495. Esta situación a ojos de muchos, representa una gran oportunidad, por ejemplo, para viajar. Otros se contentan con este precio, porque el valor de los artículos importados también debería de disminuir, aun cuando esto no necesariamente es cierto. La razón es que los precios de los productos son establecidos por el mercado, pudiendo entonces beneficiarse con la baja del dólar el importador, mas no necesariamente el cliente final.

Lo que sí está claro es que los exportadores se ven perjudicados. El precio de venta de sus productos generalmente está establecido en dólares y como la mayoría de sus costos son en pesos, la utilidad se ve mermada. La pregunta que entonces surge es si el Estado de Chile debiese intervenir, para una vez decidido lo anterior, establecer el precio en el cual se actuaría.

Como bien saben los lectores, mi postura siempre es pro mercado. Sin embargo, considero que el mercado de esta divisa es diferente, donde claramente se justifica la intervención estatal. El argumento central aquí se basa en la “vocación exportadora” de la economía chilena. Chile, bajo el punto de vista económico, se define como una economía pequeña por lo que para poder crecer necesita de la interacción con otras economías, todo esto explicado en palabras simples. Por lo mismo, la economía chilena se define, además de pequeña, como abierta, puesto que esta interacción permite acceder a productos importados de mejor calidad y precio donde nosotros no poseemos determinadas ventajas, y simultáneamente exportar productos donde claramente sí las poseemos. Prueba de esta postura son los tratados de libre comercio y variados acuerdos comerciales. Por tanto, si Chile optó por ser una economía abierta, debe potenciar su industria exportadora. No protegiéndola en extremo, pero sí al menos resguardando la base de la matriz de exportación, propio de su esencia de economía, ya que las fluctuaciones del dólar afectarían a las industrias con vaivenes que impedirían la inversión que ella requiere.

En cuanto al precio en el que el estado debería de intervenir, éste debe considerar a la economía en su conjunto. Si bien las empresas mineras podrían manejarse en torno a un dólar cercano a $430 pesos, el valor que a mi juicio debería gatillar la intervención debiese estar en los $480, valor que permite la subsistencia de empresas exportadoras de diversos rubros y tamaños, sin perjudicarlas en su inversión, ni en el empleo que generan. Velar por el cuidado del sector exportador, es resguardar a nuestra industria de los subes y bajas de la economía mundial.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Industria Televisiva

La televisión en un inicio fue parte de la investigación y desarrollo al interior de algunas universidades pioneras en Chile. Hoy en cambio, sólo un canal de televisión queda en manos de una institución universitaria, puesto que Canal 13 fue vendido en la mayoría de su propiedad a la empresa privada. Esta situación ha alzado voces respecto a las líneas editoriales de los canales, ya que alejados la mayoría del mundo universitario, los contenidos programáticos podrían diferir de aspectos vinculados con la cultura.

En tal sentido, y como todos hemos sido testigos, los diferentes canales de televisión hace bastante tiempo se alejaron del contexto que les dio origen. Poca investigación en ellos se realiza, escasa extensión y algo de docencia universitaria, pero a la vista de la audiencia los contenidos están centrados en la entrega de información, el entretenimiento, y lo que a un tiempo a esta fecha se ha denominado “cultura entretenida”, concepto cuestionable.

Dicha programación y fines es plenamente justificable, a mi entender, desde el punto de vista del mercado. Desde hace unas tres décadas, y sobre todo desde la aparición de los medidores de audiencia, que los diferentes canales deben gestionarse bajo principios empresariales, como cualquier industria. Vale decir, los principios de oferta y demanda rigen los contenidos dispuestos en la parrilla programática. Es más, los cambios en la programación, en lo que se ha denominado “parrilla flexible” obedece justamente a los gustos y preferencias del masivo público, quedando pequeños oasis programáticos que permiten a sus directivos mantener la línea editorial originalmente dispuesta. Quejarse sobre los contenidos, es cuestionar los gustos y preferencias del público, y eso una empresa no debe hacer si se rige por criterios de mercado. Es más, el valor de venta de ellos depende exclusivamente del EBITDA, como hemos visto, por lo que la gestión debe estar orientada al mercado. No hacerlo es competir en desventaja, lo que claramente afecta los estados financieros.

Pues bien, si la programación representa el interés de la audiencia, ¿por qué cuestionar a los canales de televisión por programas que no son de nuestro gusto? El problema radica en que las preferencias del público pueden ser las no adecuadas, a nuestros ojos, pero eso depende del desarrollo sociocultural de la audiencia. Por lo mismo, la aparición del cable en los noventa y de internet en la década posterior han permitido refugiar a muchos quienes buscan diversidad, o bien contenidos más segmentados o profundos. No olvidemos al libro. Lamentablemente es la audiencia que no tiene acceso a otras alternativas las que debe conformarse con la programación de la masividad.

Acusar a los canales por regirse por criterios empresariales me parece injusto cuando somos nosotros mismos lo que hemos privilegiado, como sociedad, gustos y preferencias simples, y no centrados en cuestiones que permitan el desarrollo de la curiosidad intelectual en el formato audiovisual.

lunes, 26 de julio de 2010

Educación y Pobreza

Los nuevos datos entregados recientemente por la Encuesta Casen, señalan que en Chile la desigualdad ha aumentado en los últimos 4 años. La metodología divide a la población en deciles, desde el 10% más rico hasta el 10% más pobre. Incorrecto sería pensar en que la superación de la pobreza pasa porque el decil más pobre simplemente no exista, ya que como parte de la metodología, éste siempre se hallará. El análisis pasa por la variación de la renta promedio en ambos segmentos: mientras en el más rico los ingresos variaron en un 9%, en el más pobre varió en tan sólo un 1%, ambas cifras en términos reales. En cuanto a los ingresos, el decil más rico gana más de 24 veces lo que recibe el decil más pobre. Por otra parte, si se descuenta de los ingresos los aportes estatales, las transferencias, el 10% más rico posee ingresos 46 veces superiores a los del decil más pobre.

Si bien los resultados no representan una gran novedad puesto que efectivamente existe una diferencia notable entre los niveles económicos superiores e inferiores, llama la atención, y preocupa, que el país no avance hacia una menor desigualdad. Todo lo contrario, en el período 2006-2009 se produjo un fuerte retroceso en esta materia. Vale decir, lo importante es que la tendencia implique una menor desigualdad, y eso no se cumplió en definitiva.

Esta situación de mayor desigualdad hace plantearse las medidas correctivas necesarias para que ésta tienda a minimizarse. En esto vale detenerse en diferentes horizontes de planificación: corto y largo plazo. En el corto plazo, la desigualdad tiende a disminuirse en la medida que se genera empleo en la economía. El emprendimiento de tipo informal en los deciles inferiores tiende a tener un carácter absolutamente informal, con ingresos fluctuantes que no generan la mínima riqueza que permita la superación de la pobreza. El empleo es sin duda una de las fuentes más estables de ingresos para dichas personas y familias. El emprendimiento en los otros deciles genera empleo a éste.

Ya en el largo plazo, la economía logra disminuir la desigualdad a través de la movilidad social, y ésta se concreta principalmente a través de la educación. Por no decir únicamente. La existencia de instituciones educacionales como los centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades con vocación por la movilidad social contribuyen a que en el largo plazo la desigualdad disminuya. Soy un convencido de que son estas instituciones las que en definitiva permitirán disminuir brechas y generar una economía desarrollada y estable basada en la paz social. Lamentablemente este efecto es de largo plazo y centrado en las generaciones jóvenes, puesto que la movilidad social ya en quien sobrepasa los 50 es difícil, mientras quien goza de la juventud tiene la posibilidad de mejorar su estándar de vida notoriamente a través de su actual educación.

lunes, 12 de julio de 2010

El Pulpo Paul

A raíz del Mundial de Fútbol, surgió todo un personaje que acaparó la atención de todos, por tener, según argumentan, la facultad de adivinar qué equipo ganaría el siguiente encuentro. Este personaje, hoy famoso, se llama Paul y es un pequeño pulpo, que dentro de una pecera de vidrio realiza estos artilugios, echando por tierra las estadísticas y la ciencia, asumiendo la nula intervención o maquinación humana.

Tratar de adivinar y conocer el futuro ha sido una inquietud permanente de las personas, lo que nos hace meditar en cuanto a su naturaleza, su razón de ser, en torno a la propia inseguridad intrínseca del ser humano. Todos tenemos una inseguridad basal, y ella tiene su causa, a mi entender, en que el ser humano está permanentemente sujeto a muchos riesgos que pueden provenir de muy diversas causas, propios de la cotidianeidad o de nuestra existencia, como pueden ser los referidos a razones internas tales como el temor a enfermarse o morir, a perder a un ser querido, a quedar cesante, a no poder responder a sus obligaciones parentales; o a circunstancias externas como accidentes de tránsito, terremotos, inundaciones, temporales, actos terroristas, crisis económicas, guerras, entre una infinidad de ejemplos.

Ante esta inseguridad, el ser humano busca formas de conocer el futuro, de adelantarse a los hechos, de saber con anticipación lo que ocurrirá, a fin de saber que no se está corriendo un riesgo o, si lo está, de tomar las precauciones que permitan disminuir sus efectos o eliminarlo.

De allí que, en todas las civilizaciones y culturas, de todas las épocas de la humanidad, ha habido muy diversas formas por las que el ser humano ha intentado conocer el futuro, desde el vuelo de los pájaros en la Roma antigua por los “auger”, hasta leer las estrellas, o las cartas del naipe, las piedras, las hojas de té, las líneas de las manos, el iris del ojo, la luna, las sombras, una bola de cristal, la invocación de espíritus, la lectura del café, la fecha de nacimiento, la caligrafía, y en fin, cuanta ceremonia, actos todos que no tienen apoyo racional alguno, otorgando cierta seguridad para quien en ellos consulta y cree, que hay muchos, y que les permite sentirse algo seguros.

Como cristianos, en cambio, tenemos una sola respuesta, y ésta obviamente es que todas estas formas de adivinación son sólo superstición, por no llamarles entretención. El asumir y vivir cada día la voluntad de Dios, frente a las diversas realidades, gracias y adversidades, que nos toca vivir, asumiendo dichas experiencias desde la fe cristiana, son una forma de perfeccionamiento y de camino de santidad. Como dice San Pablo, podrán venir tempestades y guerras, sufrimientos, males, enfermedades, y nada de ello me apartará del amor de Cristo. Si finalmente se confía en Él, la incertidumbre jamás se transformará en la angustia que tantas veces nos desdicha.

jueves, 1 de julio de 2010

La crisis del Consumo

Cierto es que el consumo es uno de los factores que mueven a la economía. En términos simples, a mayor consumo, mayor producción, mayor empleo, mayor inversión. Pero este consumo se realiza a través de muchas formas, entre ellas el endeudamiento. Las familias, así como las empresas, utilizan la deuda como una vía para adquirir bienes y servicios. Desde los años 60 en los países desarrollados, el acceso al crédito se hizo más expedito gracias a la utilización de las tarjetas de crédito, medio de pago utilizado en Chile en los 80 y que se vio masificado en las dos décadas posteriores. Este acceso fácil al crédito, y por lo mismo al consumo, ha permitido a familias gastar y después pagar, mediante un ahorro posterior al consumo, comodidad cuyo costo son los intereses y otras cuestiones como comisiones y seguros.

La crisis financiera de 2008 castigó fuertemente a quienes venían con un grado de apalancamiento superior, es decir, muy endeudados. La crisis financiera sirvió – “no hay mal que por bien no venga” – para que con mayor o menor agrado, las familias se ordenaran en sus niveles de endeudamiento, y por ende de consumo. Este ordenamiento fue apoyado forzosamente por las instituciones crediticias que elevaron las barreras para acceder a créditos, ya que debieron “limpiar” su cartera de clientes, frente al origen de la crisis que fue el préstamo a los “subprime”.

El escenario actual en Europa, también se vincula con el sobreendeudamiento de algunos países. Claro está que en gran parte de las economías, y como vía de solución a la crisis financiera, las deudas privadas se trasladaron al endeudamiento público (“salvataje” de instituciones financieras, por ejemplo), lo que genera, no sólo incertidumbre sobre la capacidad de pago de las familias y empresas, sino además de las economías completas.

Si consideramos las consecuencias en Estados Unidos de la crisis financiera y lo que está aconteciendo en los países del euro podremos darnos cuenta que los niveles de endeudamiento se verán disminuidos por obligación. Por una parte esto afectará los niveles de vida de las familias, y por otra los niveles de inversión de las empresas. Destaco además los niveles de emprendimiento, que generalmente son apoyados también por deuda. Esto que se puede leer como muy lejano es una realidad. Amistades que viven en lo que se denomina “Main Street”, tanto en Estados Unidos como en España e Italia me acotan que la calidad de vida de los habitantes no es la misma si se le compara con la que llevaban hace un lustro, lo que evidencia niveles de satisfacción inferiores, a causa de la disminución en el consumo.

Nuestra economía abierta se ve afectada por esta disminución en los niveles de consumo, pero la conclusión más importante es que como país nos debemos preocupar de educar a las personas en torno al consumo responsable y al endeudamiento responsable, para no vernos aquejados por lo que hoy perjudica a los países desarrollados.

viernes, 18 de junio de 2010

Eduación y Familia

Diversos tipos de diagnóstico se están aplicando al sistema escolar chileno, y muchos de ellos señalan, por no decir la mayoría, que la educación en Chile requiere mejorar. En tal sentido, se escuchan opiniones negativas sobre la calidad del profesorado y de los programas impartidos, dejando entre ver que la responsabilidad de la formación recae exclusivamente en el sistema educacional y no en la familia. Algunos levantan voces señalando que la responsabilidad es común, ya que tanto las familias como los colegios deben responsabilizarse de la formación de nuestras futuras generaciones, pero no se establece claramente cuál es el rol de la familia en la educación. Por cierto que los padres deben participar de la formación escolar, ya que externalizar la educación en los colegios exclusivamente, es alejarse incluso del sentido que tiene el ser y hacer familia.
Sin embargo, la familia, encabezada por los padres, o la madre o padre en el caso de las familias uniparentales, e incluso por los abuelos como la realidad nos demuestra, es el centro formador por excelencia, más allá del ámbito exclusivamente académico: la familia es la base de la educación integral. Pero, ¿cómo una familia se hace cargo de la formación de sus niños y jóvenes? Se pueden encontrar variedad de ejemplos utilizando un lenguaje claro y simple. A raíz del Mundial se han realizado diferentes reportajes sobre la biografía de nuestros jugadores seleccionados. En todos ellos, la familia fue clave en su pasión por el fútbol. Similar es la situación de nuestros tenistas y la de otros deportistas destacados. En otros ámbitos, el hábito por la lectura también es traspasado en la familia (y no en la centena de libros obligatorios leídos en el colegio), el gusto por la música, y en general, por las diversas artes y pasatiempos. También se transmiten la religión, las ideas políticas, la consciencia cívica, la urbanidad, también los vicios, entre muchos otros ejemplos. En tal sentido, los padres transfieren estilos de vida a sus hijos, intereses, opiniones, conductas, lenguaje, hábitos, y lo más importante, los valores, ya que en definitiva ellos son el principal modelo para sus hijos.
Por tal razón, la relevancia de la familia no es sólo en la colaboración directa con el establecimiento escolar en materias propias de la formación académica como se plantea comúnmente, sino que es el lugar principal donde se forma. Claramente los tiempos de contacto entre padres e hijos son cada vez más reducidos, “modernidad” le llaman algunos, pero aún así, espacios y tiempos existen en la cotidianidad del almuerzo del domingo, en las conversaciones durante un paseo, en las comunicaciones telefónicas, y desde luego, en el ejemplo diario. Asumir verdaderamente el rol formador de la familia es el primer paso para mejorar la educación en Chile, lo que implica autoevaluarse en su calidad de modelo formador para sus hijos, en complemento a los diagnósticos que se están llevando a cabo sobre el sistema escolar chileno.

martes, 8 de junio de 2010

Ni codicia ni pereza

Abrumados están los europeos. Durante los últimos meses la situación económica de algunos de sus países se ha empeorado rotundamente. Destaca la situación de Grecia, la ahora explícita circunstancia de Hungría, los elevados niveles de desempleo, que por ejemplo en España se traduce en alrededor del 20%, los bajos niveles de crecimiento esperados para 2010 e incluso para 2011, entre otros fundamentos económicos. Adicionalmente, el Euro como moneda se ha debilitado enormemente, incluso sobrepasando la barrera de los 1,20 euros por dólar, y anunciándose que dicha relación podría llegar a 1,10 e incluso a la paridad entre ambas monedas.

Esta situación era impensable tiempo atrás. La crisis financiera de hace un par de años, y cuyo origen principal estuvo en los Estados Unidos, fortaleció la imagen de Europa, de su moneda, de su economía, y por sobre todo, del modelo más socialista que en ella reinaba. Estados Unidos y su economía liberal, fue acusada una y otra vez como poco regulada, lo que permitió enormes desenfrenos de algunos agentes económicos, ya que los mercados eran manejados sólo por la codicia, lo que hizo al mundo pagar con un par de años amargos en materia económica.

Hoy la situación es diferente. La crisis de la Eurozona tiene un origen diferente, y que se aleja de la codicia de unos. Es más, los países más sólidos de la Comunidad, como Alemania, acusan al resto de los miembros de vivir una fantasía que los unió como un idilio durante años. Los países más pobres de Europa debieron unificar diferentes tipos de políticas y directrices, económicas y sociales, y claramente “el poncho les quedó grande”. En un comienzo se vieron fortalecidos, como Eslovaquia que recibió numerosas fábricas traídas de España, y la población de los más pobres emigró donde los más ricos en busca de oportunidades. Pero el ritmo de vida de los países ricos fue insostenible para las naciones más pobres.
A ojos de los estados más poderosos de la Eurozona, el resto de los integrantes de la Comunidad cayeron en una permanente pereza, que hoy deben de pagar los habitantes de los países ricos. La estrategia debe velar porque la economía de cada país se levante, a costa de un daño mayor a la Eurozona, sin perjuicio de que claramente la Comunidad Europea no será la misma tras esta crisis. Muchos ya están planteando la revisión de una serie de elementos propios de su integración, lo que incluso pone en duda la continuidad de la Comunidad, al menos como la conocemos hoy.

Para muchos la crisis financiera fue el símbolo máximo de la codicia impulsada por el capitalismo americano, y hoy la crisis en la Eurozona representa la pereza de un socialismo mal llevado. Quizás es la templanza la que debe regular las economías, virtud que dicen que poseen los chinos para regular su mercado y su potencial burbuja inmobiliaria, para que se detenga de una vez por todas esta seguidillas de crisis económicas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Profesionales Responsables

Cada cierto tiempo como país nos cuestionamos sobre nuestros actuales niveles de pobreza. Quizás por el ímpetu de aparecer en algún ranking, como un mejor país, una economía más creciente, o simplemente, por querer manifestar al resto que no somos ni un país pobre, ni una economía en desarrollo, sino una nación del primer mundo. Para crecer, no basta mirar hacia nuestro alrededor, ambiente que quizás puede ser “más desarrollado” que la realidad misma de nuestra patria, sino que debemos centrar nuestros focos, nuestra mirada, en la pobreza, expuesta recientemente por una catástrofe natural.

Cuando hablamos de pobreza, generalmente nos centramos en su mirada económica. Nos cuestionamos, para la realización de una estrategia adecuada, cómo identificar cualitativa y cuantitativamente la pobreza. Independiente a cómo la medimos, o más precisamente a cómo la definimos, la pobreza está, y abunda, amarga, ya que es amarga, se hace presente continuamente, son personas que sufren, que sufren por la incapacidad de ser o tener, en lo humano o material, al menos lo mínimo que se necesita, lo dignificable.

Pero uno de los problemas de la pobreza, es su efecto permanentemente agobiante, en cuanto al efecto de tipo “círculo vicioso” que la acompaña. Peor aún es la situación de los ancianos que viven en esta condición, así como de las familias, donde uno de sus integrantes posee algún tipo de discapacidad. En estos casos, la pobreza se vive, o mejor dicho, se sobrevive, casi en la mudez de la impotencia, de quien poca esperanza ya tiene, pero centra su vida en el amor de su entorno, o en la Fe.

Discapacidad y pobreza, binomio complejo que es parte de nuestra sociedad, de nuestra comunidad, y que debemos hacernos cargo con la responsabilidad que merece. Por lo mismo, se requiere la figura de profesionales, claramente competentes, que apoyen, que solucionen, que alivien el vivir, que dignifiquen tal condición. Los profesionales universitarios deben poseer un enfoque de responsabilidad social, desarrollado tanto en el enfoque de sus planes de estudio, coronados por el perfil profesional, como en el ámbito académico que los forma, y donde los profesores y académicos tenemos un papel relevante.
Por lo mismo, el problema de la pobreza, no es un tema exclusivo de economistas, muchas veces centrados en lo “macro”, sino de todos los profesionales que, con la debida vocación social, con ese espíritu de hacer lo que Cristo haría, entregan a las personas la ayuda corporal, mental, e incluso espiritual, que les facilita sobrellevar su situación, o en su óptimo efecto, lograr una calidad de vida meritoria. Formar profesionales con orientación social, es uno de los desafíos actuales de la educación, cimiento de un país justo y en paz, que entiende y comprende que el crecimiento económico con pobreza, es sinónimo de desequilibrios que impiden lograr el tan anhelado desarrollo.

martes, 27 de abril de 2010

Simple Competencia

De un tiempo a esta fecha mucho se ha dicho sobre el aprendizaje por competencias, vale decir, aprender a desarrollar la capacidad de actuar efectivamente en una situación determinada. Por lo mismo, el desarrollo de las competencias en quien aprende, va más allá de la memorización, e incluso de la ejecución de conocimientos. Implica transferir conocimiento a la realidad, reflexionar para un saber actuar sobre la existencia.

Este enfoque educativo implica cambios en la planificación de programas formativos, en la forma de ser evaluado y, sobre todo, en el proceso de aprendizaje enseñanza, ya que pudiendo fallar la planificación, o bien la evaluación, la competencia se desarrolla justamente en este otro proceso. Lamentablemente es la metodología de enseñanza la que más obstáculos presenta, al intentar romper paradigmas en educación, complejos, como la acumulación de conocimientos o bien por estar inmersa en programas educativos cargados de contenidos y evaluados en el ámbito de la más pura teoría. Un enfoque centrado en competencias no se traduce ni en una visión enciclopédica de una disciplina, ni en su otro extremo, en una enseñanza mecanizada y tayloriana. Sino que busca las necesidades de lo cotidiano y sus soluciones, la formación integral, la aplicabilidad del conocimiento, su construcción y reconstrucción en función de la problemática enfrentada, la vida como el escenario de la perfección y de alternancia educativa, donde se aprende, no sólo haciendo, sino, reflexionando sobre el qué se hace.

Es en este marco, que la planificación de un currículo basado en competencias se hace esencial, ya que pondera en un juicio significativo prácticas docentes, por sobre otras. ¿Cómo aporta tal o cual al desarrollo de una competencia transversal o específica? ¿Agrego finalmente valor al enseñado o simplemente soy parte de lo dispensable? Y por último, y a mí entender la más importante, ¿la estrategia de enseñanza es la más adecuada: desarrolla competencia? ¿Y esta competencia es significativa en el aprendiz: agrega valor a su actuar reflexivo?

La educación chilena hace años busca acomodarse, ajustarse a un modelo por competencias. Muchas universidades tienen modelos orientados, quizás inspirados en competencias, pero falta mucho por recorrer, por ejemplo, formando especialistas en este tema, que logren transferirlo a través de esta misma metodología, y no de otras de antaño, donde abundan elevados conceptos indescifrables y complejidades lingüísticas que oscurecen las líneas de trabajo e investigación, y que arriesgan la implementación efectiva de este modelo en el país.

Nunca está de más recordar que el concepto “academia” tiene su origen en la simplicidad arquitectónica que ofrecen unas cuantas hectáreas de olivos en Grecia, donadas por un muy buen amigo de Platón, Academos. En las cosas simples y sencillas se encuentran las grandes verdades. El principio de la confusión se halla en lo complejo. Por lo mismo, el enfoque por competencias debe ser instaurado de una manera simple, sin las rémoras que distraen al éxito de su verdadero propósito.

martes, 13 de abril de 2010

Petróleofobia

De un tiempo a esta fecha se escuchan positivas noticias sobre la situación económica del mundo y del país. En el plano internacional, el Dow Jones sobrepasa la barrera de los 11 mil puntos, con perspectivas de llegar a los 12 mil a fin de año, y en el contexto nacional, los multifondos logran retornos exitosos, beneficiando a los ahí ahorrantes.

Pese a aquello, y posterior al telúrico final de febrero, se prevé una caída de nuestro IMACEC de marzo en torno al 1,2%, según la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central, augurando incluso algunos, una disminución en más de un 2% de la actividad económica. En la misma encuesta, pero en términos desestacionalizados, la caída podría ser del 3%, similar al peor momento vivido en Chile de la crisis financiera. Esto demuestra el efecto devastador que tuvo el terremoto en nuestra economía, ya que la potente recuperación se ha visto truncada por las consecuencias productivas que generó el sismo, pese a su doble efecto como empuje de determinados sectores industriales.

La misma encuesta también se refiere a la inflación, situándola en 3,5% para 2010, en línea con el último Informe de Política Monetaria. El aumento de la inflación, en relación al año 2009, obligará entonces al Banco Central a elevar la Tasa de Política Monetaria. Se espera que tal aumento sea paulatino, empezando en junio o julio para cerrar 2010 en torno al 2,5%, o medio punto más. Este aumento en la tasa implicará desincentivar tanto el consumo como la inversión, ambas variables que la recuperación de la economía necesita, disminuyendo además la liquidez del mercado, impidiendo importantes repuntes en el IPSA.

Es en este contexto donde la situación de algunos commodities preocupa. Si bien en general el alza sostenida del cobre nos beneficia como nación, el aumento del precio del petróleo atemoriza bastante, puesto que la proyección es que pronto rompa la barrera de los US$100 dólares el barril (actualmente está en torno a los US$84). Esto, porque justamente la recuperación económica trae consigo dicha alza por razones de mercado, con serias restricciones por el lado de la oferta, elevando el precio del transporte, y de todos los bienes y servicios que lo utilizan directamente como materia prima o insumo, y de manera indirecta, vía reajuste de IPC, a la mayoría de los bienes y servicios. De esta manera, el aumento en el precio del petróleo impacta en el nivel de precios, de manera similar a lo acontecido en el escenario previo a la crisis financiera, pero con un contexto económico más frágil y más empobrecido.

Por lo mismo, de acontecer un precio del petróleo de US$147 dólares el barril como en 2008, el crecimiento de la economía mundial, y de la nuestra, se verá perjudicada. En mi perspectiva, tal precio lo visualizo en un escenario posterior al 2012, pero tan dañino como para tener justa fobia al precio que este insumo pueda lograr, incluso a finales de 2010.

lunes, 29 de marzo de 2010

La vida sobre roca.

Recorrer las calles después del fuerte terremoto es descubrir casas y edificios que, en mayor o menor medida, fueron dañados en su estructura y/o en sus terminaciones. Deterioros que perjudican a quienes habitan en ellos, no sólo con la molestia y perjuicios que de ello deriva, sino también en observar la fragilidad que representa lo por las personas construido, parangón de nuestras propias vidas, y que sirve para comprender y entender el riesgo permanente en que vivimos, si no logramos construir nuestra existencia sobre un terreno sólido, sobre una firme roca.

Asumir que los daños se pueden representar por enormes sumas de dinero, es engañarnos y olvidarnos que lo realmente trascendente nunca es cuantificable. Se puede presupuestar lo físicamente dañado, pero imposible es evaluar en dinero lo que no se puede transar con monedas. Es que siempre se nos termina olvidando lo inmensurable: apreciamos cómo la naturaleza con su rabiosa personalidad daño nos causa, pero no logramos dimensionar a la pecaminosa humanidad, que con su actuar, con o sin sismo, nos da señales permanentes que los daños estructurales, no sólo radican en los bienes inmuebles, sino también en el operar de los hombres y mujeres. Pues bien, situaciones extremas como las vividas últimamente no hacen más que exponer la fragilidad de la sociedad, de nuestra propia comunidad, ya que es justamente ella misma la que ha visto tambalear su propia estructura, sin quizás los pilares que suponíamos, y exponiendo fallas estructurales donde antes veíamos lozanía.

¿Qué nos pasó? ¿Por qué siempre terminamos olvidando lo que es bueno? ¿Por qué el éxito económico como país nos reveló como una sociedad débil en lo moral? ¿De qué nos sirve tantos logros económicos y tratados internacionales, y productividades maximizadas, si finalmente como nación terminamos perdiéndonos a nosotros mismos? ¿Dónde queda nuestra alma nacional? Si bien sabemos que edificar sobre arenales tiene sus riesgos, ¿por qué no hemos sabido entonces construir nuestra sociedad sobre roca? Sobre esa misma roca en que se edificó la Iglesia, y que ha resistido dos milenios pese a la presencia del pecado, como falla geológica en la imperfección humana.

Queda claro que la moralidad puesta a prueba no resiste grandes sismos, y se muestra frágil. Tras una improvisación de la existencia, las grietas reflejadas en el alma, son el espejo de nuestra humilde condición de pecador. Construir nuestra Fe sobre roca, es construirla sobre Cristo, sobre alguien que fue marginado, rechazado y crucificado. Es construir nuestra vida con cimientos que permiten, frente a la inevitable llegada del pecado, sólo tener fisuras mínimas propias de nuestra condición humana. Por lo mismo, Dios envío a su Hijo, para que todo aquél creyese y tuviese vida eterna. Reconocer que no somos capaces de resistir sismos espirituales y que sólo el gran Arquitecto puede sostenernos, es abrir nuestro corazón, nuestra alma, nuestro espíritu, para que Él obre en nosotros, con lo que necesitamos: Fe, esperanza y amor.

martes, 16 de marzo de 2010

Trabajo y Temblores

“Ya estamos chatos con tanta réplica” le respondieron a un amigo gerente su equipo más cercano. Él cada mañana al llegar a su oficina consultaba con un clásico, monótono y rutinario “Buenos días, ¿cómo están?”, pero la respuesta de esa jornada le llamó la atención y la tensión. Notaba, desde que ocurrió el terremoto, que los trabajadores de la empresa estaban más ansiosos e inseguros en su actuar, perjudicando el ánimo de la organización y su gran dilema es cómo lograr motivar a su equipo en estas temblorosas circunstancias.
Indudablemente los hechos acontecidos en las últimas semanas son excepcionales. Esto porque su ocurrencia no es seguida, y porque la magnitud de todas maneras fue asombrosa. Por lo mismo, las personas hemos vivido diferentes emociones, desde situaciones altamente adrenalinitas como el mismo terremoto, hasta acontecimientos de impacto emocional interior, como experiencias familiares derivadas de los sismos, o simplemente la exposición a diferentes dramas a través de los medios de comunicación.

Capítulo aparte, en todo este enjambre, fue la alerta de tsunami de hace unos días, donde la gente corrió angustiada por los planes de Valparaíso, Viña del Mar, y el resto de comunas con costa, alertada también por angustiados carabineros que, cumpliendo órdenes, gritaban la alerta de tsunami como si la ola se encontrase a escasos metros, muy estilo Spielberg, produciendo un caos, y haciendo que la desinformada y angustiada población, corriera innecesariamente hasta lugares donde ni la famosa ola de Katsushika Hokusai podría llegar. Si a esto se le agregan cortes de agua y de luz y la incertidumbre de la continuación de los servicios de telefonía móvil, no es para menos afirmar que estamos todos tensos, por no decir locos. Los recuerdos de las vacaciones ya dejaron de ser un bálsamo que alivia el regreso al trabajo, puesto que lo acontecido, y todo lo que deriva de aquello, no nos ha permitido tener un marzo normal, y quien sabe augurar algo por abril.

Es en las empresas donde peor se puede vivir una situación de emergencia, ya que la lejanía con los familiares, la angustia de no saber de ellos, y la ansiedad generalizada y catapultada colectivamente, impiden sobrellevar los segundos o minutos de las ya odiosas réplicas. No es la solución definitiva, la cual sólo podría pertenecer al Creador, pero sí un recurso útil para quienes ocupan un puesto directivo: conversar sobre lo acontecido, servir de apoyo y colaboración, entender y comprender, empatizar con quienes más miedo y angustia tienen, junto con planificar qué hacer y cómo operar en caso de una réplica mayor. Por lo mismo he incentivado a amigos gerentes y directivos de empresas e instituciones a iniciar una campaña que, adicional a los planes de evacuación y emergencia, contribuya con dar sobre todo tranquilidad a sus equipos, paz que se contagia también a sus familias.

viernes, 5 de marzo de 2010

Impuestos y Populismos

Llega a su fin la rebaja transitoria del impuesto específico a las gasolinas, que se tradujo en una reducción de un valor de 6,0 UTM a 4,5 por metro cúbico. Este aumento en 1,5 UTM en valores de precio final para los usuarios se traduce en una crecida de entre 50 y 60 pesos por litro de bencina, equivalente aproximado al 10% de su precio. La explicación a este tipo de impuesto, es, entre otras, que la utilización de este producto ocasiona diversos daños ambientales y de higiene, que generan gastos para el estado en salud y medicina.

En mi opinión, el alza de este impuesto no afecta la recuperación de la economía. Todo lo contrario, permite al Presidente electo llevar a cabo sus intenciones de realizar diversos subsidios en materia tributaria, para pequeñas y medianas empresas, en un escenario donde se hace vital, para la ansiada recuperación económica, la generación de puestos de trabajo, cuando más y más personas desean trabajar frente a las positivas perspectivas de crecimiento económico. Esto, más otros programas sociales, son fuertes argumentos para eliminar la rebaja transitoria y mantener el impuesto en los niveles de antaño.

Eventualmente la única razón sensata para extender esta rebaja es la creciente alza en los precios del petróleo a nivel internacional, debido al crudo invierno del hemisferio norte y sobre todo a las restricciones en su oferta por parte de los productores, por lo que el alza en el precio final ejercerá, sin duda alguna, una presión inflacionaria, a la ya existente por las razones de mercado que implica el sismo pasado.

Se ha señalado por parte del Presidente electo, en una primera instancia, que dicho impuesto volverá a su nivel anterior, respetando entonces la naturaleza transitoria del mismo, empero la medida fue detenida, al menos en su comunicación, para después del 11 de marzo. Su intención de eliminar la rebaja genera la confianza en que el nuevo gobierno no cae en populismos, propios de muchos gobernantes latinoamericanos, sino que actúa con la seriedad que merece. Y por lo mismo, la forma en que se comunique que el impuesto retorna a su nivel es clave en su reimplantación, ya que de ello dependerá la forma en que el ciudadano entienda la medida, sobre todo con los altos niveles de sensibilidad que hoy las familias poseen fruto de los eventos acontecidos.

Hoy, el terremoto podría ser la excusa perfecta para mantener la rebaja impositiva, o el argumento justo para retornarlo a sus valores correspondientes. La seriedad de la nueva administración hará que dicho impuesto permita colaborar con la reconstrucción, no distrayendo recursos destinados a mejorar los perjuicios de la utilización de la bencina. De esta manera, se podrán destinar recursos extraordinarios para mejorar la economía, su productividad y competitividad, ya que el fin de ésta es el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Chile, y su hermosa y rabiosa geografía, necesita más que nunca la seriedad en su manejo económico.

jueves, 18 de febrero de 2010

Dilema Económico

Si bien es cierto existen serias dudas sobre la forma en que la economía mundial se está recuperando, es un hecho de que tarde o temprano la crisis será pasado, y en esto existe un claro consenso mundial. El problema surge cuando diferentes países empiezan a mostrar síntomas de que sus economías no están mejorando adecuadamente por diversas razones, pienso en Grecia, España, Inglaterra, entre otros, y donde las estrategias y estímulos económicos no están logrando el efecto esperado, o bien, y que es peor, lleva a los estados a situaciones complejas en términos de las decisiones que deben tomar para sobrellevar esta segunda fase de la crisis, escogiendo entre alternativas “mal menores”.

Por ejemplo, las autoridades chinas están seriamente preocupadas por la inflación en su economía y por la estrategia para dar mejor solución al problema, situación similar a la de otros países como Australia (que elevó tempranamente la Tasa de Política Monetaria), Noruega e Israel, entre otros. Similar situación podría acontecer en Chile, donde el precio de los combustibles, nuevas ponderaciones en el cálculo del IPC, la aplicación de impuestos específicos, el agotamiento de inventarios, y otras razones podrían ejercer fuertes presiones inflacionarias.

Si bien es cierto que la inflación no debería llegar a extremos como en 2008, su reaparición podría traer complejidades durante el transcurso del año. Esto porque para su control el Banco Central elevaría la Tasa de Interés, radicada en un mínimo histórico desde hace meses. Con esta medida, que a mi entender se realizaría en abril o mayo, antes de lo que muchos auguran, frenaría en gran parte el consumo de bienes, y por lo tanto la producción de los mismos. Esta situación afectaría a la industria nacional cuya producción se consume internamente, y desde luego a la que exporta, si la situación se replica en las economías que son destino de nuestros productos.

Ambas situaciones afectan directamente los niveles de empleo y la generación de puestos de trabajo, gran problema de nuestro contexto económico y objetivo del gobierno del Presidente Piñera, que espera lograr rebajar los niveles de desempleo con tasas de crecimiento basadas, en gran parte, en el aumento de la producción y de la competitividad, y que en promedio anual implica la generación de 200.000 nuevos empleos en 2010.

Por lo mismo, sólo el adecuado manejo de tal tasa, de impuestos, leyes y normativas, subsidios y diversos estímulos aplicados correctamente, dentro de un concierto internacional favorable, podría hacer que la economía logre avanzar en la creación de los empleos prometidos. El gran dilema actual en materia económica es cuándo y cómo incorporar, retirar, ajustar, y en general, gestionar los estímulos que las economías requieren tras las estrategias utilizadas cuando se estaba inmerso en la crisis. De los resultados de esto, dependerá el real fin de la crisis.

jueves, 11 de febrero de 2010

Cambio de Gobierno y de Trabajo

Siempre me han gustado las películas sobre submarinos. Las tramas de todas ellas son siempre muy similares: por alguna razón, el submarino se queda en el fondo del mar, a la espera de ayuda externa, mientras en el equipo de marinos hay roces de liderazgo por las decisiones tomadas, cunde el desánimo entre los marinos aún vivos por la nostalgia de sus familias, y el final siempre involucra la muerte de un héroe que sacrifica su vida por la de sus compañeros, quienes ya en tierra deben sobrellevar su existencia junto a la pena por sus compañeros muertos.
Esta tristeza por la separación, entre sobrevivientes y fallecidos, acontece de manera menos dramática pero muy similar en el mundo de las organizaciones. Cuando ocurre una fusión, o simplemente una reducción en los puestos de trabajo, las gerencias de las compañías deben de tomar la decisión de desvincular a muchos de sus trabajadores. Otros empleados prefieren no continuar en la empresa debido a que los equipos de trabajo se ven mutilados sin poder cumplir con las exigencias requeridas. Pero siempre este período, que muchas veces es mal llevado por las instituciones, genera el rompimiento de grupos y equipos de trabajo, que por años han funcionado con o sin imperfecciones, dejando cicatrices emocionales tanto en los que se quedan como en los que se van.
Un reciente estudio de la Universidad de Yale señala que los más afectados frente a esta separación son los trabajadores que se mantienen en la empresa. Si bien ellos no caen en la posición de buscar trabajo, sí continúan con la incertidumbre de su futuro laboral, además deben de asumir la carga de trabajo de los que se van y cierto sentimiento de culpa por quedarse en la empresa –similar a los marinos sobrevivientes- mientras que sus antiguos compañeros deben de ajustar sus presupuestos y buscar nuevos horizontes laborales.
En un cambio de gobierno, sobre todo a uno de la oposición, como el que acontece en nuestro país, muchos trabajadores de gobierno y del Estado deberán dejar sus cargos para ser asumidos por miembros del equipo de confianza del elegido. Al interior de cada empresa pública, de los organismos de Estado, ministerios, intendencias, gobernaciones, embajadas y un sinfín de organizaciones, se están o producirán cambios de personas y rompimientos de equipos de trabajo.
Por sobre otros análisis positivos vinculados a la eficiencia y a la innovación fruto de dichos cambios, existen variables emocionales que afectan tanto a los que se quedan como a los que se van. La tristeza de las despedidas y separaciones son parte de la naturaleza humana y deben ser acompañadas por liderazgos enfocados a la búsqueda de las nuevas confianzas, que permitan la eficiencia de un equipo bien unido, preocupándose en su inicio más por el equipo que por las tareas. Si no se logra formar equipo no se podrá avanzar en las tareas, por muy ejecutivo que sea el liderazgo imperante, y muy apremiantes las necesidades a cubrir.

martes, 2 de febrero de 2010

15 norte y San Martín


Quizás es uno de los cruces de calles más utilizado por los habitantes de Viña del Mar, Reñaca y Concón. A mi juicio, si nos comparamos con Santiago, equivale a nuestra rotonda Pérez Zujovic, que conecta el tradicional barrio de Providencia (Viña) con comunas como Las Condes (Reñaca), La Dehesa y Lo Barnechea (Bosques de Montemar y Mantagua), a través de la avenida Kennedy (Jorge Montt o recta Las Salinas).

Rodeada de bellos edificios residenciales y próxima a centros comerciales, la intersección no sólo se caracteriza por ser un eje vial importante, sino además porque permite por la mañana la entrega de periódicos gratuitos (que sirven para leer publicidad), observar actos circenses de baja calidad a medio día, y por la tarde mirar cómo la gente atraviesa desde la playa a la ciudad a través de los jardines, generando ya, verdaderos senderos de tierra.

Tal es la importancia de esta intersección, que incluso la Municipalidad instaló, por 1 día, un enorme cubo publicitario, y cuyos únicos beneficiarios fueron finalmente quienes recibieron el pago por su instalación y posterior desarme, ya que los reclamos hicieron cambiar de opinión a sus gestores.

Hace unos años se hizo público que el Sanatorio Marítimo se retiraría del lugar, para dejar los terrenos a un lujoso hotel. Hoy el hospital ya se encuentra vacío, y alberga a grafiteros y a uno que otro ciudadano bajo la influencia del alcohol, por lo que enhorabuena se ha anunciado la construcción de un hotel Hyatt de 19 pisos, con 215 habitaciones, y que involucraría una inversión de 50 millones de dólares. Inmediatamente muchos vecinos iniciaron sus reclamos, ya experimentados me imagino por el cubo publicitario, con argumentos relacionados a su vista al mar y a la plusvalía de sus inmuebles.

Concuerdo con ellos en que indudablemente un cubo de 19 pisos, como lo demuestran las imágines entregadas por la empresa Saieh, tapará la vista al mar, puesto que los edificios ahí presentes, como el Reina Victoria y el otro conocido como “el de la palmera” poseen 23 niveles. En relación a la plusvalía, considero que los argumentos de los vecinos no tienen el peso de un estudio serio, ya que si bien sus inmuebles dejarían de tener vista al mar, en frente no tendrán un edificio abandonado y en mal estado como el actual hospital, sino un hotel de cinco estrellas con restaurantes, spa y otros beneficios.

A mi entender, el proyecto debería de ajustarse a afectar de menor forma la vista de los edificios ya existentes, aun cuando una reducción en el alto o ancho del edificio perjudicaría los retornos esperados por sus gestores. Pero sin lugar a dudas, la construcción del hotel permitirá otro paso más hacia la consolidación del turismo de buen nivel, y dará empleo en la construcción a más de 300 personas, y en su operación a otras 200 de forma permanente. Creo que Viña del Mar necesita un hotel de estas características y la Municipalidad debe velar por el bien de la comuna, así como lo hizo cuando retiró el cubo publicitario en esta misma intersección.

viernes, 29 de enero de 2010

Piñera: logros y conflictos

Aunque se diga que todo cambio es bueno para que todo siga igual, el triunfo de Piñera, a la luz de su programa, traería beneficios para nuestra Región. Básicamente se comprometió con dos nuevos hospitales, 8 “liceos de excelencia”, modernización de estadios deportivos, empleos y más carabineros. Pero en materia económica, ha precisado la importancia del mundo agrícola y del universitario, sectores claves de nuestra Región. En materia de logística, un gran aporte sería concretar el túnel a baja altura en la cordillera, que potenciaría el rol portal de la zona. Sin embargo, su gran compromiso nacional en materia económica es la generación de empleos, de más de un millón, para lo cual deberá fomentar la creación de empresas y la innovación, generando planes y políticas ágiles, que permitirían desarrollo económico pero que podrían ser conflictivas. Uno de los problemas a considerar será lo relacionado con la flexibilidad laboral, que si bien trae beneficios en materia de empleo, es rechazada por gran parte de los trabajadores, y así otras reformas que podrían ser interpretadas como un beneficio para el empleador y no para el empleado.

Presidente y Empresario

La campaña electoral del Sr. Piñera, a los ojos del marketing, fue planificada e implementada a la perfección, lo que, aunque no siempre augura el posterior triunfo electoral, llevó al candidato de la Alianza a ocupar el primer sillón de La Moneda. Sin perjuicio de lo anterior, propuestas concretas en su Plan de Gobierno, y errores del adversario como lo denominarían estrategas de guerra y ajedrecistas, fueron elementos también constituyentes de su triunfo.

Claro está que las competencias que debe de tener un candidato en campaña son diferentes, y quizás distan bastante, de las que debe poseer un Presidente de la República. Un buen gobernante no tiene por qué ser capaz de bailar como Michael Jackson, contar chistes, cantar “Si vas para Chile”, o realizar cualquier otro tipo de piruetas, que se asume por algunos como importantes para lograr la adhesión popular.

Un estadista debe tener otras habilidades capaces de gestionar un Estado, generar directrices y políticas potentes, y proyectar al país por sobre los temas del día a día. Muchos detractores cuestionan que las competencias para ser Presidente no son las mismas que las de un empresario, criticando así al elegido. En mi opinión, en el contexto de los actuales tiempos, se requiere que el gobernante sí posea muchas características de un empresario. Liderazgo, capacidad de formar equipos de trabajo, productividad - que por cierto falta en los países subdesarrollados - iniciativa, innovación, capacidad de trabajo, visión, y muchas más, son destrezas que se requieren para gobernar un país.

En el caso particular del Sr. Piñera, sus competencias como candidato sin lugar a dudas fueron superiores a las del Sr. Frei, y a mí entender, sus habilidades como empresario son un activo importante para su exitoso gobierno. El gran problema para muchos es que él es empresario y será Presidente. ¿Son incompatibles ambos roles? Algunos dirán que sí, otros responderán que no. Estoy convencido de que existe incompatibilidad entre ambos roles, puesto que podrían haber conflictos de intereses. Sea mi opinión generalizada o no, creo conveniente la justa separación de ambos papeles, y no sólo en términos de delegar la gestión de sus empresas, sino de la venta de las compañías donde podría existir tal conflicto de intereses.

Como estratega que es el Presidente electo, debería desligarse de la propiedad de la mayor cantidad de empresas, quizás de todas, ojalá de todas, puesto que es el gran argumento que tendrá la nueva oposición, sobre todo si acontecen hechos complejos de dilucidar, con la claridad que el público común requerirá para emitir juicios de opinión. Evitar malos entendidos futuros, permitiría al Sr. Piñera emplear sus dotes empresariales, y los propios de estadista, para un adecuado gobierno y demostrar así la compatibilidad de competencias entre el ser empresario y Presidente de la República.

Estupideces

En un vuelo corto, una rauda azafata me entrega un pequeñísimo paquete con maní salado. De aburrido, observo detalladamente el envase donde dice: “Instrucciones. Abra antes de comer”. Con humor, recordé una frase de Albert Einstein: “Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy seguro de lo primero”.

Ignoro si la estupidez es tan infinita pero no me cabe duda que muchos de nosotros decimos o hacemos, de vez en cuando, estupideces. Por nombrar algunas: apuramos al ascensor apretando una y otra vez, y más fuerte el botón, o abrimos el refrigerador buscando algo para comer aunque sabemos que no está lo que buscamos, o bien cuando las pilas del control remoto empiezan a fallar presionamos más fuerte sus botones, o cuando utilizamos el microondas nos embobamos observando cómo gira la comida en su interior, o también si escuchamos un ruido extraño por la noche, preguntamos “¿Quién anda ahí?”, como si el ladrón contestase, “yo, el señor ladrón”.

También tenemos conversaciones o diálogos necios, como cuando llamamos a una Pizzería para encargar reparto a domicilio y nos preguntan “buenas noches, ¿qué se le ofrece? Y respondemos “llamo para pedir una pizza”. Lo mismo sucede en el video club, cuando le pasamos los DVD al joven de la caja y nos pregunta un obvio “¿las lleva?”. En las tiendas de ropa o librerías, cuando te preguntan si deseas algo, muchos respondemos “estoy viendo, gracias”, como si hubiese habido un milagro. Otros diálogos estúpidos acontecen cuando te cortas el pelo y muchos te preguntan si te cortaste el pelo, como si no fuese cierto.

Quizás aplicando simultáneamente la Ley de Pareto y la ley de Murphy se podría entender la Ley de Sturgeon. Ésta, aplicada en principio a la literatura de ciencia ficción, derivó a lo que se ha denominado la revelación de Sturgeon: el 90% de todo es estupidez. Suena dramático. Después de leer más sobre el tema y la supuesta proporción de sandeces, he asistido a varias reuniones sociales, cumpleaños, cenas, y actividades laborales. Escucho en ellas historias y anécdotas, que si bien son estupideces, representan un refrigerio para nuestras mentes. Destaco frases como: “se han dado cuenta que los árboles de limones siempre están con peste”, o “sabían amigos que al seis lo inventaron en un dos por tres”.

Si bien la regla se aplica bastante en lo social y recreativo (dado que buscamos distracción y esparcimiento), también he descubierto que es válida en el mundo empresarial. Aunque la comunicación en ambientes laborales sigue patrones más formales, muchos de los temas, de los acuerdos, de las discusiones y decisiones no perduran. Se esfuman. Haga usted un recuerdo de tantas y tantas reuniones y citas que, vistos con la distancia del tiempo, fueron sólo verbosidades. Adicionalmente, y con franqueza, no todas las conversaciones al interior de la empresa son con afán laboral. Algunas tienen como propósito mejorar el clima organizacional con juegos como el amigo secreto y festejos varios, y otras, cotidianas, son simples “sacadas de vuelta”, pequeños descansos, como el cafecito, el cigarrito y otras actividades que al ser nombradas con diminutivos suenan inocentes.

Nos guste o no, la vida está llena de momentos, acciones y conversaciones simples, que si bien parecen no tener sentido, sí se lo dan a nuestra vida. La gracia está en saber contextualizar la estupidez, que si bien cobra significancia en lo recreativo, muchas veces nos distrae en lo productivo, haciéndonos perder el tiempo para el posterior recreo merecido.

Por lo mismo, las tonteras, payasadas y boberías en sus momentos oportunos, más allá de ser un ocio absurdo, adornan nuestras vidas y mantienen nuestra infancia espiritual que nos permite recobrar las energías para el trabajo bien hecho.





Dakar: problema cultural

No deja de sorprender la belleza del territorio nacional visto a través de las tomas aéreas que realiza la televisión durante el Dakar. El desplazamiento de los motorizados sobre las arenas del desierto, no sólo nos motivan a recorrerlas a través de nuestros medios, sino que sin duda permite promocionar a Chile como destino turístico, potenciando la marca país.

Es por esta razón, que el Gobierno de Chile hizo lobby para que esta mundial carrera se realizara por nuestras tierras. Es más, entregó algo más de un millón de dólares para que Carlo de Gavardo compitiera bajo la marca “Chile” en un Hummer, auto similar a un camión, diseñado para asuntos bélicos, y que de vez en cuando se ven por nuestras estrechas calles.

El pronto fracaso del deportista nacional despertó la crítica de otro piloto nacional, Eliseo Salazar, quien cuestionó enérgicamente la “inversión” del Gobierno, dado que de Gavardo no tenía la experiencia en ese tipo de vehículos. Esto generó críticas de varios otros pilotos, bien apoyando a uno o a otro.

Sin entrar en la polémica técnica automotriz, existe un argumento expuesto por Salazar que me hace pleno sentido: ¿cómo se evalúa si la inversión a realizar para promocionar la marca país da resultados económicos positivos? Entonces pregunto ¿cómo se evaluó ese proyecto y a través de qué indicadores se medirían sus resultados?

Lamentablemente los países latinoamericanos nos caracterizamos, a nivel empresarial y por lo aquí expuesto en otras áreas también, por no establecer indicadores de medición de resultados sobre los objetivos y medidas. Esto perjudica en determinar si lo optado es finalmente lo correcto. Expongo un caso, que a mi juicio no ha tenido el análisis que merece.

Hace unos años, se estableció por ley que todo vehículo que transite en carretera debiese circular con sus luces encendidas, no sólo de noche, sino en cualquier momento del día. Su fundamento se centraba en que dicha medida permitiría disminuir los accidentes de tránsito, bastante numerosos y dramáticos al ser a altas velocidades. Desde que entró en vigencia la normativa, todos hemos tenido que obedecerla, y quien no lo ha hecho, ha debido pagar las multas correspondientes. ¿Han disminuido los accidentes de tránsito en carretera? ¿Se ha expuesto los resultados, en términos de números de accidentes evitados o de número de personas no fallecidas?

Un cambio cultural en el establecimiento de indicadores mensurables, permitiría verificar si las medidas tomadas son realmente efectivas, y eventualmente corregirlas, o tomar otras decisiones que implique lograr el objetivo planteado. Esto debería ser parte de la cultura del mundo de los negocios, y de todas aquellas decisiones tomadas en función de metas, ya que si no se practica nos enfrentaremos permanentemente a situaciones donde no existen evidencias para demostrar que una decisión no es un simple e innecesario despilfarro de recursos.

El camino de la in-seguridad

Los actos terroristas acontecidos en 2001 y cuyas imágenes impactaron a todos, implicaron un aumento en las medidas de control para abordar un avión comercial o para acceder a determinados edificios o espectáculos masivos. Pero producto del episodio acontecido en Navidad, donde un pasajero de un avión no fue detectado con explosivos a bordo, es que nuevamente hemos caído en la histeria por la seguridad. Por lo mismo, se han implementado nuevas medidas, entre ellas la revisión exhaustiva de todo el equipaje, la prohibición de usar cualquier aparato tecnológico en la cabina, la eliminación de la información sobre el vuelo que estaba disponible para los pasajeros durante el vuelo, y la imposibilidad de ponerse de pie, al menos una hora antes de la llegada a destino.

Otras medidas tomadas, se refieren a la revisión de los pasajeros antes de abordar el avión. Se adquirieron por parte de numerosos aeropuertos escáner corporales, instrumentos que no sólo detectan el porte de artículos de metal, que tanto incomoda a quienes llevan monedas en sus bolsillos y que tienen por objetivo la detección de armas blancas o de fuego, sino además permiten fotografiar al cuerpo sin ropa, como una radiografía de tu organismo, que te desnuda para verificar si transportas explosivos, u otras sustancias, que podrían ser materia prima de algún explosivo.

Sin lugar a dudas que el vuelo es más seguro, pese a lo demoroso del procedimiento, pero su implantación trae otras ingratas consecuencias. El pudor de algunos a exponer su cuerpo, ha causado muchos reclamos en los aeropuertos, así como el eventual uso que se le podría dar a las imágines. La filtración de ellas y su posterior divulgación traería problemas de variada índole, entendiendo que muchas de ellas podrían tener alto valor comercial, como la de famosos artistas, políticos, religiosos, menores de edad, y en general, otras, que podrían alimentar un mercado insano pero existente, aun cuando este procedimiento reemplaza la también ingrata revisión manual.

Estas nuevas medidas de seguridad, tarde o temprano, serán nuevamente sobrepasadas, y quedará en evidencia su fragilidad. Al igual que lo que acontece con los billetes. El plagio de ellos, obliga al Banco Central a emitir nuevas versiones con más medidas de seguridad, que pronto serán superadas por el ingenio mal aplicado. También sucede con la seguridad en las empresas y en nuestros domicilios. Los pequeños muros que caracterizaban los antejardines de las casas de nuestras ciudades, y que no impedían el travieso hurto de flores, han sido reemplazados por elevados muros y cercos de seguridad, muchos de ellos cargados con electricidad, que sustituyen aquellos trozos de botellas de vino que amenazaban a los delincuentes.

Este es el camino de la seguridad, que al parecer no tiene término, y que ignoro si nos hace vivir más tranquilos en un mundo cada vez más inseguro.

Tu lema es tu condena

La comuna de Valparaíso está próxima a estrenar su nueva imagen ciudad. Tras meses de trabajo, muy serio y profesional sobre su identidad, los expertos definieron un nuevo logo para la comuna. Éste viene a reemplazar a aquel fallido sombrero, como de tango o similar, que hizo su debut, y al parecer su despedida, en 2007, y a muchos otros, entre los que destaca el creado a propósito de la celebración de los 450 años de la llegada del Santiaguillo. Este logotipo, es sin duda, el más recordado e ignoro por qué no se aplica nuevamente.

En el mundo empresarial sucede a menudo que, frente a cambios de gerencias, se modifica también la imagen corporativa. El cambio en la imagen se debería producir por una variación en la identidad, es decir, si se modifican ciertos atributos que definen a algo, lo que se debe proyectar también debe ser transformado. El problema acontece cuando lo único que cambia es la imagen y no la identidad, casi por un asunto de capricho o de antojo, y no por las debidas razones técnicas.

Viña del Mar también ha cambiado su imagen, pero a nivel de lema. Su slogan “Viña ciudad jardín”, aún repetido a los turistas cuando recorren nuestras calles, quedó en el pasado junto al desarrollo inmobiliario. La Población Vergara poseía nutridos jardines, cuando las semillas y patillas eran traídas desde el exterior por las socias del Club de Jardines, o las recolectaban desde el parque del Palacio Vergara, cuya colección de flora era exótica en el contexto del siglo XIX.

Cuando los jardines fueron limitados a reducidos espacios públicos, Viña del Mar cambió su lema a “Viña encanta”. Con esta frase se escucharon mofas, comentarios irónicos, ya que difícilmente una ciudad puede “encantar” si uno es víctima de un delito, o si quedó inmerso en un veraniego “taco” vial, y así otros ejemplos, donde una situación normal y ordinaria podía adornarse con burlas sarcásticas. Quizás habrán habido razones técnicas para modificar nuevamente el slogan de Viña del Mar, apareciendo el actualmente utilizado “Viña ciudad bella”.

No me cabe duda de la belleza de la ciudad, en el contexto sudamericano, pero al parecer los lemas terminan condenando a esta comuna. Esto, porque frente a cada circunstancia en que la belleza urbana se pone en jaque, la ironía hace de las suyas, y con bastante razón. Por ejemplo, difícilmente una ciudad puede ser bella cuando se atiborra de publicidad vial. Mención destacada son los nuevos “lomos de toro” construidos en calles como 2 y 3 Norte, que ocultan tubos, y que, puestos entre los permanentes baches causan la molestia y desazón de todo aquel que se moviliza en automóvil, o pone en riesgo el equilibrio del motociclista, que sin ser necesariamente esteta, mediante su brinco comprende que el lema de la ciudad la condena a buscar una imagen que proyecte la identidad de lo que realmente somos, y no cursilerías pasajeras como su actual slogan.