viernes, 7 de diciembre de 2012

IPSA 2012-2013

Es de interés no sólo para quien realiza inversiones saber el estado del mercado bursátil nacional, sino también para todo aquel que tenga ahorros en los fondos de pensiones. Hace exactamente un año, quienes realizaban pronósticos para el desempeño de nuestras bolsas durante 2012, auguraban una variación positiva y en torno al 10 e incluso 15%. Sin embargo, y a días de cerrar el año podemos verificar que tales vaticinios no se cumplieron, pues el IPSA, principal indicador, denota nula variación. El pobre ejercicio de nuestras bolsas se explica por varias razones, entre las principales enfatizo el aumento en los impuestos que se ha traducido en provisiones mayores que reducen utilidades; precios internacionales de las materias primas a la baja y que afectan a los precios de venta de los productos de muchas de nuestras empresas exportadoras; y costos en aumento y que reducen los márgenes recalcando tanto el costo elevado de la energía, pues fue año hídricamente seco, como de la mano de obra, con desempleo bajo y pleno empleo en sectores como construcción y minería. Indiscutiblemente también hay que mencionar una serie de aumentos de capital en diferentes empresas que implican que finalmente las inversiones se diluyan impidiendo al IPSA avanzar. Si bien pocas veces se menciona, otro factor relevante ha sido el tipo de cambio, ya que el dólar bajo como en los niveles actuales implica que las empresas exportadoras (mineras, salmones, etc.) vean afectados sus ingresos en pesos, así como también las empresas chilenas multinacionales tales como LAN, retail en general, SONDA, vean mermadas sus utilidades cuando se transforman a pesos. Para 2013 se espera que en general las condiciones económicas mejoren, pues al menos se aprecia un crecimiento de China más sólido, así como también luces y alivios en varios de los temas que hicieron de 2012 un año complejo en Estados Unidos y Europa. Esto debería de traducirse en que durante el próximo año el IPSA rinda positivamente en torno al 15%, aún cuando las mayores oportunidades se encuentren en empresas que no se vean afectadas por ninguna de las variables antes mencionadas y que afectaron al índice en 2012. Es de esperar que el precio de las materias primas tienda a mejorar, que el precio del dólar suba y que mejoren las condiciones de la energía, con probabilidades favorables de lluvia: 50% año normal; 35% año lluvioso; 15% año seco. Espero que este 2013 traiga mejores rentabilidades para el IPSA que lo que fue para el 2012, lo que beneficiará a los fondos de pensiones A y B principalmente y a todo quien que estime asumir riesgos que no se encuentran en la renta fija.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Minería poco competitiva

El actual gobierno ha demostrado un buen manejo de la economía, pues independiente a los niveles deficientes de popularidad que mes tras mes le enroscan, los indicadores en materia económica están del todo bien, destaco crecimiento y empleo. Creo, eso sí, que con cierta ayuda, pues que una de las economías más potentes del mundo como lo es la china crezca y crezca como lo está haciendo, se traduce en un elevado precio para el cobre, nuestro principal producto exportador, el cual está alcanzando valores por sobre los US$3,50 dólares la libra esta semana en la Bolsa de Metales de Londres, generando así grandes ingresos para Chile. Este aumento en el precio del cobre no necesariamente implica a futuro mayores ingresos para Chile, esto no sólo por la incertidumbre de su demanda en el mediano plazo o por la creciente aparición de sustitutos, sino porque el margen de utilidad de cada libra de cobre se ha ido reduciendo en el tiempo. Los costos de producirlo se están elevando: de 0,5 dólares la libra hace unos treinta años a cerca de 2,2 dólares actualmente. Esto implica, por ejemplo, que si China se desacelera fuertemente el margen podría reducirse a escasos centavos de dólar por libra y el aporte a la economía nacional sería mínimo. Uno de los insumos que más se ha encarecido en su producción es la energía, sobre todo si la comparamos en términos relativos al de diferentes procesos productivos de otros países líderes en producción cuprífera como Perú. Por cada dólar que ellos gastan en energía para producir cobre, nosotros gastamos tres. Con un 300% más en costos energéticos, nuestra industria minera carece de una ventaja competitiva clave para enfrentar escenarios complejos en materia de precio del metal, lo que nos deja en un escenario complejo cuando el precio del cobre cae, contexto inminente. Las autoridades chilenas hábiles y diestras en economía no han sabido gestionar este tema, pues quizás se trasladó de la arena económica a la comunicacional, donde las competencias han sido algo escasas. Quién sabe si fue a partir de la fallida Central Eléctrica de Barrancones y la improvisada reacción y comunicación que ese hecho tuvo, que políticos, ambientalistas, economistas mal llamados “verdes” y el público masivo se niegan a pensar en un país con una matriz energética eficiente y apropiada a nuestras ventajas comparativas. Cualquier solución jamás implicará el holocausto ambiental o el daño visual que muchos se han encargado de publicitar y que produce cortacircuitos en muchos, y que han impedido incluso a un gobierno débil en popularidad afrontar decisiones de país necesarias. Confío en que un liderazgo tozudo solucione pronto este tema, incluso por sobre consejeros que sólo buscan apoyo para sus presidenciables, pues resulta impostergable hacer competitiva a la industria minera nacional, apreciando la contribución social que hace a nuestro país.

martes, 9 de octubre de 2012

Campañas con Voto Voluntario

Mucho se razonó sobre las virtudes del voto voluntario para los procesos eleccionarios en Chile, destacando el carácter democrático de ejercer el acto cívico sin obligación, en un escenario de comprensión de las propias libertades individuales. En mi opinión, el tema del voto voluntario se transformó en una idea muy aceptada transversalmente en la ciudadanía, y por tanto de trato muy popular, que convocó quizás poca racionalidad objetiva, pues está demostrado que aquellos países que instauraron este sistema aumentaron en desigualdad social, toda vez que terminan finalmente siendo los electores de los niveles más elevados socioeconómicamente los que votan de manera voluntaria, y los con menores ingresos los que no votan de manera voluntaria. Ahora bien, uno de los beneficios del sistema “voto voluntario” debiese ser la naturaleza de las campañas políticas previas a la elección. Esto porque no sólo es fundamental convencer – o persuadir – al electorado mediante una campaña para que vote por alguien en particular, sino adicionalmente hay que convencerlo que tal día asista y finalmente vote. Se estima que cerca del 60% de las personas debiésemos votar, con tendencia a aumentar la probabilidad en los antiguos votantes y a disminuirla a un tercio en los nuevos, principalmente jóvenes; así como también aumenta la probabilidad de voto en los extremos políticos y disminuye en quienes tienen líneas de pensamiento más mesuradas. Por lo mismo, las campañas deberían de desarrollar toda una serie de racionalidades, que por sobre cánticos pegajosos, carteles, afiches y eslóganes creativos, produzcan el deseo y finalmente la conducta del sufragio en quienes no manifiestan interés en hacerlo. Recientemente hemos visto – por no decir disfrutado – de un debate presidencial en Estados Unidos, donde los candidatos se han referido a diversos temas con niveles de profundidad y análisis que generan discusión, que finalmente se traduce en el interés de la ciudadanía en votar. Instancias pertinentes serán necesarias en nuestro país en la medida que los candidatos perciban como valioso el incentivo a votar, lo que se generará en la medida que la inercia de la obligatoriedad disminuya con el paso del tiempo, pues tanto cartel y aviso debe empezar a dar lugar a campañas de ideas y argumentos que muchas veces se confina a espacios y públicos muy reducidos. Será responsabilidad de todos el generar momentos y lugares para que esto acontezca. Obviamente después de esta elección habrá mucho análisis, que sin lugar a dudas nutrirá con razonamientos futuras campañas.

jueves, 23 de agosto de 2012

Minería Minería Minería

Usualmente y bajo el punto de vista económico se asocia a nuestra Región de Valparaíso con la logística de exportación -puertos marítimos y terrestres-, servicios turísticos de intereses especiales y sectores específicos de la agricultura. Sin embargo, nuestra región posee un desarrollo importante en el área minera y con un potencial poco apreciado, y que, quién sabe debido a su poca visibilidad ciudadana, se ignora en la común percepción. Sin duda alguna, la minería del cobre es el primordial recurso minero de la región principalmente extraído desde el yacimiento y mina de Codelco, división Andina. Mineral que es trasladado por ferrocarril desde Saladillo, casi en paralelo al río Aconcagua, hasta Ventanas, donde se refina. También hay extracción de oro, plata, zinc, molibdeno, y algo de plomo en el sector cordillerano, y minería no metálica como la extracción de carbonato de calcio y calizas, en torno a la comuna de La Calera. En los siguientes años, la actual industria minera regional tendrá un crecimiento explosivo, pues se desarrollará un proyecto minero en conjunto entre las empresas Anglo American, Mitsui, Mitsubishi y Codelco que permitirá extraer cobre desde la mayor reserva cuprífera del mundo, con más de 2.100 millones de toneladas, y que está ubicada en nuestra región, en el sector cordillerano de Los Bronces y Río Blanco, a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Esto implicará ser reconocidos, aunque hoy no se precie, como la región minera de Chile. Sin embargo, esta enorme oportunidad para la región posee una gran debilidad: faltarán personas disponibles para cubrir la gran demanda de trabajo. Lo han dicho diversas autoridades vinculadas con la minería y el trabajo, así como también estudios nacionales imposibles de citar en estas pocas líneas y que se refieren al déficit de personas capacitadas en carreras mineras, estudios donde también se hace referencia a los elevados salarios que reciben quienes trabajan en este sector. Esta debilidad no sólo es propia de nuestra región y país, ya que similar situación acontece en países como Perú y Ecuador. En este último, y a modo de muestra, el diario El Comercio fechado el 2 de abril de este año indica que la industria minera ecuatoriana presenta un déficit de un 87% en mano de obra, y por consiguiente contrata ingenieros, geólogos y técnicos de europa. A mi entender, el enorme potencial minero de nuestra región debe traducirse en que muchos jóvenes orienten sus carreras o escojan profesiones vinculadas con la minería, así como también deberían de desarrollarse suficientes empresas de apoyo y obras públicas para la gran minería, y carreras profesionales y técnicas que permitan aprovechar el potencial que tiene la región en un futuro y que me permito augurar y resumir en las tres palabras con que titulo esta columna.

lunes, 23 de julio de 2012

Resfrío económico

El contexto económico mundial está complejo, durante las últimas semanas las bolsas, sobre todo las de las grandes ciudades europeas, han mostrado bajas increíbles –algunas sobre el 5% en un día-, que facilitan aumentos en los niveles de incertidumbre en todos los actores y al menos por los próximos doce meses. Si bien se espera que durante este segundo semestre tengamos ciertos desenlaces, otras certidumbres deberían de concretarse ya avanzado el 2013. Bajo este escenario, un cuestionamiento oportuno es preguntarse qué tanto nos podría afectar esta crisis económica. Tiendo a pensar de manera relativamente optimista, pues si bien nos veremos perturbados, el nivel de contagio debería ser más bien leve, como por así tildarlo de resfrío económico. Descarto de plano que la economía chilena caiga enferma, pero la profundidad de la crisis y su lenta recuperación implicará de todas formas cierto nivel de contagio. En palabras simples, cuatro son los canales posibles de contagio: el comercio internacional de una economía, la liquidez de ella, las expectativas de los agentes y finalmente los términos de intercambio. Hoy básicamente la economía chilena ha dado señales de contagio a través de su comercio internacional, el cual ha disminuido cerca de un 15% en dos de los principales destinos, pues las exportaciones al viejo continente europeo han disminuido en cantidad y en precio, y a China principalmente por la disminución en el precio del cobre. En 2008 el contagio fue más fuerte y agripó la economía chilena, pues se produjo no sólo a través del comercio internacional, sino además en las otras variables: hubo una caída en la liquidez en dólares y en pesos, y también disminuyeron las expectativas y el optimismo, pues pese al crecimiento en el consumo durante 2009 hubo recesión por la sobrerreacción de las empresas al ajustar sus planes de inversión conjuntamente a una excesiva reducción de los inventarios, que incluso al día de hoy aún nos complica como por ejemplo en ciertos subsectores de la construcción. Detectar oportunamente la forma de contagio permite buscar el antídoto o remedio más efectivo. En tal sentido, pienso que hoy en relación al 2008 el contagio es menos agresivo y el remedio por lo mismo menos complejo, pues se puede realizar una eficaz política contracíclica. Mi tranquilidad implica de todas maneras una desaceleración para la economía chilena en 2012: crecimientos en torno al 5,2% el primer semestre y al 3,9% durante el segundo semestre. Confío que esto así será, pues de haber un contagio vía liquidez, la infección sistémica será elevada entre bancos, países y continentes, implicando entonces para nuestra periférica y abierta economía antibióticos más enmarañados.

miércoles, 6 de junio de 2012

Invertir en España

El Rey de España ha dicho en su visita a Chile que nuestro país es digno de recibir ahorros de sus connacionales, pues bien, yo me permito indicar que España también es buen destino para nuestras inversiones. Existe una situación de incertidumbre económica no sólo en su península, sino también en toda Europa, y no se vislumbra cómo se puede aminorar, pues se complejiza el problema al entrecruzarse temas financieros y económicos, con otros sociales, políticos e históricos. Hoy la discusión involucra a varios países, a bancos, a entidades económicas internacionales, a organismos políticos multinacionales, y entre todos ellos deben acordar cómo será el buen proceder. Los gobiernos tampoco son lo suficientemente solventes y los bancos presentan problemas financieros altísimos, por lo que no existe autonomía para una efectiva solución independiente. De la crisis del 2008 se aprendió la lección que las posiciones duras de cualquier involucrado trae como consecuencia un resultado peor para todos, lo que facilitaría entonces convencer al actor con más poder: Alemania. Para aquello, se requiere de un efectivo actuar político, y esto hace demorar eventuales soluciones, pues en definitiva lo que hoy falta es un apoyo concreto a los bancos y a los depósitos, a través de una adecuada capitalización. De no darse eso, el mercado seguirá respondiendo a la incertidumbre antes señalada, pues podría desencadenarse corridas bancarias contagiándose el resto del mundo dado el tamaño de los bancos y la interrelación entre ellos y países, tanto en activos como pasivos. Para la anterior crisis, Estados Unidos intervino en su propia economía, con el respaldo de su propia soberanía y autoridad, pero en el caso de Europa, se ignora cómo se procedería para la justa retribución a Alemania, así como tampoco no existen las garantías suficientes de que en definitiva se respeten los acuerdos. Pues capitalizar los bancos es el primer paso, luego se deberá continuar analizando planes de austeridad y estrategias afines, impopulares para democracias. Esta situación de incertidumbre tiene a los mercados bursátiles con mínimos históricos, especialmente España. Analizo el contexto y considero improbable que no exista una recuperación en el mediano plazo, pues a diferencia de la crisis japonesa de principios de los noventa, no hubo en España un aumento explosivo de los valores de los activos en los últimos años, a excepción quizás de los inmobiliarios. Me permito entonces visualizar una recuperación del índice bursátil español en un par de años, por lo que es un buen momento para que ahorros chilenos se dirijan a España. No se debe invertir de manera generalizada, sino en empresas específicas: algunos buenos activos están sobrecastigados en sus ingresos, aun cuando sus modelos de negocios son sólidos con mercados diversificados a nivel mundial y podrían ser buenas alternativas de inversión, y serían éstos entonces los merecedores de nuestros ahorros.

miércoles, 11 de abril de 2012

Economía y Popularidad

Objetivamente el gobierno ha demostrado un adecuado manejo económico. Esto lo afirmo principalmente por dos indicadores: la tasa de crecimiento económico y los niveles de empleo. Sin embargo, los indicadores de popularidad, los niveles de percepción de las personas sobre la gestión, según diversos estudios de opinión, no señalan resultados satisfactorios. Curiosamente destaca en ellos como el principal atributo del gobierno su gestión en el ámbito de las relaciones internacionales – dudo sobre el conocimiento que sobre este tema tenga la muestra recalcando que son estudios que obedecen a la percepción – y no su gestión en lo que a economía se refiere, pese a los buenos resultados demostrados.

Últimos estudios sociológicos, ya discutidos ampliamente en 2011, apuntan a una supuesta vinculación entre el índice de popularidad de un gobierno y la inflación en el territorio bajo su administración. Si la inflación es mínima, demuestra que los precios en promedio no están aumentando significativamente y por ende los presupuestos familiares tienden a estar bajo cierto control. Si por el contrario, la inflación aumenta, la percepción de las personas es que su consumo empieza a superar su restricción presupuestaria, generando supuestamente una menor aprobación al gobierno. Por las características demográficas de nuestro país, dicha vinculación entre inflación y popularidad gubernamental tendría mayor relación en lo que hace un tiempo a la fecha se ha denominado como “el IPC de los pobres”, es decir, la inflación considerando como canasta los bienes y servicios de consumo en segmentos de menores ingresos, productos que también son del consumo de la clase media-baja. Una relativamente alta inflación trae consigo una menor popularidad del gobierno, puesto que los presupuestos familiares se contraen, efecto que ocurre principalmente en estos segmentos de una población, y por tanto sería labor de un gobierno que busca elevar su popularidad mejorar en este punto.

Un camino de solución es la disminución de impuestos que permitan disminuir el precio de muchos bienes y servicios. Probablemente el lector al igual que muchos políticos ya está considerando él que se refiere específicamente a los combustibles, pero su reducción – que por cierto sería muy aplaudida – no traería consigo una mejora en la popularidad, foco de esta columna, pues la mejora presupuestaria en los segmentos bajos no sería del todo positiva, ya que sería un alivio principalmente a la clase media y media alta, recortando también los beneficios sociales de las clases media-baja y baja, segmento que es el foco de nuestro análisis.

Entonces, si las medidas no pueden ir canalizadas vía impuestos, sí pueden ir de la mano de bonos, dirigidos a los segmentos que más necesitan una ayuda presupuestaria, en los tiempos y oportunidades que las familias lo necesitan (invierno, navidad, marzo) y no necesariamente – permítanme ingenuidad – en los meses previos a algún proceso eleccionario. De ésta y quien sabe otras formas de tipo comunicacional, el gobierno podría mejorar su popularidad y pensar en la continuidad política de quienes lo apoyan.

lunes, 5 de marzo de 2012

Crisis en Irán y efectos en Chile.

El recurso petróleo ha sido la causa de la mayoría de las guerras de los últimos lustros, y quien sabe también lo será de alguna en este 2012. Eso muy bien lo sospecha Irán, país que está en el “ojo del huracán”, y no exclusivamente por el uranio como lo pensaban sus líderes, sino porque es el cuarto país productor de petróleo del mundo, y también el segundo en gas natural, títulos que lo alertan, pues ser económicamente importante se traduce en ser políticamente relevante.
Si Estados Unidos realiza un ataque preventivo, tal cual lo aconseja Israel al definir las sanciones económicas americanas como insuficientes, la situación económica mundial tendría que enfrentarse a un escenario muy complejo, no sólo por las consecuencias de una escalada en los precios del petróleo, sino también por los estrechos márgenes en que operan muchas economías en cuanto a la gestión de la política monetaria.
En Estados Unidos un grupo de parlamentarios republicanos ya han manifestado su pleno acuerdo a un eventual bombardeo, y además se está empezando a generar una cierta ansiedad por lo que podría ser un enfrentamiento bélico en un lugar complejo bajo el punto de vista geopolítico (entre Europa y Asia emergente). Sin embargo, el Presidente Obama ha dicho en conferencia que “nadie ha anunciado una guerra”. Su preocupación se percibió en el nivel de molestia con que dijo tales palabras. Pienso que no debería de haber un enfrentamiento bélico, al menos de aquí a noviembre, pues el día 6 de ese mes son las elecciones presidenciales en el país del norte y si bien las guerras pueden ser usadas para aumentos en la popularidad de un Presidente, genera flancos vulnerables en contextos eleccionarios, pues por ejemplo el costo económico de las guerras no generan beneficios económicos que asocien el triunfo militar a una rentabilidad económica. Por lo mismo, en un escenario donde la economía americana no dispone de márgenes fiscales la “opción guerra” está, o debería estar, en último lugar, y eso lo sabe muy bien, un Presidente que es simultáneamente candidato.
De haber un conflicto bélico, la economía chilena se vería afectada: el precio de los combustibles aumentaría, y por ende el precio de la bencina. Casi el 100% de la energía que nuestro país utiliza para el trasporte está asociada al petróleo. Adicionalmente la sequía nos pone en jaque en lo que a energía se refiere, por lo que un aumento en el precio del petróleo nos encarece el precio de los sustitutos. También habría un alza en el precio del dólar, de los productos importados, y todas estas alzas generarían presiones inflacionarias, insisto que en un año donde el contexto de la economía mundial no deja muchos márgenes de maniobra, por lo que las familias y personas verían reducir su poder de compra, generando eventualmente disminuciones en la popularidad del gobierno chileno, y quién sabe si algún conflicto adicional, que al igual que las guerras, hay que evitar, pues como diría Winston Churchill “una guerra nunca resuelve problema alguno, no hace sino plantear otros nuevos”.

lunes, 2 de enero de 2012

Más que un idioma

Existen muchas columnas que incentivan el estudio del chino mandarín basándose en argumentos que se vinculan principalmente con las perspectivas laborales en un escenario económico donde el comercio internacional es cada día más importante, sobre todo con Asia y principalmente con China. En esa línea, podría dar como argumento que las inversiones chinas en Chile prioritariamente han sido en la agroindustria y en la minería, y que se espera un aumento de la inversión en otras industrias, por lo que hablar chino sin lugar a dudas generaría ventajas competitivas personales únicas para quien desee trabajar en ellas, así como también podría argumentar que la superficie terrestre cultivable en China no alcanzaría a futuro para alimentar a su numerosa población y que por ende Sudamérica aparece como un continente que podría suplir tales necesidades a través de exportaciones, o simplemente podría indicar como argumento que dominar el idioma extranjero más hablado en el mundo sin lugar a dudas abriría, para quien así lo desea, enormes oportunidades laborales y sociales. Sin embargo, mi intención en estas líneas es fundamentar la importancia de aprender este idioma desde otra perspectiva.
A mi juicio, aprender chino mandarín se traduce en una oportunidad única de expandir nuestra mente y la forma en que pensamos. Si bien el estudio de cualquier lengua se traduce en una excelente oportunidad para aprender otra cultura, en el caso en particular de este idioma, permite acceder a una bastante diferente a la nuestra, que exige entonces un mayor enriquecimiento, pues permite entender que la visión que tenemos de muchas cosas en occidente, particularmente en Latinoamérica, es absolutamente parcial y miope. Apreciar la cultura china, no sólo disfrutando de sus artes, sino comprendiendo aspectos históricos, religiosos y sociológicos facilita entender de mejor forma la contemporaneidad. El mundo del hoy y las complejidades del ser en siglo XXI exigen miradas que van más allá de nuestras culturas y propias soberbias, pues centrarse sólo en fórmulas occidentales limita el raciocinio y el buen entendimiento. En tal sentido, aprender este idioma abre la oportunidad para acceder a esta cultura desde fuentes más directas que cualquier otra lengua como canal instrumental.
Adicionalmente la escritura china posee sinogramas, es decir, no son letras como en un alfabeto tradicional, sino un sistema bastante logosilábico, en el que cada carácter es un concepto abstracto de la vida real que se va relacionando y concatenando para formar palabras y oraciones. Esto permite desarrollar el pensamiento con una mirada más dilatada y estética, muy diferente a la nuestra, que en determinadas etapas de nuestra vida, como en la segunda infancia, aquella entre los 6 y los 12 años, permitiría al estudiante el desarrollo de miradas integrales y compresiones del medio diferentes a las tradicionales, como cuando a esa edad se aprende a jugar ajedrez o a tocar algún instrumento musical.
Por lo mismo, el aprendizaje del chino mandarín debe entenderse, no sólo como un medio para acceder a una ventaja en un mundo altamente competitivo, sino como una oportunidad para el desarrollo personal, ya sea a través de la comprensión y deleite de una cultura, como también en el desarrollo cognitivo de quien aprende una lengua tan completa.