jueves, 11 de febrero de 2010

Cambio de Gobierno y de Trabajo

Siempre me han gustado las películas sobre submarinos. Las tramas de todas ellas son siempre muy similares: por alguna razón, el submarino se queda en el fondo del mar, a la espera de ayuda externa, mientras en el equipo de marinos hay roces de liderazgo por las decisiones tomadas, cunde el desánimo entre los marinos aún vivos por la nostalgia de sus familias, y el final siempre involucra la muerte de un héroe que sacrifica su vida por la de sus compañeros, quienes ya en tierra deben sobrellevar su existencia junto a la pena por sus compañeros muertos.
Esta tristeza por la separación, entre sobrevivientes y fallecidos, acontece de manera menos dramática pero muy similar en el mundo de las organizaciones. Cuando ocurre una fusión, o simplemente una reducción en los puestos de trabajo, las gerencias de las compañías deben de tomar la decisión de desvincular a muchos de sus trabajadores. Otros empleados prefieren no continuar en la empresa debido a que los equipos de trabajo se ven mutilados sin poder cumplir con las exigencias requeridas. Pero siempre este período, que muchas veces es mal llevado por las instituciones, genera el rompimiento de grupos y equipos de trabajo, que por años han funcionado con o sin imperfecciones, dejando cicatrices emocionales tanto en los que se quedan como en los que se van.
Un reciente estudio de la Universidad de Yale señala que los más afectados frente a esta separación son los trabajadores que se mantienen en la empresa. Si bien ellos no caen en la posición de buscar trabajo, sí continúan con la incertidumbre de su futuro laboral, además deben de asumir la carga de trabajo de los que se van y cierto sentimiento de culpa por quedarse en la empresa –similar a los marinos sobrevivientes- mientras que sus antiguos compañeros deben de ajustar sus presupuestos y buscar nuevos horizontes laborales.
En un cambio de gobierno, sobre todo a uno de la oposición, como el que acontece en nuestro país, muchos trabajadores de gobierno y del Estado deberán dejar sus cargos para ser asumidos por miembros del equipo de confianza del elegido. Al interior de cada empresa pública, de los organismos de Estado, ministerios, intendencias, gobernaciones, embajadas y un sinfín de organizaciones, se están o producirán cambios de personas y rompimientos de equipos de trabajo.
Por sobre otros análisis positivos vinculados a la eficiencia y a la innovación fruto de dichos cambios, existen variables emocionales que afectan tanto a los que se quedan como a los que se van. La tristeza de las despedidas y separaciones son parte de la naturaleza humana y deben ser acompañadas por liderazgos enfocados a la búsqueda de las nuevas confianzas, que permitan la eficiencia de un equipo bien unido, preocupándose en su inicio más por el equipo que por las tareas. Si no se logra formar equipo no se podrá avanzar en las tareas, por muy ejecutivo que sea el liderazgo imperante, y muy apremiantes las necesidades a cubrir.