miércoles, 7 de agosto de 2013

Crecimiento y estabilidad

Las clasificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitchs Ratings evaluaron positivamente los números, cifras e indicadores fiscales chilenos, resaltando incluso el impacto que tiene y tendrá la baja en el precio del cobre sobre el presupuesto nacional y la desaceleración en el crecimiento interno. Uno de los aspectos positivos de las conclusiones de ambas clasificadoras es la seriedad y estabilidad con que aprecian la institucionalidad del país en materia fiscal, lo que indudablemente genera confianza, institucionalidad que cuenta con el respaldo de la generalidad de la estructura política. Este respaldo y apoyo transversal ha permitido un notorio crecimiento económico en las últimas décadas. Indudablemente el país ha cambiado, se ha desarrollado de manera asombrosa e incluso por estas semanas el Banco Mundial clasificó a Chile como parte del grupo de países con ingreso alto (US$ 14.280 per cápita). Cuestionable ha sido el modelo de distribución del ingreso, asignatura que ha quedado pendiente permanentemente. En estos últimos años ha tomado fuerza la idea de mejorar en aspectos que se vinculan con este último punto, incluso cierta dinámica del tipo emocional ha influido los discursos de los presidenciables, donde se habla de reformas, cambios, asambleas, palabras que atemorizan al inversionista, quien no las considera a la hora de hacer pronósticos y evaluaciones financieras y que desde luego no aportan estabilidad. Por lo mismo es imprescindible que existan mayores claridades en torno a lo que se pretende, ya que ninguna tasa de retorno es amiga de la incertidumbre. Quizás por lo mismo, la candidata presidencial con mayores probabilidades de ganar la elección y que a su vez más temor podría generar en el empresariado, presentó ya a su equipo económico, donde destacan nombres reconocidos. En tal presentación la candidata se refirió a dos puntos esenciales: que sus objetivos no son sólo una reforma tributaria, sino también la generación de un programa económico que apunta al desarrollo productivo, competitivo y energético del país; y que este equipo se encargará en definitiva de “todos los aspectos esenciales para que Chile siga creciendo a buen ritmo”. Esta última idea me parece importante, ya que independiente de cuál de los candidatos triunfe, el próximo gobierno será complejo: existen variadas demandas sociales y las perspectivas económicas no se aprecian del todo favorables. Transmitir y reforzar ideas, objetivos y programas pro crecimiento económico son esenciales a la hora de dar tranquilidad a quienes son pieza clave del crecimiento económico, principal camino de la estabilidad de un país.