jueves, 22 de diciembre de 2011

El año de la Codicia

No me cabe duda que este año será recordado y evocado puesto que diversos movimientos sociales a nivel mundial lo han marcado. Prueba de ello, es que “los indignados” han sido elegidos como “el personaje del año” por la Revista Time, pues se manifestaron contra diversas situaciones en muchos contextos, generalmente de manera pacífica, y desde la decepción y la desilusión del sistema económico.
En Chile se manifestaron contra diversos situaciones, por ejemplo contra el transporte público ineficiente, las empresas de telefonía móvil y el costo de los equipos, las de electricidad con sus cuentas poco claras, de gas y sus despachos atrasados, los bancos por comisiones abusivas, las transacciones en internet inseguras, las multitiendas y sus repactaciones unilaterales, los jardines infantiles y sus descuidos en seguridad, la educación y sus costos y calidad, las bencineras y los engaños de quienes atienden, las inmobiliarias y empresas constructoras por la ingeniería poco sísmica, las automotoras y los arreglos mecánicos inexistentes, los monopolios de las notarias, la colusión de farmacias, de avícolas, contra las empresas de buses y sus choferes con turnos inhumanos, los correos y las encomiendas que jamás llegaron, las Isapres y sus reajustes y restricciones por enfermedades preexistentes, contra el monopolio de especialidades médicas, la calidad de la televisión abierta, los comerciales en televisión cerrada, la lentitud en el ancho de banda aun cuando cobran por servicios mejores, el contrato telefónico que jamás firmaron con aquel Carrier, por la responsabilidad no asumida del supermercado por los hurtos en su estacionamiento, contra las antenas de celular en lugares residenciales, el impuesto al combustible, por el IVA al libro, la edificación sin cesar en miradores como los de Santa Inés en Viña o la construcción en las dunas de Reñaca y muchas otros reclamos, que quizás el ávido lector es capaz de continuar.
En la gran mayoría de los casos se percibe cómo se busca elevadas rentabilidades presentes e individuales por sobre otras menores pero estables y comunes en un mayor plazo, demostrando entonces, que la codicia ha terminado siendo uno de los pilares de la economía de mercado, pues se ha instaurado como valor social relevante el éxito económico individual rápido, y a como dé lugar, como lo estaría demostrando el Caso La Polar, por sobre otros valores solidarios y de comunidad. Queda demostrado este año, que la desigualdad y la injusticia económica deben ser temas a resolver por la economía a fin de buscar la sostenibilidad del propio sistema.
A mi entender, estamos en presencia de una falla sistémica, pues el modelo económico instaurado en gran parte de las economías está demostrando que es vulnerable a la propia esencia del ser humano, pues como mamífero ingenioso que somos, hemos transformado la economía de mercado en un gran desenfreno neoliberal. Fiscalizarnos en la codicia será uno de los ejes de cualquier política económica sostenible a partir de este ya terminado 2011.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Optimista!

Estoy optimista. No quiero entrar en cifras, pues creo que sería caer en complejidades, pero he estudiado y analizado permanentemente lo que está sucediendo en materia económica tanto en Europa como en Estados Unidos, y después de varios meses con franco pesimismo tiendo a ser optimista.
A mi entender, los mercados bursátiles internacionales tenderán a fluctuaciones cada vez menores, disminuyendo así su volatilidad, producto de las medidas acordadas y por decidir, pero principalmente por el buen ánimo a adoptarlas. Esto permite entonces aseverar que las mayores bajas en las bolsas europeas y estadounidenses ya ocurrieron, y por lo tanto, se presentan a muy buen precio para invertir en ellas para el mediano y largo plazo. Se aprecia interesante el mercado ruso y el brasileño. Esto no quiere decir que la crisis ya pasó en Europa, todo lo contario, viene un año de crecimiento negativo para esa economía con niveles de cesantía elevados, inflación, ajustes sociales dolorosos, y en general un clima adverso en lo social.
Para el caso particular de nuestro país, también me muestro optimista para su economía. Si bien las cifras vinculadas a la producción y al crecimiento no han sido de las mejores (IMACEC por ejemplo), los niveles de empleo nos indican que la economía marcha a buen ritmo. Tendrá una desaceleración en 2012, claro está, pero el 2013 debería ser ya un año mejor. El mercado bursátil tenderá a menores fluctuaciones para luego retomar un año alcista, liderado primero por empresas vinculadas al retail para después construcción y banca. Para mediano y largo plazo este mes de diciembre es un buen mes para tomar posiciones. En relación al dólar, en estos días debería tener una tendencia leve a la baja, tenemos una barrera importante en los 500, para después fluctuar con tendencia alcista con tope en la barrera de los 550. En el mediano plazo tendencia a la baja. Los niveles de desempleo deberían de aumentar para el otoño de 2012 para posteriormente retomar el ritmo actual y encontrarnos con un 2013 con desempleo muy bajo. En relación al Cobre, su precio se mantendrá elevado debido a la demanda asiática.
Para algunos psicólogos, el optimismo es una actitud que nace de la interpretación personal de hechos externos, que se traduce en el buen ánimo y otros valores como la perseverancia que permite, e incluso facilita, el actuar y sus conductas. Para algunos poetas y filósofos, el optimismo sólo nace del pesimismo, pues cuando el ser humano está en este último estado, sólo se vislumbra entonces tiempos mejores. Es ésta quizás la mejor definición del actual estado económico: sólo es posible mejorar.
La voluntad de acuerdos políticos en relación a temas económicos demostrado por los líderes europeos, sólo permite augurar escenarios económicos superiores a los actuales. Por lo mismo, y pese a que el 2012 será un año con complejidades económicos, me muestro optimista y esperanzado. Al menos hasta que China nos lo permita.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Política y economía

Ya sabemos los resultados de las elecciones en España, que confirman a la oposición en el nuevo gobierno. Muchos analistas concuerdan en que el disgusto de los españoles en relación a temas económicos, como los niveles de cesantía o paro, provocaron en gran parte el apremiante cambio de gobierno. El triunfo del PP bajo el liderazgo de Mariano Rajoy es aplastante, por gran mayoría, lo que genera una tranquilidad al mercado financiero al augurar que esta plataforma política asentirá realizar cambios necesarios de manera más expedita. Tiendo a pensar que las decisiones y soluciones que se avecinan no serán del todo populares, por lo que la estabilidad política sólo estaría asegurada si las estrategias a implementar dan fruto justo antes del próximo período eleccionario.
Ejemplos como éste, como nunca antes en nuestra historia reciente confirman la relación que existe entre la política y la economía, pues en el mundo de hoy no se puede hacer política sin hacer economía y viceversa. Cambios de gobierno en Grecia, Italia y España, se deben principalmente a los problemas económicos de esos países, y quién sabe si no se avecinan otros cambios más, pues en la medida que la crisis en la Eurozona se agrave, incluso los gobiernos de Francia y Alemania, y también Estados Unidos, podrían sufrir relevos en las siguientes elecciones, pues de no solucionarse los problemas económicos, los problemas políticos no tardan en aparecer.
Por lo mismo, una crisis económica puede ser vista como una oportunidad para la política, pues en la medida que se tomen las resoluciones adecuadas, el partido político en el gobierno puede prolongar su estancia durante las otras elecciones confirmando que para la política es importante la economía, relación recíproca. En nuestro país, el manejo económico en tiempos de crisis expone al gobierno a una vitrina de liderazgo importante, tanto así que las críticas al gobierno del Presidente Frei en los tiempos de la crisis asiática afectaron incluso sus futuras intenciones presidenciales, mientras que las buenas maniobras del gobierno de la Presidenta Bachelet alzaron su popularidad en las encuestas de su tiempo.
Dada la relación mutua entre economía y política es que cada vez es más frecuente que los partidos políticos de países desarrollados cuenten con equipos de economistas que permitan augurar escenarios y plantear alternativas de solución, así como también las empresas norteamericanas y europeas están contratando como asesores a políticos, ya no bajo la exclusiva figura de “lobistas”, sino como descifradores del entorno y sus futuribles.
Hace unas semanas atrás, el Primer Ministro de Luxemburgo, señaló que el gran problema económico de Europa es cómo ganar la siguiente elección política, haciendo un sarcasmo directo, a que las soluciones económicas pasan primero por asegurar la reelección del partido gobernante. No lo sabrá él, pienso, que debe liderar a una economía muy pequeña que depende exclusivamente de la de sus países limítrofes, ahí, justo al medio, en el epicentro mismo de la actual crisis.

lunes, 24 de octubre de 2011

Indignados y Demagogos

En el último tiempo hemos estado viviendo en diversos niveles, pero generalizado en todo el mundo, un movimiento social que demanda una mayor participación en todas las áreas y esferas. Sin exagerar, es un fenómeno absolutamente extendido, y que los sociólogos y estudiosos del comportamiento humano están analizando y deduciendo de él las más diversas conclusiones.
Sea en Europa, en Asia, o en nuestra América, los fenómenos sociales consistentes en manifestaciones públicas están generando demandas de cambios o de políticas públicas nuevas: por la energía, por la ecología, por la libertad de expresión, por cambios culturales, por leyes específicas, en fin, por un sin número de situaciones, donde los integrantes de cada sociedad en particular, se manifiestan a fin de hacerse escuchar en calidad de “indignados”, de ahí el apodo por ellos recibido.
En tales realidades, los sistemas políticos y legales existentes tienen todos ellos los canales democráticos para que los integrantes de esa sociedad puedan dar su parecer y manifestar sus voluntades, y me refiero específicamente al derecho a manifestarse públicamente ejercido en la calle y al derecho a voto ejercido en la urna. Si bien ambas son formas legítimas de expresión, la pregunta es ¿por qué ha aumentado la primera por sobre la segunda? Estimo que una causa podría ser la mínima participación de los más jóvenes en los procesos electorales, ya que la mayoría no se inscribe ni participa en dichos pasos.
Pienso que si bien se tiene el derecho a manifestarse públicamente, éste no puede ser la única forma de hacerlo, ya que para que sea verdaderamente legítima tal manifestación, debe ir necesariamente acompañada de la expresión de nuestras voluntades, ideas y necesidades por los canales constitucionales y legales, es decir, nuestra manifestación en la urna de votación. Sin nuestra participación por los canales constitucionales y legales, la expresión en la calle, obviamente, pierde su legitimidad.
Por otra parte, y es lo que más me preocupa, movimientos sociales como los que estamos viviendo en muchas partes del mundo, pueden dar pie a que personas asuman liderazgos demagógicos y muy transversales, pues las multitudes finalmente siempre necesitarán quien los guíe y represente, y ya se pueden apreciar como algunos políticos y economistas están alineándose al sentir de grupos de “indignados”, haciéndose parte de ellos, aun contra sus propios principios, valores, actuaciones anteriores y dichos previos.
Lamentablemente los demagogos confunden a las personas, pues finalmente las demandas asertivas de algunos se embrollan con las locuras de otros, y los mayores beneficios son obtenidos por quien ejerce el liderazgo embaucador y no las personas “indignadas” que se fiaron. Peor aun si confían su voto, pues el demagogo puede obtener legítimamente autoridad y poder para resolver cuestiones de manera absurda, generando en el largo plazo más “indignados”, que no logran darse cuenta que la democracia se debe construir y cuidar entre todos.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Envidia e injusticia

Basta que el Sistema Interconectado Central falle, para que medio Chile quede sin energía eléctrica. Se quedan sin luz la mayoría de las empresas, entre ellas, centros comerciales y supermercados. Uno de ellos es saqueado por una multitud de más de 200 personas, la que sin Dios ni ley, limpió cada uno de los estantes y refrigeradores. Si bien ese tipo de actuaciones podría estar justificado en escenarios bélicos o de extrema y humana necesidad, no se explica para la realidad actual del país. Entonces, ¿qué es aquello que motiva este actuar, para no asemejarlo al simple hurto?
Una de las hipótesis podría tener su asidero en la envidia, pues para algunos, la presión social por el consumo, como señal de estatus social en una comunidad que lo valora como sinónimo de éxito, es el elemento motivador de tal conducta. Pues si la fortaleza del carácter y la personalidad se basa en el tener, pues cualquier oportunidad despierta una conducta proclive al hacerse de algo, incluso si no es propio. Y es aquí donde la envidia se justifica para quien hurta, pues la razón exige argumentación, y es la justicia, la que el ladrón llama justicia, lo que permite finalmente el hurto.
Muchos creen vivir en la injusticia, pues diversos hechos en el acontecer nacional dan la sensación, para algunos, de vivir permanentemente “abusados”. Intereses ilegales, conductas monopólicas, usuras, entre otras protervas prácticas. Si bien existen casos demostrables donde esto es cierto, y que han sido ampliamente difundidos, quiero pensar que obedece a excepciones, pues vivir en una sociedad percibida como injusta genera la necesidad de buscar la equidad, la justicia, por lo que muchos operan finalmente con el pensamiento de que si las instituciones me hurtan permanentemente, que uno les hurte a ellos sirve para equiparar las cuentas. Para explicar y en menor escala, pero con igual significado, está la deshonestidad de quien se da cuenta que al pagar en su vuelto o cambio tuvo una regalía, y que en virtud de la enorme rentabilidad de la empresa hace caso omiso a su casi extinta conciencia.
Por envidia o por justicia, o por cualquier otra hipótesis, el actuar de estas personas en ningún caso está justificado, empero si está sucediendo debiese ser considerado como una muestra de lo que estamos construyendo como sociedad, pues los dichos desafortunados de algunos, como marginar a quien no sea de su comuna en lo que a educación se refiere, o tratar de lumpen a quien no es hijo de un matrimonio de características conservadoras, sólo potencia la desunión y aleja el clima fraterno. La paz social que tanto necesitamos, no empieza en contratar más guardias para ese supermercado, o en reclutar más carabineros, sino en un cambio de actitud de todos. En el caso de las empresas, empieza por asumir conductas asociadas a las buenas prácticas, no sólo con rentabilidades más normales y alejadas de la usura, sino también responsables socialmente con sus trabajadores, pues si no somos realmente justos, nadie lo será por nosotros.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Usura a más de 90 días

Con sorpresa reviso la prensa y me informo que el gobierno incentivará a las grandes empresas a cumplir con un comportamiento de pago adecuado con las Pymes, a través de la entrega de un “Sello Pro Pyme” que certificará que el pago es en un plazo inferior a 30 días corridos. De esta manera se espera que las grandes empresas certificadas sean escogidas por las Pymes como mejores clientes, y por ende los prefieran para sus transacciones, aun cuando en la realidad, el pequeño empresario vende donde puede, mas si las grandes empresas en algunos sectores industriales poseen conductas del tipo monopólicas, con poderes negociadores altos, donde el empresario de menor tamaño siempre pierde, esperanzado como David frente a Goliat.
Gran parte de las empresas, y he ahí el incentivo gubernamental, paga en plazos superiores a los 60 días, incluso superiores a los 90 días, lo que obliga al pequeño empresario a buscar financiamiento externo. Ya bastante endeudado, su acceso al crédito siempre es limitado, por lo que el financiamiento muchas veces es con recursos propios, lo que los obliga a tener un capital de trabajo bajo el óptimo, menor a lo deseado, afectando entonces su nivel de ventas. Parte importante de sus costos, por no tener necesariamente alta tecnología, son sus trabajadores, con quienes tiene una obligación mensual, pagos periódicos a 30 días, y cuyo incumplimiento es sancionado fuertemente. Para qué referirnos a la Pyme exportadora, sector altamente vulnerable a las variaciones del precio del dólar, pues cuando éste cae por los $460, la rentabilidad disminuye al punto de obligar el cierre y quiebra de muchas.
Este es el ahogo permanente en que viven las Pymes, 140 mil empresas en Chile, más del 98% de las empresas existentes en nuestro territorio y que dan empleo a más del 60% de los chilenos. De más está recordar las bajas tasas de emprendimiento en Chile y los aspectos positivos del autoempleo para economías en desarrollo. Por lo mismo, no cuestiono el incentivo del gobierno, sino que discuto que se deba incentivar al empresariado a generar y mantener políticas empresariales adecuadas, justas, las que se denominan como buenas prácticas, pues claramente debería nacer de ellos mismos, pues la verdadera responsabilidad social no es aquélla que se publicita, sino la que se vive permanentemente.
La empresa chilena debería de encaminarse a conductas responsables con sus proveedores, acreedores, trabajadores, clientes, distribuidores y propietarios, y en general, todos sus públicos. Pues justamente son las malas prácticas de algunas empresas las que enturbian el escenario económico, social y político, pues abusos y usuras de algunos dañan el sano lucro, la adecuada rentabilidad que tienen otros por hacer bien su quehacer, su negocio. Incentivar las buenas prácticas empresariales me parece bien, pero me gustaría una actitud aun más fuerte del Ministerio de Economía, pues cuando la “zanahoria” no es atractiva, la “vara” debiese tomar su lugar.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Estrategias económicas para la Región

¿Desaceleración o recesión? Si bien aún no se sabe cuál será la profundidad de la crisis económica, sí podemos augurar que la economía chilena no crecerá al ritmo de los últimos años, con tasas para 2012 y 2013 en torno al 5% o menos. Esta situación afectará a la Región de Valparaíso, pues si la economía nacional se caracteriza por ser abierta, nuestra región también, y más, y si el mundo está en problemas, nosotros también los tendremos.
Por lo mismo, si los mercados europeos y el estadounidense, y quien sabe cuál otro, entran en contrariedad, el futuro económico de la Región en el más corto plazo permite augurar contextos complejos para sectores industriales ligados a la exportación, al consumo y al crecimiento. Nuestra Región posee industria agrícola y minera de bajo valor agregado, servicios turísticos de exportación y una fuerte logística de exportación, terrestre y marítima, todos ellos verán afectados sus resultados para los próximos períodos. Dependiendo del nivel de profundidad de esta crisis, esto podría traducirse también en disminuciones fuertes en el consumo, afectando al comercio y al retail, y por ende a las empresas ligadas al crecimiento, como la construcción. Pero este escenario negativo corresponde a una parte del ciclo económico, ya que la Región en el mediano plazo tiene oportunidades de crecimiento únicas, pues si una disminución en el crecimiento de mercados de destino nos golpea, entonces el mejoramiento en la tasa de crecimiento de dichas economías nos afecta positivamente.
Esta circunstancia de vaivén, propia de una economía abierta hace pensar entonces en estrategias para suavizar las profundas oscilaciones. En ese plano, la diversificación de nuestra oferta, así como de los mercados de destino, disminuyen el riesgo. En ese contexto, el desarrollo de industrias y de obras civiles públicas, como carreteras y el añorado túnel de baja altura, permite llegar a mercados sudamericanos no del todo aprovechados. Desarrollar mercados no sólo permite diversificar riesgo, sino también lograr mayores volúmenes de producción, necesarios para bajar los costos cuando el futuro auspicia un crecimiento con un dólar relativamente bajo.
Pero el desafío económico no tan sólo debe ir por el lado del aumento de la cantidad exportada, sino también por el lado de la calidad de nuestro producto. En ese sentido, bienes y servicios con mayor valor agregado permiten alzar márgenes y de esa forma generar una estructura económica ya no tan ligada al precio de commodities y bienes básicos, también de otros que requieren más personas, y personas más capacitadas, tales como el turismo de intereses especiales y cualquier otro que requiera innovación, donde son necesarios la investigación y el desarrollo que tanto puede aportar la industria del conocimiento, los centros de investigación y las universidades.
Tengo fe en el futuro económico de mi Región ya que si bien los niveles de emprendimiento, de generación de empleo y las inversiones públicas no han ido al ritmo que quisiera, la diversificación de exportaciones, de destino de ellas, el desarrollo de industrias con mayor valor agregado y la tipología de sectores industriales presentes, permiten augurar un futuro prometedor, ya no tan dependiente de contextos positivos de unas pocas economías.

martes, 30 de agosto de 2011

Problemas políticos y no económicos

Con extrañeza leo los reportes de las empresas chilenas, americanas y europeas. Los resultados de la mayoría de ellas son positivos, sobre todo si se comparan con el año 2010. Me informo también sobre diversos indicadores económicos de la realidad nacional y el país se ve en muy buen pie, por lo que finalmente concluyo que la economía debería tener un horizonte más bien despejado. ¿Por qué entonces los mercados bursátiles anticipan escenarios negativos? Porque en diferentes frentes no existe claridad en temas políticos y sociales.
En Europa estamos en presencia de un conjunto de gobiernos que no logran ponerse de acuerdo en diferentes temas económicos, con una gran falta de un sólido liderazgo que se traduce en dispares voluntades y medidas que no fluyen en soluciones claras. Se observan arranques y arrojos de algunos, pero no un actuar compuesto e integrado. Los países del sur, finalizando ya su verano mediterráneo, con graves problemas económicos, con altos niveles de riesgo y tasas de interés no sostenibles, donde por ejemplo Italia ha tenido nuevamente que recortar su presupuesto con las implicancias que eso tendría en su crecimiento. Noticias de eventuales quiebras de entidades financieras, de cuentas nacionales con datos falsos y cesación de pagos por parte de países serán la usanza si no logran una sinergia política.
Cruzando el atlántico, Estados Unidos se enfrenta a dos situaciones políticas complejas. Un Congreso que brindó un triste espectáculo al no permitir un aumento en el presupuesto y un año de elecciones, donde los roces de ese Congreso y el Candidato Obama harán temblar los mercados, donde eventualmente ellos son capaces de generar una recesión con tal de hacerle la vida imposible a Obama. Lamentable por un tema político se generaría una recesión innecesaria.
En nuestro país el clima político y social tampoco es el óptimo desde el punto de vista económico, ni tiene una relación con los buenos números que ha logrado el gobierno. Muchos acusan a que es este clima desfavorable el que no ha atraído inversión extranjera, pues Chile en escenarios internacionales volátiles destaca como un destino seguro y confiable. Mantengo mi hipótesis de que los conflictos actuales no han implicado aumentos de riesgos para las inversiones, mas si consideramos que el caso La Polar golpea de mayor forma la confiabilidad de nuestro sistema financiero que cualquier otro hecho. Creo, sin embargo, que el inversionista experimentado conoce muy bien la seriedad de nuestro país y le merecemos absoluta confianza.
Por lo mismo, los focos en diferentes partes del mundo nos ponen en alerta, pues no sólo necesitamos que la economía marche apropiadamente, sino que aspectos políticos y sociales sean los favorables, que garanticen un clima, un soporte, para que la economía empuje el desarrollo. Si en cualquier economía no aparecen soluciones políticas se generarán problemas económicos, y quién sabe si serán éstos los que obliguen a muchos a aunar criterios y convergencias, así como a otros a generar el liderazgo que finalmente hace tanta falta para el desarrollo.

viernes, 12 de agosto de 2011

Crisis, alemanes e inflaciones

Si bien aún es demasiado prematuro para alcanzar conclusiones de la debacle bursátil de las últimas semanas, pues sus efectos en la economía real todavía están por verse, desde luego se puede adelantar algunas luces de lo que será el sello de la economía global en los próximos años debido a lo hasta ahora sucedido.
La década anterior, bajo el punto de vista económico, marchó principalmente en función de la deuda. En muchos casos inclusive fue a partir de sobreendeudamientos que potenciaron la economía, impulsados por favorables tasas de interés posteriores a los atentados de las Torres Gemelas. Muchas de esas deudas, fueron créditos a personas que no tenían características de buen pago, los subprime, y que generaron activos basura en bancos e instituciones financieras que finalmente cayeron en quiebra, produciendo la crisis financiera del 2008.
Entonces para salir de ella, más crédito se otorgó, por cierto que regulado, acompañado por una serie de medidas públicas, que a la larga llevaron a que “los vecinos más pobres del barrio”, Grecia para la Unión Europea, no pudieron finalmente mantener por no poseer ritmos de trabajo y crecimiento adecuados como los países más desarrollados. Por otra parte, Estados Unidos requiere de un presupuesto mayor para enfrentar tales políticas, sobre todo en un período previo a elecciones presidenciales, donde el gasto público aumenta. El congreso estadounidense aplicó entonces la política de “zancadillas” y dejó a Obama sin “Línea de Crédito” con lo cual Clasificadoras de Riesgo castigaron al país del norte rebajando su categoría de pago, noticia que afectó a los mercados.
Pues bien, frente al desastre bursátil acontecido se propone, por una parte, la rebaja permanente de tasas de interés en el país del norte, y por otra, una serie de socorros del Banco Central Europeo a los “vecinos con problema” como son España e Italia. Si bien la quiebra de Grecia ya es un dato, y su expulsión de la Unión es casi un hecho, aún se ignora qué podría suceder finalmente con Irlanda. Pero, ¿quién en Europa tiene recursos para ayudar si los del norte tienen problemas, los del Mediterráneo también con cesantías de más del 15%, y los de Europa oriental son muy pequeños? Nuevamente Alemania. Pero los alemanes ya se están fastidiando, pues ya apoyaron a sus hermanos en la reunificación, y a Europa en otros problemas. ¿Por qué nuevamente debemos salir a levantar a los más flojos? dirán. Pues bien, las grandes soluciones a la actual crisis en el corto plazo dependen exclusivamente de la paciencia del pueblo alemán, próximo a un proceso eleccionario y con popularidad con tendencia bajista.
Pero la solución en el largo plazo vendrá finalmente de Estados Unidos, China y Europa, que para subsanar los problemas de pago tendrán que aplicar políticas monetarias, que en el fondo son impuestos disfrazados, e imprimiendo billetes generarán inflaciones, como las que ya tenemos en Brasil y en China, pero que finalmente harán crecer la economía durante los próximos diez años.

jueves, 4 de agosto de 2011

Fin del Sobreendeudamiento

No me cabe duda que este año será recordado por los economistas como aquel donde el sobreendeudamiento tuvo fin, o al menos fue cuestionado. Para demostrar lo anterior me explayaré en dos hechos que aunque al lector pueda no encontrarlos relacionados, si tienen mucha vinculación: el caso La Polar y la crisis en Estados Unidos.
El origen del caso La Polar, radica en el otorgamiento de crédito excesivo a personas cuyos ingresos familiares no alcanzan para cubrir grandes préstamos. Si bien el crédito directo de esta multitienda, como la de otras, ha sido una oportunidad para que la clase media alcance niveles de consumo elevados, la excesiva “generosidad” de la empresa en cuestión al otorgar créditos enormes llevó a destruir el presupuesto de sus clientes, y de paso su propio negocio. Posteriormente vinieron las repactaciones unilaterales, pero el problema ya estaba: las familias no tenían ya capacidad de pago.
Ahora analizamos la economía estadounidense, bastión de la economía liberal. Las personas y familias se endeudan para consumir, y eso hace funcionar la economía, pues el ingreso ya está comprometido para el pago de deudas anteriores. Para quienes tenemos cercanía con estadounidenses o connacionales radicados allá, sabemos que ellos viven en exceso endeudados, pues todo funciona con la llamada “bicicleta financiera”, vale decir, en palabras simples, la persona se endeuda para pagar otra deuda, y así sucesivamente. A nivel de Estados Unidos (también Grecia y otras naciones hoy cuestionadas) tenemos lo mismo, es decir, una economía que gasta más de lo que gana. No nos olvidemos que los “ahorros” de Chile están en bonos del gobierno norteamericano, principalmente en dólares. Pues hoy les queda claro a los gobernantes, que no sólo es importante realizar políticas públicas, sino que éstas deben ser lo suficientemente sustentables, bajo el punto de vista económico, en el tiempo en que se requieren.
El SERNAC define al sobreendeudamiento como aquella situación en la que “los ingresos no alcanzan para pagar las necesidades básicas (servicios, vivienda, alimentación, etc.) ni los compromisos derivados de créditos o cuentas contratadas por servicios”, lo que coincide con las dos situaciones antes explicadas, pues el excesivo endeudamiento de las personas – en Chile en siete veces su sueldo – de las familias, y de los países ha traído consigo incapacidades de pago, destruyendo negocios y dañando economías.
Por tanto, si el motor de muchas familias, empresas, y países es la deuda, y ésta ha sido en exceso, las familias, las empresas y los países deben ajustar sus presupuestos, “apretarse el cinturón”, y eso traerá consigo reducciones en inversión, gasto y consumo, lo que aplicado al sistema económico mundial se traducirá en una crisis económica, con recesión norteamericana incluida. Las deudas a futuro deberían de realizarse dentro de determinados parámetros, es decir, una deuda controlada, pues claramente el sobreendeudamiento hoy nos lleva a un abismo económico, quizás el mismo de hace tres años, quizás nunca salimos de aquél.

Un Hotel en 15 norte

Desde hace varios años que se ha discutido sobre la construcción de un lujoso hotel en la intersección de 15 norte y la Av. San Martín, en la localización que por décadas ocupó el Sanatorio Marítimo de Viña del Mar. Hoy el terreno ya se encuentra desocupado y presto a ser utilizado en la construcción del inmueble.
Como la edificación del hotel despierta resquemores en la comunidad vecina y muchos como yo nos mostramos plenamente a favor, me permitiré argumentar mi opinión replicando cada una de los fundamentos que se han dado en contrario.
Lo indicado por muchos como el principal motivo para cancelar el proyecto, consiste en la naturaleza del inmueble y sus efectos en los conurbanos inmediatos, principalmente por ser un edificio en altura, lo que genera sombras de tarde y obstaculización de la vista al mar para los vecinos. Esto, según se ha dicho, trae asociado efectos negativos en la plusvalía del sector, lo que a mi juicio no es así, pues un hotel de estas características implican desde una arquitectura estética hasta servicios de primer nivel, lo que claramente potenciaría el sector. Sin ir más lejos, sectores como Caleta Abarca y la plaza de Viña mantienen posicionamiento turístico exclusivamente por los hoteles Sheraton y O’Higgins respectivamente. Lo mismo cabría preguntarse para el sector de la Av. Perú, pues el Hotel del Mar, y principalmente el Casino, son polos de desarrollo turístico que levantan esa área de la ciudad.
En relación a la altura del inmueble, muchas discusiones en urbanismo acontecen debido a que unos expertos prefieren un cubo vertical, como el planteado para el hotel en cuestión, mientras que otros autores optan por construcciones de tipo horizontal de menos elevación. Éstas si bien no quitan vista a los pisos en altura de los edificios colindantes, sí castigan la vista del transeúnte a nivel de la calle, perjudicando, a mi entender, de mayor forma. Por lo mismo, la opción arquitectónica planteada es la más apropiada.
Otros vecinos critican la edificación al borde del mar por razones estéticas y de maremotos. Tenemos 12 kilómetros de costa urbana, y es nuestro recurso turístico más importante según varios estudios, nuestra ventaja comparativa, por lo que debemos aprovecharla para atraer turistas. En relación a desastres naturales, de aplicar un argumento así deberíamos de desplazar la ciudad al menos medio kilómetro para el interior, lo que no es factible.
Ya contra argumentadas las razones evocadas para oponerse al proyecto, me permito apoyar las razones a favor de la construcción, basándome en la generación de empleo y de comercio asociado a los proyectos turísticos, pues la ciudad claramente posee una vocación en esta área y la Región también así lo ha definido, y el sector turismo posee únicas potencialidades, de demostrado crecimiento mundial y de agregaciones de valor en economías, tan necesarias, por cierto, en nuestra ciudad y Región. La construcción del hotel debe ser considerada como una opción de la ciudad por el turismo y el comercio.

jueves, 21 de julio de 2011

En la urna y en la calle

En el último tiempo hemos estado viviendo en diversos niveles, pero generalizado en todo el mundo, un movimiento social que demanda una mayor participación en todas las áreas y esferas de las distintas sociedades. Sin exagerar, es un fenómeno absolutamente extendido, y que los sociólogos y estudiosos del comportamiento humano están analizando y deduciendo de él las más diversas conclusiones.
Sea en Europa, en Asia, o en nuestra América, los fenómenos sociales consistentes en manifestaciones públicas están generando demandas de cambios o de políticas públicas nuevas: por la energía, por la ecología, por la libertad de expresión, por cambios culturales, por leyes específicas, en fin, por un sin número de situaciones, donde los integrantes de cada sociedad en particular, se manifiestan a fin de hacerse escuchar.
En tales realidades, los sistemas políticos y legales existentes tienen todos ellos los canales democráticos para que los integrantes de esa sociedad puedan dar su parecer y manifestar sus voluntades. Éstos en nuestro país son aquéllos que son elegidos como sus representantes en los órganos públicos, vale decir, Presidente de la República, Diputados, Senadores, Alcaldes, Concejales. Ellos son los que nos representan y los elegimos porque nos personifican, y además encarnan nuestras ideas o ideologías, por eso optamos por cada uno de ellos. De esta forma las corrientes mayoritarias como las minoritarias están debidamente representadas para que se legisle y se den soluciones como políticas públicas representativas de acuerdo a la voluntad de quienes los eligieron.
Entonces cabe preguntarnos ¿cómo es posible que no se confíe en aquéllos que elegimos para representarnos? ¿Ya no nos representan? O debido a otros factores quienes nos representan no fueron escogidos en las oportunidades democráticas correspondientes, sino más bien a designaciones posteriores, tales como determinados reemplazos en el Congreso. O bien, continúo con hipótesis, quienes se manifiestan simplemente corresponden a quienes su representante no los encarna, por haber optado por otro de los candidatos a la plaza política.
Pero en todos los casos anteriores, ¿por qué debemos entonces salirnos de los canales constitucionales y legales para hacer presente nuestras ideas y necesidades? Si bien ambas formas de manifestarse: la calle y la urna de votación, son formas legítimas de expresión, la pregunta es ¿por qué ha aumentado la primera por sobre la segunda? Estimo que una causa podría ser la mínima participación de los más jóvenes en los procesos electorales, ya que la mayoría no se inscribe ni participa en dichos procesos. ¿Por qué? Muchos jóvenes afirman que hoy los partidos políticos no los representan, abriendo entonces espacios a liderazgos transversales.
Pienso que si bien se tiene el derecho a manifestarse públicamente, ésta no puede ser la única forma de hacerlo, ya que para que sea verdaderamente legítima tal manifestación, debe ir necesariamente acompañada de la manifestación de nuestras voluntades, ideas y necesidades por los canales constitucionales y legales, es decir, nuestra manifestación en la urna de votación. Sin nuestra participación por los canales constitucionales y legales, la manifestación en la calle, obviamente, pierde su legitimidad. ¿Será entonces la inscripción obligatoria y el voto voluntario la solución?

Populismos en 140 caracteres

Para muchos Twitter es una de las herramientas de comunicación más poderosas que se ha creado. Esta red social es capaz de facilitar a sus usuarios el envío de mensajes de a lo más 140 caracteres a todos quienes los siguen, permitiendo así una interconectividad alta en un tiempo reducido. Si bien es utilizada por muchos como un sustituto de otros entretenimientos, ya que utilizan el sistema como un chat de cotidianidades, otros usuarios la manejan con el fin de compartir opiniones, planificar actividades y organizar eventos de diversa índole. Debido a que es una red social abierta, permite comunicarse directamente con autoridades, artistas famosos, o quien estimes conveniente, siempre y cuando también tenga una cuenta Twitter, así como también facilita la comunicación con quienes no conoces, pero posees actividades, intereses y opiniones similares, en mi caso la economía.
Personalmente aprecié sus buenos resultados en 2010 con el terremoto. Aquella noche, gracias a la interacción que teníamos algunos con el cientista político Patricio Navia quien se encontraba en el Aeropuerto JFK de Nueva York, muchos podíamos recibir y retransmitir información durante toda esa nefasta jornada. Durante los días siguientes al sismo, Twitter sirvió como una red de contactos para ubicar a gente desaparecida o bien para conocer el estado de ciudades y pueblos del sur, pues no existía mucha comunicación dentro de nuestro territorio, muy similar a la labor de los radioaficionados.

Por otra parte, el sistema también permite masificar opiniones, cuyo objetivo es movilizar personas, grupos, masas a objetivos de carácter popular. Sin entrar en detalles de movilizaciones que a mi juicio responden a este nivel, pues no es el objetivo de esta columna, me concentro en explicar el proceso: un usuario genera una opinión en menos de 140 caracteres, y por lo mismo sin argumento alguno ni evidencia, que despierta la sana solidaridad de otro, y de ahí a varios, todos ellos generan un grupo, un pequeño movimiento social de tan sólo consonantes, vocales y espacios por no más de 140 caracteres, que facilitan la oportunidad para algún interesado en popularidad, quien recoge tal idea y la replica, ya ahora no sólo con el apoyo de un grupo de personas, sino de un “rostro” lo que hace a otros actuar y moverse para satisfacer el gusto de ellos y así quedar bien con todos.

Encuentro excelente que se satisfagan las necesidades de las personas, pero creo que Twitter no necesariamente facilita la “democracia real” como la han definido, sino que genera espacios, no sólo para que se escuchen demandas reales, sino también para que oportunismos populares nazcan. Y en este sentido, nuestro continente tiene ejemplos de sobra.

Por lo mismo, mi voz es la de alerta, para que se entienda que Twitter es una red social con limitaciones, y que los debates comunales, regionales y nacionales requieren, o mejor dicho, exigen otros escenarios, otras vías de comunicación que faciliten líneas de argumentación, igualdad de participación, y otros elementos propios de una democracia real y no virtual.

jueves, 30 de junio de 2011

Del acceso a Viña y otras hoyos

La principal vía de acceso terrestre a Viña del Mar es la Variante Agua Santa. Por ella transitan, además de turistas y visitantes, muchos habitantes de la zona alta de la ciudad, además de residentes de barrios como Placilla y Curauma. Al ser el acceso a la comuna, es la primera impresión de muchos, que junto con apreciar las hermosas vistas panorámicas de la bahía, se ven sorprendidos cuando ante mágico escenario, sus vehículos caen sorpresivamente en enormes hoyos. Cursi sería llamarles baches, pero la lluvia de estos días sólo ha permitido la reaparición de nuestros clásicos amigos que nos acompañan por nuestros cotidianos caminos por Valparaíso y Viña del Mar.

Cuando por primera vez se recorre una ruta entre un lugar y otro, uno como automovilista los desconoce. Cae en ellos, o bien, con cierto riesgo, los va sorteando como si se tratara de un video juego. Con el tiempo, ya los conoces, sabes que en la siguiente curva viene uno, y te corres para un lado, sabiendo que luego, metros más allá, debes desplazarte hacia el otro para evitar caer en el siguiente. A medida que avanzas y no caes en ninguno, pasas a la siguiente etapa, donde es probable que caigas en algún nuevo hoyo, por desconocer las picardías del nuevo camino.

Como son cotidianos, y te acompañan por largo tiempo sin que sean reparados, ya los comienzas a saludar. Mientras los que están camino a mi trabajo les digo “Buenos días”, a los de regreso los saludo con un “Buenas noches”. No puedo negar el morbo que me produce observar, a través del espejo retrovisor, cómo el auto que viene después cae sorpresivamente en el bache por mí esquivado, permitiéndome leer en los labios del conductor molesto, alguna palabra inclasificable por los diccionarios.

Con la lluvia, los hoyos se mimetizan con las pozas, engañando al conductor, y cuando escampa, aquél talla M ahora es XL, apto para producir más daño. Además que con el agua los hoyos de las calles se reproducen, al igual que los famosos Gremlins.


¿De qué experiencia turística hablamos cuando los autos de los visitantes caen y caen en las fisuras del pavimento? ¿Bastará con instalar letreros viales que digan “Pavimento en mal estado”? Creo no estar equivocado en afirmar que si queremos realmente ser una ciudad turística, deberemos preocuparnos de toda la experiencia del visitante en nuestra zona, y no sólo de la oferta gastronómica u hotelera. Si no tenemos infraestructura vial básica, de nada sirve preocuparnos por agregaciones de valor más elevadas. Sé del esfuerzo de autoridades locales, pero creo que dado el estado del pavimento es necesaria una ayuda del gobierno central.

Por mientras, propongo sacarles foto, no para hacer un concurso que busque al más grande, sino para adherir la fotografía con el bache respectivo al mapa de nuestras comunas en Google Earth, y así ubicarlos posteriormente en los GPS de los autos. Total, de aquí a que esta tecnología se masifique, los hoyos aún estarán esperando nuestro cotidiano saludo.

El rescate griego

Abrumados están los europeos. Durante los últimos meses la situación económica de algunos de sus países se ha empeorado rotundamente. Destaca la débil situación de Grecia, y de otros países como Portugal, Hungría, Italia, también los elevados niveles de desempleo, que por ejemplo en España se traducen en que 1 de cada 5 interesados en trabajar no tienen empleo, los bajos niveles de crecimiento esperados para 2011, entre otros fundamentos económicos. Adicionalmente, el Euro como moneda se ha debilitado enormemente en los últimos años.

Esta situación era impensable tiempo atrás. La crisis financiera de hace tres años, y cuyo origen principal estuvo en los Estados Unidos, fortaleció la imagen de Europa, de su moneda, de su economía, y por sobre todo, del modelo “más socialista” que en ella reinaba. Estados Unidos y su economía liberal, fue acusada una y otra vez como poco regulada, lo que permitió enormes desenfrenos de algunos agentes económicos, ya que los mercados eran manejados sólo por la codicia, lo que hizo al mundo pagar con un par de años amargos en materia económica.

Hoy la situación es diferente. La crisis de la Eurozona tiene un origen diferente, y que se aleja de la codicia de unos. Es más, los países más sólidos de la Comunidad, como Alemania, acusan al resto de los miembros de vivir una fantasía que los unió como un idilio durante años. Y al parecer esto es así, según la OCDE los alemanes ahorran en promedio un 11,5% de sus ingresos, sentido del ahorro arraigado tras guerras y fuertes inflaciones, lo que los hace preferir siempre el “pago contado” por sobre el uso del crédito, palabra que es motor de muchas economías del mundo.
Los países más pobres de Europa debieron unificar diferentes tipos de políticas y directrices, económicas y sociales, y claramente “el poncho les quedó grande”. En un comienzo se vieron fortalecidos, como Eslovaquia que recibió numerosas fábricas traídas de España, y la población de los más pobres emigró donde los más ricos en busca de oportunidades. Pero el ritmo de vida de los países ricos fue insostenible para las naciones más pobres.

A ojos de los estados más poderosos de la Eurozona, el resto de los integrantes de la Comunidad cayeron en una permanente pereza, que hoy deben de pagar los habitantes de los países ricos. La estrategia debe velar porque la economía de cada país se levante, a costa de un daño mayor a la Eurozona, sin perjuicio de que claramente la Comunidad Europea no será la misma tras esta crisis. Muchos ya están planteando la revisión de una serie de elementos propios de su integración, lo que incluso pone en duda la continuidad de la Comunidad, al menos como la conocemos hoy.

Para muchos la crisis financiera fue el símbolo máximo de la codicia impulsada por el capitalismo americano, y hoy la crisis en la Eurozona representa la pereza de un socialismo mal llevado. Quizás es la templanza la que debe regular las economías, virtud que dicen que poseen los chinos para regular su mercado y su potencial burbuja inmobiliaria, para que se detenga de una vez por todas esta seguidillas de crisis económicas.

Desconfianza en 3 cuotas

Escribo con lamento, no sólo por lo que significa que una empresa como La Polar haya realizado “malas prácticas” con los clientes, sino además por el perjuicio a trabajadores, a propietarios y al sistema en general.

El daño a los clientes es grave, pues en algunos casos al parecer hasta unilateralmente se renegociaban las deudas, o eventualmente se les cobraba intereses y multas que no correspondían, y otras “malas prácticas” que implicaban no precisamente llevar a los deudores a Dicom. Por no cargarlos a Dicom, muchas de estas familias obtuvieron créditos en el sistema financiero más tradicional, por lo que los bancos podrían tener incobrables entre sus deudores, bancos que adicionalmente tienen como cliente deudor a La Polar, contagiándose así, en menor escala, otro sector de la economía.

También se afectó a los 9.000 trabajadores, quienes no sólo han tenido que recibir insultos por culpa de las “malas prácticas” de otros, tal cual como les sucedió a los empleados de dos cadenas farmacéuticas años atrás, sino que podrían perder su trabajo.

Tenemos también a los propietarios de la empresa, que es una de las pocas sociedades anónimas abiertas que no posee un dueño mayoritario con nombre y apellido. Ellos confiaron en sus gerentes y en su Directorio. Los más especializados inversionistas, como las AFP (donde estamos todos los que cotizamos), revisaban la información de la empresa, pero como los datos al parecer eran incorrectos, producto de “las malas prácticas”, supuestamente no hallaron defecto alguno. El inversionista retail, aquel que compra y vende acciones en pequeños montos, también se vio perjudicado por las “malas prácticas”, pues se dijo en medios, años antes, que La Polar era la única empresa Retail con “cartera de deudores saneada”.

Pero lo peor no es ninguna de las secuelas antes referidas, sino la desconfianza generalizada que esto ocasiona. En una entrevista mencioné que la pérdida para los cotizantes en las AFP no se iba a producir exclusivamente por la baja en el precio de la acción de La Polar, sino por la desconfianza en el sistema, y así se demuestra una semana después al revisar el IPSA y las acciones del retail, y esto, porque hoy se desconfía de otras empresas del retail en su manejo financiero, se desconfía de los auditores externos, se desconfía de la autoridad reguladora, se desconfía de la plana gerencial, se desconfía del anterior Directorio, se desconfía de los clientes, pues ya que ahora se sabe que están endeudados enormemente se desconfía de su capacidad de pago de deudas con otras empresas del retail y de otras instituciones financieras, y todo esto conlleva a que el inversionista extranjero desconfíe de nuestro país.

Claramente hay dos alternativas, o no se supo leer la información de la empresa, o las “malas prácticas” tienen connotación de hurto, del hurto del año, de aquel que nos hurtó la confianza que tanto nos ha costado recuperar tras la crisis subprime, pues claramente después de lo sucedido, todos perdimos.

lunes, 6 de junio de 2011

Respetemos al Cardenal

El Cardenal Medina ha tenido una postura clara y precisa con respecto a diversos temas de la contingencia nacional. Para muchos, una postura bastante sólida y contundente en temas valóricos, para otros, un rol demasiado conservador. Es esta mezcla de miradas la que por cierto hace que su figura y dichos causen bastante polémica, pues cada vez que existe un pronunciamiento de él, diferentes voces lo acusan o defienden.
Pues es, en el contexto de conservadores y liberales, que su participación en la contingencia nacional se hace necesaria, ya que plantea la visión de algunos, lo que desde tal posición permite a otros divergir y discrepar, y dicho diálogo, cuando se basa en profundidades que ni el odio ni la ira logran interceder, nutre la discusión y el adecuado avance hacia lo que algunos estiman mejor y otros peor.
Ya en años, el Cardenal Medina posee todas las limitaciones que cualquier persona tiene, pues ya sobre los 80 años puede ser presa fácil de quien de él se aproveche. Específicamente la semana pasada asistió al programa de televisión de Julio César Rodríguez, intitulado “Síganme los Buenos”, asumiendo Rodríguez que con él los buenos se irían. Pues los músicos de su programa, y él como cómplice, proposieron al Cardenal Medina, invitado a conversar, que cante una melodía con ladridos del tipo “guau guau”, sonido onomatopéyico que para el Cardenal tenía un sentido infantil, y no “erótico-ridículo” como para los ahí presentes. Que la melodía haya sido una canción que ridiculiza la discusión sobre las uniones civiles, pues tiene directa relación con la comunidad gay, aun cuando se burla de ella, agrava la situación, pues el contexto fue preparado por los músicos y el periodista para dejar caer en su trampa a un señor, ya anciano, Cardenal de la Iglesia Católica, religión con millones de feligreses en este país y en el mundo.
Considero que independiente de la actitud que en nosotros genere el Cardenal, lo acontecido en el programa de televisión fue una situación de burla y de falta de respeto, que empaña muchos de los avances que se están produciendo en términos de la tolerancia, pues personas que supuestamente son “avanzadas”, “condescendientes con la diversidad”, “liberales”, “cosmopolitas”, “de pensamiento abierto” terminan mofándose de una religión y de un anciano.
Por último, estimo que el círculo de colaboradores del Cardenal Medina, sus amigos y cercanos, deben prestar la debida ayuda y consejo para asesorarlo y orientarlo en cuanto a su debida y sensata aparición en medios, pues la prudencia debe tener cabida donde la humildad no ha tenido espacio.

Adiós Samoiedo

Son muchas las sensaciones que despierta el cierre del establecimiento Samoiedo en Viña del Mar, pues no sólo ha sido parte de las vivencias de la ciudad, que lo han llevado a ser uno de los lugares más emblemáticos de la comuna, sino además porque ha sido parte también de la propia historia de vida de cada uno de los que hemos crecido aquí.
De pequeño, muchas veces fui con mi mamá o con mi abuela: recorríamos los locales de la calle Valparaíso, para pasar luego a tomar once al Samoiedo. Si bien su decoración jamás me llamó la atención, como sí lo hacía el salón del ya extinto Café Mirabel, las vitrinas con autos de juguete de colección, y otros pocos artículos importados a la altura de mis ojos producían mi deleite junto al chocolate helado, que se comía con esas cucharas alargadas que en su tiempo sólo se podían conseguir en el extranjero.
Ya más de grande, y como once de sábado, gozaba con esos exquisitos sándwich, cortados en tres, que se caracterizaban por ser los únicos donde la palta se servía laminada, y no molida; y el té, sin los rebuscados sabores disponibles actualmente en el mercado, pero servido finamente en una tetera, la cual se mantenía en la mesa para una repetición en autoservicio. Ya en juventud, el café cortado representaba la perfecta excusa para compartir con amigos, el que te servían con gusto y confianza muchos garzones que por años te vieron crecer. Curiosamente al pagar, eran ellos mismos los que te entregaban el vuelto, en un acto que permitía cierta eficiencia en el uso de las mesas, y que ya comprendí, cuando en mi mente el asombro no lo producían los autos de juguete, sino entender los modelos de negocio que hay de tras de las empresas y del comercio, por lo que claramente el mundo ya no se veía con la magia que uno querría.
Con esta mente de adulto, que a veces aborrezco, es que comprendo que los costos de oportunidad para la familia Aste son mayores que la utilidad que hoy el negocio les produce, pues supongo que el alquiler del local permite obtener una renta mejor, la que les facilitará iniciar otros emprendimientos gastronómicos, eventualmente con la marca Samoiedo, apellido del fundador del establecimiento, apellido que aunque muchos crean no es de origen italiano, sino ruso.
Su desaparición conlleva también el fin de una época, la de la gloriosa Calle Valparaíso, la de los salones de té, la de la vieja Viña del Mar, que hoy se abre a recibir otras costumbres, en torno a cafeterías franquiciadas, donde lo nuevo es un valor, y la tradición algo que no tiene cabida. Es pues esta nostalgia inspiradora la que me hace pensar en otros establecimientos que ya no existen, y en otros que pronto podrían desaparecer. Confirmo que el tiempo finalmente lo destruye todo, y que en su naturaleza irreversible, sólo nos invita a disfrutar un buen café en los últimos días del Samoiedo, extrañando nuestra propia infancia, aquella que nos permitía ver un mundo más simple, más protegido, mucho más cómodo.

¿Y el juicio Final?

Ya sea para adivinar los resultados de los partidos del pasado Mundial de Fútbol, como para determinar el día del Juicio Final, muchas personas son capaces de creer y confiar tanto en un simpático pulpo, como en curiosos profetas, pues claramente a la mayoría el futuro les angustia, como a muchos el pasado les puede incomodar.
Tratar de adivinar y conocer el futuro ha sido una inquietud permanente de las personas, lo que nos hace meditar en cuanto a su naturaleza, su razón de ser, en torno a la propia inseguridad intrínseca del ser humano. Todos tenemos una inseguridad basal, y ella tiene su causa, a mi entender, en que el ser humano está permanentemente sujeto a muchos riesgos que pueden provenir de muy diversas causas, propios de la cotidianeidad o de nuestra existencia, como pueden ser los referidos a razones internas tales como el temor a enfermarse o morir, a perder a un ser querido, a quedar cesante, a no poder responder a sus obligaciones parentales; o a circunstancias externas como accidentes de tránsito, terremotos, inundaciones, temporales, actos terroristas, crisis económicas, guerras, entre una infinidad de ejemplos.
Ante esta inseguridad, el ser humano busca formas de conocer el futuro, de adelantarse a los hechos, de saber con anticipación lo que ocurrirá, a fin de saber que no se está corriendo un riesgo o, si lo está, de tomar las precauciones que permitan disminuir sus efectos o eliminarlo.
De allí que, en todas las civilizaciones y culturas, de todas las épocas de la humanidad, ha habido muy diversas formas por las que el ser humano ha intentado conocer el futuro, desde el vuelo de los pájaros en la Roma antigua por los “auger”, hasta leer las estrellas, o las cartas del naipe, las piedras, las hojas de té, las líneas de las manos, el iris del ojo, la luna, las sombras, una bola de cristal, la invocación de espíritus, la lectura del café, la fecha de nacimiento, la caligrafía, y en fin, cuanta ceremonia, actos todos que no tienen apoyo racional alguno, otorgando cierta seguridad para quien en ellos consulta y cree, que hay muchos, y que les permite sentirse algo seguros.
Como cristianos, en cambio, tenemos una sola respuesta, y ésta obviamente es que todas estas formas de adivinación son sólo superstición, por no llamarles entretención. El asumir y vivir cada día la voluntad de Dios, frente a las diversas realidades, gracias y adversidades, que nos toca vivir, asumiendo dichas experiencias desde la fe cristiana, son una forma de perfeccionamiento y de camino de santidad. Como dice San Pablo, podrán venir tempestades y guerras, sufrimientos, males, enfermedades, y nada de ello me apartará del amor de Cristo. Si finalmente se confía en Él, la incertidumbre jamás se transformará en la angustia que tantas veces nos desdicha.

jueves, 19 de mayo de 2011

Oportunidad Gastronómica

Desde hace un par de décadas, la gastronomía en nuestro país se ha potenciado enormemente. Si bien, las cocinas de naciones como Perú, Francia y China, entre otras destacan a nivel mundial, la nuestra ha mejorado notoriamente, y de eso todos hemos sido sibaritas testigos. Sin embargo, este avance se debe al progreso de la oferta incluso más que al desarrollo de la demanda, ya que aunque “el paladar chileno” se ha sofisticado, debido al desarrollo económico de las familias (gasto en insumos, restaurantes, viajes, canales de televisión especializados, etc.), no es tan exigente como lo permitiría el actual desarrollo de la gastronomía en los centros formadores de los futuros chefs.

Pues bien, es justamente en ese desarrollo de la gastronomía nacional que se hace necesario encuentros mundiales en nuestro país, que no sólo permitan consolidar tal progreso sino además empezar a posicionar a Chile en el área de la gastronomía, y a nuestra región, como una zona donde su cocina debiese ser parte de su ventaja competitiva por diferenciación, ya que la gastronomía agrega valor al turismo.
Esto lo afirmo, pues al analizar el posicionamiento que buscan algunas de las comunas que conforman nuestra conurbación denominada Gran Valparaíso (detallo: Valparaíso como puerto y capital del patrimonio y la cultura; Viña del Mar, como ciudad turística por excelencia; y Concón, capital gastronómica de Chile), nuestra región debería potenciar su gastronomía en relación al turismo de intereses especiales, como el patrimonial, utilizando ingredientes frutos de nuestro mar y de nuestro campo, como por ejemplo nuestras paltas. Por lo que a las ya mencionadas comunas, se agregan otras del interior, productoras de insumos, así como Casablanca con sus ya reconocidos vinos.

Es en ese contexto, que el encuentro mundial de gastronomía “Gourmonde Viña del Mar 2011” (www.gourmondechile.com ) se enmarca, no sólo como una actividad que realiza Santo Tomás como parte de la Asociación de Restauradores Gastronómicos de las Américas (AREGALA) y que reunirá a 30 prestigiosos chefs de 15 países de Europa y América, sino también como una actividad que busca desarrollar la gastronomía como expresión artística de nuestra tierra, y que concuerda con el Plan de Desarrollo Regional, pues potencia lineamientos que han sido definido como estratégicos y pertinentes por diferentes autoridades y organismos regionales.

Muestras culinarias, conferencias, concursos gastronómicos, exposiciones, clases magistrales y una gran cena internacional abierta a la comunidad y a beneficio de nuestro Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, se realizarán entre los días 6 y 10 de junio en el Hotel O´Higgins, y reunirán a estetas del sabor, dejando una huella que como institución de educación buscamos no sólo en el ámbito del desarrollo de una disciplina, ni como extensión, sino como un aporte concreto al desarrollo de nuestra región, pues no sólo estamos llamados a formar personas, sino también a contribuir con el desarrollo de nuestra región.

Vale un Perú

No será hasta principios de junio, cuando por fin sepamos quién es el nuevo presidente del Perú: Ollanta Humala o Keiko Fujimori. Para aquella fecha todos nos preguntaremos cuál de ellos es el candidato que de una u otra forma sería el más apropiado para los intereses económicos chilenos. Pero también, para esa fecha el mercado será capaz de internalizar claramente las expectativas que se tengan en torno al futuro económico del Perú, el que se reflejará en una bolsa de valores limeña, a mi entender, sobre castigada en al menos un 20%, con especial hincapié en las mineras por un eventual royalty y en la banca por la incertidumbre en el crecimiento, así como también en el valor de la acción de empresas chilenas con inversiones allá, tales como Ripley, Cencosud y Falabella. Esto, porque independiente de quién gane, el empresariado, al igual que su connacional Premio Nobel de Literatura, no ven con buenos ojos a ninguno de los dos candidatos.

Particularmente el inversionista considera como la peor opción al señor Humala, ya que, y como prueba de lo anterior, cada vez que se entregan resultados de encuestas donde lo dan por ganador, la bolsa peruana, específicamente su índice IGBVL, cae alrededor de un 3%.

La razón de la desconfianza, y a mi juicio, no pasa exclusivamente por los planteamientos de los candidatos, sino por la falta de continuidad que habría en la política económica. Es que claramente a Perú le ha faltado una base política que sostenga una democracia seria y estable, pues sin aquélla, no existe tampoco una sólida estabilidad económica, ni social, y a cualquier proyecto económico en dicho país se le exigirá tasas de retorno altas y/o plazos reducidos de recuperación de capital.

Muchos analistas realizan la comparación entre Ollanta Humala con Lula da Silva o con Hugo Chávez. Con el primero, por la esperanza de que pese a la visión izquierdista se transforme en un propulsor de la economía de mercado, como ha sido el presidente brasileño; y con el segundo, por el perjuicio que podría hacer a las inversiones extranjeras y a la economía en general del Perú. Tiendo a pensar que con Ollanta Humala la situación será diferente, pues a diferencia de Chávez, el futuro presidente peruano no tendrá a su favor el petróleo y los dólares que permite sostener ineficiencias de mercado. Por lo mismo, el camino para el próximo presidente del Perú deberá ser la continuidad política y económica que el presidente García no supo prolongar, por lo que auguro un fuerte repunte en la confianza del resto del mundo hacia tal economía, por lo que veo a Perú hoy como una gran oportunidad de inversión.

Sin perjuicio de mi mirada optimista, creo que los resultados en las elecciones de varios países de nuestro continente, tienden a indicarnos que existen necesidades sociales y económicas potentes, que de no solucionarlas, por ejemplo a través de una fuerte inversión en educación, harán de nuestro continente, un “barrio” permanentemente inseguro e inestable, carente de desarrollo económico y de la tan anhelada paz social.

lunes, 18 de abril de 2011

Consecuencias del jishin

En Sunset Park, última novela de Paul Auster, su protagonista Milles Heller invita a su novia a pasar unos días en NY, tras meses sin verla. Después de dos semanas de buen disfrute, ella regresa a su localidad quedando el protagonista con una tristeza mayor a la que poseía los días previos a la visita. Por lo mismo, el narrador describe la situación como “Ha sido lo mejor que podría haberle pasado, ha sido lo peor que podría haberle ocurrido”. Este juego de palabras, aplicable para gran parte de los hechos de nuestra existencia, sirve para entender una desgracia bajo el punto de vista económico, pues generalmente las economías desarrolladas muestran una recuperación pronta y potente, gracias al infortunio, lo cual también se presagia para el terremoto (jishin) de Japón. Sin ir más lejos, basta con remontarse a lo acaecido en el sismo de Kobe en 1995. De manera inmediata, la producción japonesa se vio afectada, pues casi la totalidad de la industria automotriz y la mayoría de la electrónica se vio paralizada. Y la que quedó en pie, sufrió consecuencias por el racionamiento eléctrico posterior junto a la carencia de determinados insumos y materias primas. Todo esto trajo consigo que los pronósticos de recuperación, tras tres meses de contracción económica a fines de 2010, se pospusieran tan sólo para fines de 2011, y pese al terremoto, pues Japón es un país rico, con mucho ahorrista local, a baja tasa de interés. Por lo mismo, durante 2011, y describiendo de manera figurativa, Japón saldrá por el mundo con una billetera generosa comprando lo que le haga falta, tanto para su reconstrucción, como para su producción o consumo. Si bien serán los países del Sudeste Asiático los más favorecidos (pues no sólo serán proveedores de Japón, sino además lo sustituirán en la exportación de bienes a occidente), Chile también obtendrá beneficios en sus industrias vinculadas al cobre, la madera y el salmón. En materia energética, la volatilidad del precio del petróleo hará lo suyo, pues la recuperación se realiza en paralelo a fuertes conflictos en el norte de África y Medio Oriente. Si bien la industria nipona requerirá menos petróleo en un inicio, la sustitución de la energía nuclear (fuertemente dañada y cuestionada) hará que el tercer importador de petróleo del mundo consuma más carbón, gas natural y petróleo, lo que sin duda subirá los precios internacionales del bien apodado “oro negro”, afectando a todas las economías no productoras, como es el caso de la chilena. Pero bajo el punto de vista económico, lo más grave es el cuestionamiento a la producción de energía en plantas nucleares, que hace preguntarnos cómo Japón, Chile y el mundo, podrán crecer. Pensar en la diversificación de fuentes energéticas según las ventajas comparativas es la solución de largo plazo, a un problema que en el presente brota como consecuencia de una desgracia, que aunque represente oportunidades económicas, su daño y perjuicio sobre millares de japoneses sólo lo sabremos con el paso del tiempo.

jueves, 7 de abril de 2011

No distraigan al Ministro

Hace unos días, se difundió públicamente que textos escolares tenían publicidad en sus páginas, la que era parte de una sección referida a educar y formar a niños en torno a la publicidad. Gran alboroto se armó, “tole-tole” diría un comentarista deportivo, pues se asumió que dichos textos no podían contener avisos comerciales reales, ya que después de todo, era publicidad. Se planteó inclusive que tal situación podría haber implicado pagos a la editorial, y eventualmente a personal del ministerio de la época por permitir y autorizar dichos textos.

Ante este escenario, lamentablemente el Ministro de Educación debió interrumpir sus labores para preocuparse de este tema, realizando aclaraciones por la mañana y planteando la solución por la tarde: se generarán textos con publicidad no real. Yo me preguntó, ¿será necesario distraer al Ministro de Educación en un tema sin mayor relevancia?

Si analizamos la situación, existen dos aristas, la primera dice relación con la publicidad como material de estudio, que a mi juicio no tiene inconvenientes, ya que lo que se utiliza es un contenido real para enseñar qué es la publicidad y cuál es la actitud responsable ante ella. Dichos contenidos fueron elaborados por expertos pedagógicos. Si retiramos las marcas de los libros, no existirían libros de marketing, de publicidad ni de administración de empresas, y si eliminamos contenidos reales, no se podría realizar docencia en carreras como derecho, arquitectura, medicina, en ninguna carrera. Por último, ¿de qué sirve aislar a los niños de la publicidad si vivimos rodeados de ella? ¿Será efectivo el proceso de enseñanza-aprendizaje en torno al consumo responsable utilizando la marca ACME del Coyote y el Correcaminos? ¿Acaso el profesor no utilizará finalmente ejemplos reales en clases para el logro del objetivo pedagógico?

La otra arista tiene relación con la existencia de ilegalidades para que tales marcas estén en tales libros, pues bien, para eso se debe hacer una investigación y esclarecer responsabilidades y culpabilidades si las hay. Pero incomoda esta suerte de “cacería de brujas” en que toda la sociedad participa buscando fallas y errores en el sistema, sea para lograr minutos de fama, o simplemente para agregar ruido donde la música ya suena bastante fuerte. Tenemos tantos problemas estructurales como para preocuparnos de lo decorativo. Prioricemos.

La educación en nuestro país es fundamental, es clave, ya que de ella depende el crecimiento de nuestra economía con menores desigualdades socioeconómicas, con mayores oportunidades para todos, con mayor movilidad social, y justamente el Ministerio de Educación se ha enfocado correctamente en eso, con una serie de medidas, que ya están dando resultados, como los entregados por el SIMCE en Lenguaje: “Hoy es un día para celebrar” acotó el Ministro, y por cierto que me alegró. Por lo mismo, no distraigamos por favor al Ministro con menudencias y bagatelas, que tiene harto por hacer y está bien encaminado.

jueves, 24 de marzo de 2011

Inflación en el Hogar

No cabe duda que uno de los problemas de la economía chilena durante este 2011 será la inflación. Ya sea por el elevado precio del petróleo y los conflictos políticos y sociales en Libia, o por el alza en el precio de los alimentos, debido a efectos climáticos severos y a la elaboración de energía a partir de alimentos, o simplemente a una escasez de inventarios debido a excesos en demanda y restricciones en oferta, lo cierto es que los pronósticos de inflación la auguran en torno a un 4,5% en 2011, y se pronostica, con mayor error estadístico, para el 2012 una inflación sobre el 3%, la calculo cercana al 3,5%.

Si bien estos números son mínimos en comparación a los que alguna vez tuvo Chile, o muchas de las economías vecinas, genera problemas de diversa índole, que tratan de controlarse mediante la gestión del Banco Central, aumentando la Tasa de Política Monetaria, para de esta forma controlar el consumo. De hecho el Banco Central ya sorprendió al mercado aumentando la tasa en 50 puntos base, y se cree que lo hará en abril en igual proporción. Con otros paulatinos aumentos, se espera que la TPM llegue a un 5,75% en diciembre de 2011, y a un 6,5% a mediados de 2012.

Todo lo anterior puede leerse algo enredado – pese a que traté de ser lo más claro posible – pero en definitiva la inflación golpeará a los hogares chilenos. Y como siempre, no ha todos de igual forma, pues el aumento en los precios, siempre afectará más a quien menos dinero gana, sea porque su restricción presupuestaria le impide maniobras, sea porque los bienes y servicios que todos consumimos casi por obligación (alimentos, servicios básicos, transporte, etc.) tienen una ponderación mayor en el presupuesto de quien menos dinero percibe. De hecho, el aumento en el precio de los alimentos se notará en el segundo semestre y afectará principalmente al que, proporcionalmente, gaste más en ellos. La inflación también afectará a las personas de la clase media, quienes generalmente tienen un crédito hipotecario en UF, por lo que el dividendo aumentará en proporción a la inflación, y las remuneraciones se indexan, generalmente, una vez al año. Por otra parte, el aumento en el precio de la energía les afectará en la calefacción en el invierno y en el transporte por el consumo de bencina de sus vehículos.

Por lo mismo el gobierno ya está tomando medidas para controlar la inflación, adicionales al aumento en la tasa de interés del autónomo Banco Central, como una disminución en el gasto público a través de un recorte del gasto fiscal que podría ascender a los 800 millones de dólares, especificando que no lo hará ni en el gasto social, ni en los recursos destinados a las regiones, lo que se felicita. Es de esperar que las medidas económicas mantengan a la inflación controlada bajo el 4%, pues desde luego el más afectado por ella son los hogares con menos recursos, familias que nos hacen recordar, que la economía está al servicio de la persona, y de su familia, de hecho la palabra economía, viene del griego y significa “administrar la casa”.

martes, 15 de marzo de 2011

El lumbago del Exportador (versión post terremoto en Japón)

Existen muchas causas para mi lumbago, entre ellas, una mala postura, un movimiento esforzado, un deficiente estado físico, algo de sobrepeso, estrés. A mi juicio, se debió al efecto sinérgico de todas ellas, en especial de la última.

¿Cómo no voy a tener estrés por los pésimos resultados de la Bolsa local? Por cierto, ¿se ha fijado cuánto cayó el valor de la acción de Vapores debido principalmente al aumento en el precio del petróleo? Por su salud no lo menciono. El tema aquí es que la Bolsa sufre una corrección debido a muchos factores (desastre japonés, AFP, toma de ganancias, excesivo aumento en su valor 2010, precio del petróleo, etc.). Por lo mismo se podría deducir que se vislumbran positivas oportunidades para comprar acciones – y aliviar mi espalda - pero como siempre hay un “pero”, éste será el escenario de inflación que tendremos en 2011 (debido a muchas razones, entre ellas nuevamente el alza en el precio del petróleo debido a la crisis política en Libia, efectos climáticos severos en Australia y Rusia que elevan el precio internacional de los alimentos, y otros factores externos) y el terremoto nipón que elevará los costos de materias primas (madera, cobre, acero, entre otras). El Banco Central debería subir la Tasa de Política Monetaria, en palabras simples, la tasa de interés para así disminuir el consumo y controlar la inflación.

¿Y qué sucedería con el precio del dólar? Una primera alza por la incertidumbre del terremoto en Asia para posteriormente a la baja (debido al elevado precio del cobre, al ingreso de capitales extranjeros debido al alza en la Tasa de Política Monetaria, etc.) y el Banco Central con muchas ganas de intervenir comprando dólares para subir su precio y generar un respaldo a los exportadores. La disyuntiva aquí es que si el Banco Central interviene el efecto será un aumento en el precio del dólar, lo que a su vez elevaría el precio en Chile de las importaciones, entre ellas, adivine: el precio del petróleo, generando otra presión inflacionaria. Por tanto, creo que el Banco Central si es coherente con su objetivo de controlar la inflación, no debería intervenir el precio del dólar.

¿Entonces qué puede ocurrir? Si el Banco Central no interviene, el Estado debería generar apoyos específicos a sectores exportadores. Pues si no sucede aquello, el precio del dólar inclusive podría romper la barrera de los 450 pesos, ¿440?, sí, puede ser. Este valor sería muy bajo para muchas empresas exportadoras, afectando entre otras variables al empleo. Por tanto, este año lo veo muy complejo para el sector exportador, quienes deberán buscar seguros, asociar sus costos al precio de la divisa (pues con ingresos en dólares a bajo precio y costos en escenario de IPC elevado el futuro se ve más que preocupante), y por cierto, tomar las precauciones que permitan disminuir los efectos de un doloroso lumbago a causa del estrés que les producirá, no contar con el respaldo económico y ergonómico suficiente del Banco Central.

jueves, 3 de marzo de 2011

El lumbago del exportador

Todos me han dicho que ya me puse viejo, y quizás tengan razón: primer día de trabajo y me viene un lumbago doloroso. Según el médico que me atendió, existen muchas causas, entre ellas, una mala postura, un movimiento esforzado, un deficiente estado físico, algo de sobrepeso, estrés. Mi lumbago, a mi juicio, se debió al efecto sinérgico de todas ellas, en especial de la última.
¿Cómo no voy a tener estrés si al regresar de las vacaciones me entero de los pésimos resultados de la Bolsa local? Por cierto, ¿se ha fijado cuánto cayó el valor de la acción de Vapores debido principalmente al aumento en el precio del petróleo? Por su salud no lo menciono. El tema aquí es que la Bolsa sufre una corrección debido a muchos factores (AFP, toma de ganancias, excesivo aumento en su valor 2010, precio del petróleo, etc.). Por lo mismo se podría deducir que se vislumbran positivas oportunidades para comprar acciones – y aliviar mi espalda - pero como siempre hay un “pero”, éste será el escenario de inflación que tendremos en 2011 (debido a muchas razones, entre ellas nuevamente el alza en el precio del petróleo debido a la crisis política en Libia, efectos climáticos severos en Australia y Rusia que elevan el precio internacional de los alimentos, y otros factores externos). El Banco Central debería subir la Tasa de Política Monetaria, en palabras simples, la tasa de interés para así disminuir el consumo y controlar la inflación.

¿Y qué sucedería con el precio del dólar? Ciertamente a la baja (debido al elevado precio del cobre, al ingreso de capitales extranjeros debido al alza en la Tasa de Política Monetaria, etc.) y el Banco Central con muchas ganas de intervenir comprando dólares para subir su precio y generar un respaldo a los exportadores. La disyuntiva aquí es que si el Banco Central interviene el efecto será un aumento en el precio del dólar, lo que a su vez elevaría el precio en Chile de las importaciones, entre ellas, adivine: el precio del petróleo, generando otra presión inflacionaria. Por tanto, creo que el Banco Central si es coherente con su objetivo de controlar la inflación, no debería intervenir el precio del dólar.

¿Entonces qué puede ocurrir? Si el Banco Central no interviene, el Estado debería generar apoyos específicos a sectores exportadores. Pues si no sucede aquello, el precio del dólar inclusive podría romper la barrera de los 450 pesos, ¿440?, sí, puede ser. Este valor sería muy bajo para muchas empresas exportadoras, afectando entre otras variables al empleo. Por tanto, este año lo veo muy complejo para el sector exportador, quienes deberán buscar seguros, asociar sus costos al precio de la divisa (pues con ingresos en dólares a bajo precio y costos en escenario de IPC elevado el futuro se ve más que preocupante), y por cierto, tomar las precauciones que permitan disminuir los efectos de un doloroso lumbago a causa del estrés que les producirá, no contar con el respaldo económico y ergonómico suficiente del Banco Central.

viernes, 25 de febrero de 2011

Negocio Festivalero

Al finalizar el Festival Internacional de la Canción vale la pena analizarlo desde el punto de vista del negocio para la ciudad. El Festival por cierto que siempre posee ciertas falencias y debilidades, como cualquier obra humana, más si está a la vista de todos, pero es innegable que genera un posicionamiento internacional importante para la ciudad de Viña del Mar, principalmente, o mejor dicho, exclusivamente en latinoamericanos e hispanoparlantes estadounidenses. Pasado “el charco” atlántico, familiares de Paolo Meneguzzi y algún melómano pop conocen de su existencia, pero claramente este evento no se enfoca a ellos.

Sin perjuicio de su relevancia principalmente nacional, es el evento más importante del verano chileno en materia de espectáculo. Cada año otros festivales mejoran su programa con números de primer nivel, a un costo inferior que el de Viña del Mar ya que los show no son transmitidos por televisión, y menos sufren el desgaste, que por ejemplo tienen los humoristas, por las reproducciones en Youtube. Pero aunque otros eventos empiecen a ser una real amenaza en términos de espectáculo, es el Festival de Viña el que hoy lleva el liderazgo. Sin embargo, el análisis no debe basarse sólo en la imagen proyectada, sino además, en cuantificar los beneficios de esa imagen, la rentabilidad que genera e implementar estrategias que permitan descubrir cómo sacarle un mayor provecho.

Quizás la principal crítica que se le ha asociado en los últimos años, es su proceso de popularización en su línea editorial, marcado por la música actualmente masiva y los números de humor, más de ambientes de Revista que de espectáculos musicales. Esto orienta el evento a un público masivo, chileno, y aleja a otros del disfrute.

Como parangón, en otros países los carnavales son los propios de esta época: el de Barranquilla con sus bailes afroamericanos, el de Río con sus bailes cargados de endorfinas, y el de Venecia con sus máscaras y disfraces cada vez menos distinguidos. Estos eventos tienen la cualidad de integrar más la ciudad y sus habitantes al espectáculo, ya que si bien en su epicentro recogen la esencia popular, tienen espacios para otros públicos de gustos variados y más cultivados. Estar en estas ciudades durante sus eventos es participar involuntariamente en ellos ya que de todas maneras el espectáculo te acoge y no te excluye. Y es esa quizás la mayor oportunidad del Festival: buscar involucrar más a la comunidad y turistas en actividades paralelas que satisfagan todos los gustos, para aprovechar todos los segmentos de mercado que el turismo pueda abarcar. Concentrarnos únicamente en el actual público de la Quinta Vergara es arriesgarnos a un solo segmento de mercado, que consume bienes y servicios de poco valor agregado.

Por lo mismo no podemos olvidar que el Festival, no sólo es un show televisivo, ni una excelente fuente de promoción en Latinoamérica, sino además es un excelente negocio que debemos saber aprovechar expandiéndolo y generando valor en los bienes y servicios de la ciudad.

lunes, 31 de enero de 2011

Espejismos de Opiniones

Cada día nos inundamos con números, porcentajes, resultados de encuestas de diferente confiabilidad, sea de aprobación de unos o desaprobación de otros: proporciones de chilenos que fuma, que bebe alcohol en demasía, que comen comida “chatarra” o que hacen ejercicio, etc. En fin, un conjunto de datos que, a veces nos despiertan la curiosidad para saber quien está considerado mejor que otros o, quienes van decayendo en la apreciación del común de los chilenos. Es más, los resultados de estas encuestas varían dependiendo de la fuente, donde incluso pueden ser contradictorios entre instituciones con fines divergentes.

Todas estas mediciones sólo podrán resultar positivas en la medida que puedan cumplir con su fin, con el propósito por el que ellas son realizadas, siendo objetivas y utilizando una metodología científica y correctamente descriptiva.

Sin embargo, muchas de las consultas que se formulan carecen del debido rigor estadístico y son respondidas por las personas sobre la base de la “percepción”, es decir, de lo que se “intuye”, “estima” o “sospecha” que podría ser la respuesta, transformando a cualquier encuestado en un experto sobre un tema. En muchas ocasiones, lo que se concluirá en estos estudios informales no es un resultado sobre la realidad misma de la materia consultada, el objeto buscado, sino sólo la percepción global, la que evidentemente, por no representar “la realidad” se debe tener conciencia de que dicho resultado como tal, es la suma de simples percepciones. Útil quizás como exploración, pero no como descripción científica de la realidad.

El efecto perverso de lo anterior, es que va potenciando el pensamiento colectivo y haciendo “realidad” lo que no es tal. Vale decir, la encuesta de “percepción” hace producir como cierto valor de realidad y por lo tanto vemos que se comienza a dar y a asumir como un hecho real o, incluso, puede llegar a que todos crean que es así, que es absolutamente real, sin ser tal. Como un espejismo de opinión. Este error no muestral, junto al interés de la fuente, puede arrojarnos resultados de encuestas que no reflejan el verdadero sentir del universo.

Por otra parte, se debe cuidar que las decisiones que se tomen en base a encuestas, incluso las que recogen la opinión de manera seria y científica, e inclusive censos, no signifique atentar sobre los valores objetivos e inamovibles. En efecto, muchas veces se piensa que si la mayoría opina de una forma, esa conclusión es considerada válida y se toman medidas y resoluciones teniendo como único fundamento esa mayoría, independientemente de valores morales objetivos. Por ejemplo, el derecho a la vida no puede ser analizado a partir de la opinión de una encuesta. No porque una mayoría, incluso circunstancial y temporal opina de una determinada manera, esa conclusión será conforme a los valores objetivos y permanentes del ser humano.

Velar por el rigor científico en los resultados expuestos por encuestas es una labor de todos, a fin de describir la realidad y encauzar la opinión pública y las altas decisiones por el camino de la verdad científica.

lunes, 24 de enero de 2011

Mente en vías de Desarrollo

Durante estos días me han consultado permanentemente por los efectos que trae para nuestra economía el aumento en el precio del dólar, y por consecuencia del precio de la bencina y del transporte, así como recomendaciones para invertir el dinero en este primer semestre, y diversas proyecciones para los indicadores macroeconómicos de 2011. Pero permítame comprensivo lector, referirme a algo que creo aún más relevante: la dificultad mayor que tendrá la economía chilena en la década que recién comienza.
Constantemente se plantea como meta que Chile sea un país desarrollado. Incluso muchos economistas y políticos de todas las tendencias plantean plazos y fechas según sus proyecciones de crecimiento para el país, y que varían dependiendo de la definición que existe para “país desarrollado” y del objetivo del discurso. Esta permanente ansia de ser desarrollado se vincula, quizás, más a las características aspiracionales, propio de muchos análisis sociológicos actitudinales de nuestra nación, por sobre datos objetivos vinculados a la superación de la pobreza o avances en infraestructura pública y tecnológica.
Un país en desarrollo o en vías de desarrollo posee una renta per cápita aceptable (sobre unos 8.000 dólares anuales), un Índice de Desarrollo Humano sobre la media, tasas elevadas de formación de capital y una economía basada principalmente en los recursos naturales por sobre industrias con mayor agregación de valor; variables que sin duda hemos mejorado, pero que nadie asegura podamos continuar mejorando en el mediano plazo. Por tanto, el foco de la discusión debería estar planteado en la mejora de éstas variables, por sobre la obsesión de obtener el calificativo de “desarrollado”, el cual es sólo una grata consecuencia.
Centrados en los indicadores económicos, mi preocupación para la nueva década es cómo Chile plantea crecer, puesto que los niveles de desarrollo actuales tenderán a estancarse para inicios del siguiente lustro si no mejoramos en variables tales como la innovación, investigación y en la agregación de valor. Por lo mismo, asumirnos como “en vías de desarrollo” nos permite dialogar sobre características sociales que hacen de nuestra nación, una población en vías de desarrollo.
Nuestra actitud hacia el ahorro, o nuestro comportamiento en el consumo principalmente basado en el de los países del primer mundo, nuestra forma de trabajar y muchos otros ejemplos revelan que nuestra cultura es en vías de desarrollo. Una mente en vías de desarrollo jamás nos hará ser un país verdaderamente desarrollado, pues el desarrollo económico no sólo implica innovación, competitividad y productividad, sino además, y previamente, un cambio de mentalidad.
Cambiar nuestra forma de pensar implica como país invertir en educación, en benchmarking internacional a nivel empresarial, en mejoras de eficiencias intra e inter industrias, en valorar la innovación, lo diferente, como una oportunidad de crecimiento y no como una debilidad que atenta nuestra insegura y propia mente subdesarrollada.

martes, 11 de enero de 2011

La comunicación incomunicada.

No crea usted que el título de esta columna fue escogido sólo para causar el interés del lector, que por cierto eso ha logrado, sino que para explicar un concepto que efectivamente acontece cotidianamente y que describe, en gran parte, la relación entre las instituciones de educación superior y la empresa.

Muchas teorías de la comunicación avalan la idea de que todo comunica, desde una simple señal de tránsito con una flecha hacia la izquierda, hasta situaciones en las que uno podría pensar que no existe comunicación y, sin embargo, igual se produce. Específicamente la comunicación incomunicada se explica en ejemplos tan cotidianos como cuando la única respuesta de tu interlocutor es un silencio, deduciendo por tu parte la respuesta según sea el contexto, o bien cuando dos interlocutores hablan sin lograr entenderse, deduciendo ellos que no logran comunicarse.

Pues bien, es en este marco en que uno podría establecer relaciones entre actores donde la comunicación se da de manera incomunicada, como es el caso de muchas instituciones de educación superior y las empresas, situación propia de economías no desarrolladas. Justamente el desarrollo de economías está apoyado entre muchas otras variables, en un diálogo complementario entre ambos tipos de organización, que permiten desarrollar competencias de manera continua a la población en virtud de los requerimientos de la comunidad, extensión de igual modo e investigación asociada al desarrollo de la nación.
Por lo mismo vale preguntarse por qué la comunicación entre la institución de educación superior y la empresa es incomunicada. Planteo al menos las tres hipótesis. La primera de ellas, se refiere a que ambas partes desconocen la importancia, la sinergia, que tendría ese diálogo, y por tanto, no visualizan las ganancias, económicas y no económicas de dicha vinculación. La segunda hipótesis surge del lenguaje, ya que podría ser incomunicada cuando la relación se da con definiciones diferentes para mismos conceptos, por ejemplo, los conceptos de eficiencia o de productividad entre una y otra. Por último, la tercera hipótesis la origino desde los prejuicios que existen de una a otra y viceversa, basados quizás en las diferencias de lenguaje.

Independiente de cuál hipótesis sea la correcta, o varias de ellas, u otra, el trabajo para que la comunicación no sea incomunicada ha sido parte de los objetivos esenciales de la Comisión Universidad – Empresa creada por ASIVA hace algunos años, y es justamente esa mesa la que espera facilitar tal comunicación. Aun cuando sea responsabilidad de cada institución o empresa vincularse, debe existir siempre una organización que vele para que en nuestra sociedad la cultura de la colaboración domine los espacios de una economía en desarrollo que pronto exigirá de sus instituciones una mayor y mejor vinculación, en plena sociedad del conocimiento.

lunes, 3 de enero de 2011

La amenaza de Wikileaks

“La web derribará a uno de los principales bancos del mundo, mostrando su sistema de corrupción” afirmó recientemente Julian Asange, fundador de Wikileaks. El banco aludido es el Bank of America, una de las instituciones vinculadas al sistema financiero norteamericano que tuvo relación con el inicio de la crisis financiera, y por cierto, uno de los bancos más grandes del mundo.
La función de desclasificar archivos por parte de Wikileaks es altamente atrayente en términos de la información divulgada. De hecho es una institución mediática cuyo supuesto fin es filtrar (leaks) información que a sus ojos refleja el comportamiento poco ético de algunos, ya sean gobiernos, instituciones o empresas. Esta acción obviamente cautiva audiencias al enterarnos de lo que se dice “a baja voz” en las oficinas más privadas del planeta, o se escribe en los computadores más inaccesibles. En el fondo, es la farándula de alto nivel, impulsada por un supuesto promotor de la transparencia, que hace cuestionarnos los niveles frágiles de seguridad en organismos que pensábamos eran herméticos.
Pero es esta transparencia la que muchas veces se puede hacer peligrosa. Enterarnos de todo, generar máxima nitidez no puede ser del todo adecuado. Claro, quién no va a cuestionar a la Verdad como un valor esencial de personas y de nuestra cultura, pero hay ciertas cosas que, aun siendo verdades, siempre deben mantenerse en secreto, merecen la discreción. No todos debemos saber todo. Porque, sin faltar a la verdad, la información pertenece a algunos, así como la prudencia debería pertenecernos a todos.
Pues bien, sin prudencia, se podría transparentar más de lo necesario: aquello que, por ejemplo, sólo satisface a la curiosidad. Pero es de interés, por cierto, conocer qué sucedió al inicio de la crisis financiera, no sólo por fisgonear o para evaluar culpabilidades, sino para aprender cómo se originó y así evitar crisis futuras. Ya otra cosa es enterarnos públicamente del manejo interno de instituciones o de secretos que, por satisfacernos en la curiosidad, afecten nuestra estabilidad económica.
Las noticias que el mercado debe informar están claramente establecidas por ley en lo que se denomina un “Hecho Esencial” de una compañía, y los gobiernos tienen sus canales de comunicación públicamente establecidos y son muy cautelosos, o deberían serlo, con las noticias financieras y económicas, pero divulgar o transparentar información privada, que ponga en jaque a compañías o gobiernos en materia económica, podría poner en peligro la estabilidad del sistema económico mundial, ya que está lo suficientemente vinculado y conectado entre economías y sectores industriales.
De revelarse información que afecte a los mercados, un efecto dominó podría causar un daño mayor al beneficio de transparentar cierta información hurtada. Sólo habrá que esperar que la prudencia haga de Mr. Asange un Robin Hood de la transparencia, y no un delincuente de la privacidad.