viernes, 28 de noviembre de 2014

Desempleo

Se ha interpretado como muy buena noticia la última cifra de desempleo, toda vez que el 6,4% del trimestre agosto-octubre estuvo mejor que las expectativas del mercado situadas en 6,7%. Si bien hay más de cien mil personas adicionales ocupadas en relación al año anterior, un 65,7% de los nuevos ocupados del último trimestre corresponden a personas que comenzaron a trabajar por cuenta propia, por lo que no necesariamente esta buena noticia es fruto de la gestión de la autoridad. Resulta fundamental que el gobierno genere un ambiente de confianza que permita componer visiones positivas de la realidad económica, a fin de que el empresariado recupere sus fuerzas para invertir, generar proyectos y emplear. Tiendo a pensar que no ha habido un respeto suficiente con quienes han levantado este país, y que hoy están atemorizados entre tanta incertidumbre. El empresario hoy no invierte pero mantienen los niveles de empleo, como se aprecia en el número de asalariados en relación al 2013, por lo que se requiere claridades prontamente a fin de no generar despidos. Que el mercado considere valores más pesimistas en los indicadores no es otra cosa que la percepción negativa de la gestión de la economía y sus resultados, por lo que sólo en el mediano plazo y a través de otros hitos (IMACEC) podremos evaluar si la autoridad logró generar un ambiente pro mercado. Esto toma carácter de urgente en la medida que el precio del cobre continúe descendiendo.

martes, 18 de noviembre de 2014

Economía desacelerada

Cada vez sorprende menos que la economía nacional dé pruebas de su deficiente desempeño, esta vez el Banco Central indica que la economía chilena creció sólo un 0,8% durante el tercer trimestre, bajo lo esperado. Por su parte, el INACER fue en -0,8% para el trimestre julio-septiembre acumulando un -1,4% en lo que va del año para nuestra región. El escenario se complejiza en un contexto de elevado IPC, ya que se genera controversias en torno a la decisión del Banco Central y de su política monetaria: reducir la TPM en la medida que se asuma que la inflación está controlada pese al último IPC, aumentar la TPM si se considera que se está generando un escenario de alzas de precios, o bien mantenerla si se asume un término intermedio, prudencia o desconcierto. La autoridad gubernamental indicará una vez más que este momento es el punto de inflexión, que ya parece “semestre de inflexión”; o bien, que la desaceleración se debe a causas externas, razones que se conocían cuando los pronósticos apuntaban a un crecimiento 2014 de un 4%, y no de 1,8% como el vaticinio actual más consensuado. Perú responde a su situación de desaceleración con un plan pro crecimiento que incorpora la reducción de impuestos, mientras que nosotros no somos capaces de generar un clima de confianza a través de una agenda pro crecimiento, en medio de una reforma tributaria que recaudará cerca de 4.000 millones de dólares menos, debido a su efecto en la economía. Indudablemente Chile requiere varias reformas, entre ellas la tributaria y la educacional, pero no de la forma en que éstas se han estado llevando a cabo. Existe pleno desconocimiento transversal en torno a las consecuencias de la reforma tributaria, la que fue aprobada como fuente de recursos principalmente para la reforma educacional, que aún no ve la luz, ni siquiera algo de claridad. Chile está funcionando bajo el sistema de “prueba y error”: se legisla a favor del voto voluntario, y al cabo de un par de elecciones se quiere volver al sistema antiguo. A partir de aquello, ¿no será prudente cuantificar las consecuencias de las reformas actualmente en curso? ¿Están siendo responsables con el país y con sus personas? Nuestro país está viviendo una gran encrucijada: regresar a su senda de crecimiento y liderazgo fortalecido tras reformas serias y pujantes, o bien, caer en la mediocridad de hace unas décadas, con desempeños similares a los de otros países latinoamericanos. Espero que se hagan responsables.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Desalentada realidad

No es necesario ser economista o experto en la materia para describir el escenario actual de nuestra economía: basta con leer los diarios internacionales (Financial Times, The Wall Street Journal) que hablan sobre el retroceso que Chile está viviendo, o bien las aseveraciones de varios políticos (por ejemplo, el socialista Óscar Guillermo Garretón) que concuerdan en que existe un ambiente no propicio para la inversión y los negocios, o simplemente escuchar a empresarios, pequeños comerciantes, vendedores, en fin, cualquiera que trabaja o comercia puede atestiguar sobre la actual desalentada realidad. Esto finalmente se aprecia en las cifras de inversión, consumo y empleo, todas a la baja. Alarmante es que frente a los datos de IMACEC y de IPC nuevamente la autoridad económica no reconoce el problema: hay explicaciones asociadas al tipo de cambio, alzas en impuestos, y otras, pero todas ellas ya consideradas por los especialistas en las proyecciones económicas. Quien sabe al desconocerse la magnitud de los cambios tributarios, nadie logra entender realmente su alcance, lo que demostraría un desconocimiento generalizado de los efectos de las reformas que se están aprobando. Confío en la aún oportuna generación de medidas gubernamentales que construyan confianza en nuestro ambiente económico, ya que no basta publicitar en Londres o Beijing a nuestro país: el inversionista no observa sonrisas, sino los datos que nuestra economía revela. Cada día me convenzo más de que la solución pasa por decisiones no sólo en el plano de los ministerios, sino a nivel presidencial y asociado a las personas que están a cargo de la economía nacional, ya que hoy, y con urgencia, se requiere generar un clima económico y empresarial de confianza. De no actuar con prontitud, se producirán alzas importantes en los niveles de desempleo, ya augurados por algunos para 2015 y un crecimiento económico magro para los próximos años que implicará, por cierto, recaudaciones fiscales menores.

viernes, 7 de noviembre de 2014

IPC de octubre

Como un verdadero balde de agua fría se podría explicar el reciente IPC de octubre, al duplicar las expectativas del mercado situándose en un 1%, acumulando a su vez un 5,1% en los últimos 10 meses. Y lo afirmo así, no sólo porque el presupuesto de muchas familias cada mes se ve más limitado en consumo, sino que además se verá nuevamente disminuido por alzas en dividendos, aranceles, colegiaturas, etc. Por otra parte, este IPC demuestra que la economía chilena no sólo se está viendo afectada por una desaceleración en su crecimiento, sino que además por un contexto de inflación menos controlada, mezcla compleja de resolver ya que se descarta la deseada baja en la Tasa de Política Monetaria por parte del Banco Central. Prueba de lo anterior es la reacción del dólar al anunciarse este IPC. Nuevamente la autoridad económica no reconoce el problema, menos entonces lo asume, no se hace cargo, y por lo tanto el escenario futuro se aprecia cada día más incierto. Habrán explicaciones asociadas al tipo de cambio, alzas en impuestos, y otras, pero todas ellas ya consideradas por los especialistas en las proyecciones y que apuntaban a un IPC 50% más bajo. Quien sabe al desconocerse la magnitud de los cambios tributarios, nadie logra entender realmente su alcance, lo que demostraría un desconocimiento generalizado de los efectos de las reformas que se están aprobando, y que por los productos implicados afecta principalmente a quienes menos recursos tienen. Cada día me convenzo más de que la solución pasa por decisiones no sólo en el plano de los ministerios, sino a nivel presidencial y asociado a las personas que están a cargo de la economía nacional, ya que hoy, y con urgencia, se requiere generar un clima económico y empresarial de confianza. Ojalá se tomen decisiones cuanto antes.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

IMACEC de septiembre

El Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de septiembre anotó una expansión de tan sólo un 1,4% en comparación con igual mes del año anterior, noticia valorada negativamente por los actores económicos, ahora por estar bajo las expectativas del mercado situadas en torno al 2%. Nuevamente se ha dicho que este mes sí que es el punto de inflexión para la reactivación de nuestra alicaída economía, algunos dirán que esto ya suena como el cuento de “Pedrito y el lobo”, y tienen razón. Tiendo a pensar, revisando las cifras, que la inflexión tardará algo más en llegar. A esta altura, no es necesario ser economista o experto en la materia para describir el escenario actual de nuestra economía: basta con leer los diarios internacionales (Financial Times, The Wall Street Journal) que hablan sobre el retroceso que Chile está viviendo, una nueva mediocridad, o bien las aseveraciones de varios políticos de oposición o de gobierno ( por ejemplo, el socialista Óscar Guillermo Garretón y su apocalíptica frase “pertenezco a una manada política y la quiero, pero sí creo que va hacia el acantilado”) que concuerdan en que existe un ambiente no propicio para la inversión y los negocios, o simplemente conversando con empresarios, pequeños comerciantes, vendedores, en fin, cualquiera que trabaja o comercia puede atestiguar sobre su desalentada realidad. Esto finalmente lo estamos apreciando en las cifras de inversión, consumo y empleo, todas a la baja. Adicional a las medidas que el Gobierno está tomando, económicas y políticas, y que no contrarrestan la desconfianza del empresariado y de los inversionistas chilenos y extranjeros, el Banco Central podría continuar bajando la Tasa de Política Monetaria (TPM) al existir margen para ello, toda vez que los precios mínimos del petróleo – pese a las bajas semanales de tan sólo 5 pesos de la bencina – darían pie a inflaciones esperanzadoramente menores. Prueba de esta eventual decisión, es que el dólar sube en paralelo al anuncio del IMACEC, además impulsado por la baja del precio del Cobre, ya bajo la barrera de los 3 dólares, y que de seguir en esa senda implicaría escenarios nefastos para nuestro presupuesto nacional. Hoy mejor no pensemos en eso. Confío en la aún oportuna generación de medidas gubernamentales que construyan confianza en nuestro ambiente económico. De no actuar con prontitud, se producirán alzas importantes en los niveles de desempleo, ya augurados por algunos para 2015 y un crecimiento económico que implicará recaudaciones fiscales menores.

IMACEC

Otra vez el IMACEC nos sorprende de forma negativa, ahora por estar bajo las expectativas del mercado, y nuevamente se ha dicho que este mes sí que es el punto de inflexión para la reactivación de nuestra alicaída economía. A esta altura, no es necesario ser experto para describir el escenario actual de nuestra economía: basta con leer los diarios internacionales que hablan sobre el retroceso que Chile está viviendo, o bien las aseveraciones de varios políticos de oposición o de gobierno que concuerdan en que existe un ambiente no propicio para la inversión y los negocios, o simplemente conversando con empresarios, pequeños comerciantes, vendedores, en fin, con cualquiera de la calle que puede atestiguar sobre su desalentada realidad. Adicional a las medidas que el gobierno está tomando, y que no contrarrestan la desconfianza del empresariado y de los inversionistas, el Banco Central podría continuar bajando la Tasa de Política Monetaria al existir margen para ello, toda vez que los precios mínimos del petróleo – pese a las bajas semanales de tan sólo 5 pesos de la bencina – darían pie a inflaciones menores. Prueba de esta eventual decisión, es que el dólar sube en paralelo al anuncio del IMACEC, además impulsado por la baja del precio del Cobre, ya bajo la barrera de los 3 dólares, y que de seguir en esa senda implicaría escenarios nefastos para nuestro presupuesto nacional. Confío en la aún oportuna generación de medidas gubernamentales que construyan confianza en nuestro ambiente económico. De no actuar con prontitud, se producirán alzas importantes en los niveles de desempleo, ya augurados por algunos para 2015.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Desempleo

La última cifra de desempleo nacional no deja de preocupar toda vez que el escenario económico sólo permite augurar peores cifras para el 2015. No cabe duda que existen razones internacionales que están afectando la economía y su crecimiento -específicamente el bajo precio de las materias primas - que se ha traducido en mermas de crecimiento para nuestro país, pero existe además un ambiente de desconfianza generalizada por parte de inversionistas y empresarios en torno a la variedad de reformas que se están llevando a cabo. De no generar medidas pro confianza y pro crecimiento, el desempleo a nivel nacional podría sobrepasar el 8% o más, perdiendo popularidad el actual gobierno. Se requiere prontamente claridades que permitan retomar el camino de liderazgo que caracterizó al país y del cual tanto nos enorgullecimos hace algunos años. No me cabe duda que vendrán cambios gubernamentales en esta línea y que permitirán generar un clima de confianza que nos permita crecer.