viernes, 28 de abril de 2017

Reforma tributaria en Estados Unidos

En contraposición a lo que ha acontecido en Chile durante los últimos años, el Presidente de Estados Unidos ha anunciado una reforma tributaria en su país que consideraría una rebaja de impuestos a las empresas de un 35% a un 15%, y a las personas reduciendo la cantidad de tramos, y en general medidas que bajan la carga tributaria y simplifican también el sistema. Indudablemente los efectos de estas medidas serían una estimulación para la economía de Estados Unidos, resultado contrario a lo que ha acontecido en Chile con la reforma aquí llevada a cabo. En el mediano plazo, si la nueva estructura tributaria no logra financiarse pese al crecimiento adicional, esta propuesta traería consigo un déficit fiscal importante (entre 2 y 5 trillones de dólares) lo que implicaría un aumento en la tasa de política monetaria, neutralizando el efecto de la medida en el crecimiento. Chile se vería beneficiado directa e indirectamente en el corto plazo: tanto por las exportaciones que realizamos al país del norte así como las ventas de insumos que realizamos a otros países exportadores a tal mercado, como cobre a China, país proveedor de todo tipo de artículos a Estados Unidos. De no resultar la medida en el mediano plazo, y frente a un contexto en que la Reforma Federal suba la tasa de interés, se acabaría el incentivo a nuestras exportaciones y adicionalmente tendríamos una presión alcista en nuestra Tasa de Política Monetaria, afectando nuestro crecimiento.

Desempleo trimestre enero-marzo

El desempleo en Chile aumentó durante el trimestre enero-marzo alcanzando un 6,6%. Los datos indican que la economía continúa siendo incapaz de generar puestos de trabajo, por lo que muchos han tenido que inventar actividades informales y autoempleos para mantener a sus familias. La reforma tributaria representa una fuerte barrera para la contratación de más trabajadores, en cuanto exige mayor rentabilidad a las inversiones, dado que parte de ese beneficio debe estar orientado a pagar los nuevos impuestos. Uno de los sectores más afectados por tal reforma es el de la construcción, industria que genera gran cantidad de puestos de trabajo. Mientras a fines de los 90 el gobierno incentivaba al sector de la construcción con beneficios tributarios, veinte años después actuamos en sentido contrario. Sería del todo oportuno generar un paquete de medidas que apunten a revitalizar tal sector si deseamos mejorar en materia de crecimiento y empleo, dado que es absolutamente incorrecto pensar y afirmar que el foco de las medidas gubernamentales deben orientarse a mejorar sólo la calidad de vida de las personas y no el crecimiento de la economía, cuando resulta del todo lógico deducir que sin empleo una familia difícilmente puede mejorar en su calidad de vida.

jueves, 13 de abril de 2017

Recorte en la Proyección del Crecimiento 2017

Nuevamente se han ajustado a la baja las perspectivas de crecimiento, como ha sido costumbre en los últimos periodos. Pero a diferencia de los años anteriores, pienso que hoy existe mayor consenso en la ciudadanía de la necesidad que tenemos como economía de crecer. Pensar que la calidad de vida de los chilenos mejorará independiente del crecimiento es desconocer que gran parte de nuestra población posee necesidades en educación, vivienda, salud y en general de progreso en muchas variables de su vida, como alimentación y recreación. Cuando el país crece, indudablemente mejora la calidad de vida de las personas.

viernes, 7 de abril de 2017

IPC de marzo

Dentro de las expectativas del mercado se ubicó el IPC de marzo, el cual registró una variación de 0,4%. De esta forma, la inflación acumulada en los últimos doce meses es de un 2,7%, dentro del rango meta del Banco Central. La demanda interna debilitada y el tipo de cambio estable son los factores principales para augurar que difícilmente la inflación sobresalga de tal rango, por lo que es altamente probable que la Tasa de Política Monetaria (TPM) tenga recortes adicionales a los que hoy todos asumimos. Los recortes en la tasa de interés, por ejemplo, incentivarían la compra de viviendas dado que los costos de los créditos disminuirían, se agotarían inventarios, se construirían inmuebles, se contratarían más personas, se dinamizarían los créditos hipotecarios, se recaudaría más impuesto, las personas acceden a una mejor vivienda, en fin, todos los efectos positivos que el crecimiento implica. La baja en la TPM, sumado a un cambio de gobierno, y a un escenario económico internacional más favorable, corroboraría que a partir de 2018 la economía chilena debiese crecer a una tasa mayor que la del 2017.

Reducción en la jornada laboral

La reducción de la jornada laboral a 40 horas es una idea completamente alejada a la realidad nacional y descontextualizada al escenario de magro crecimiento que vivimos. Disminuir las horas de trabajo, implicará en muchos casos la contratación de más trabajadores, generándose una presión al alza sobre los salarios. Más personas y a mayores niveles de renta, implicará un ahogo en costos para las empresas, lo que produciría un aumento en los precios de algunos bienes y servicios - perjudicando a los sectores con mayores restricciones presupuestarias - o bien implicaría la cancelación de muchos proyectos de inversión, reduciendo la generación de puestos de trabajo. Además, las pequeñas y medianas empresas tenderían a cerrar, toda vez que no podrían subsistir bajo los nuevos costos. Por otra parte, dado los efectos en el mercado laboral, las empresas tenderían a sustituir personas por equipamiento o tecnología, como maquinaria más automatizada. Si esta situación se da en el actual momento de la economía, más se perjudicaría el crecimiento económico. Estoy convencido que debemos mejorar en la productividad de los trabajadores, camino que se traducirá en una mejora en las rentas, variable relevante para la calidad de vida de los chilenos. Por último, focalizar la discusión de la duración de la jornada en el tiempo que al trabajador le queda para compartir en familia, que por cierto es mínimo en las grandes ciudades, es no enfrentar el problema de fondo referido a las grandes falencias que existen en el transporte público, situación en la cual estamos en deuda. Es de esperar que las autoridades consideren la realidad del país para tomar las decisiones, toda vez que somos una economía en vías del desarrollo, que no se puede dar el lujo que sí se dan algunos de los países más desarrollados, donde la productividad del trabajador es inmensamente mayor.

miércoles, 5 de abril de 2017

Imacec de febrero

La economía se contrajo un 1,3% durante febrero en relación al mismo mes del año anterior, explicado en parte por la huelga de 43 días que realizaron los trabajadores de la Minera Escondida. Sin embargo, el IMACEC no minero aumentó tan sólo un 0,3%, por lo que no podemos asignarle a tal huelga el débil desempeño de la economía en general. Imputarle toda la responsabilidad a tal situación es desfocalizar la discusión y distraernos por un hecho puntual, desconcentrándonos del problema de fondo. En tal sentido se requiere una gestión pro crecimiento que considere por ejemplo gasto en infraestructura y concesiones, ciertos beneficios tributarios a la inversión, medidas concretas que permitan mejorar el crecimiento y los indicadores de desempleo. El contexto internacional está favorable para una economía abierta como la nuestra, y no podemos esperar un nuevo gobierno que genere certidumbres para retomar el crecimiento.

lunes, 3 de abril de 2017

IPoM

Este lunes el Banco Central ha entregado el Informe de Política Monetaria (IPoM), donde se destaca, y como ha sido tradicional para los últimos años, un recorte a las estimaciones de crecimiento, proyectando para este año sólo un 1 y 2% de variación del PIB, y algo más de un 2% para el 2018. Si el crecimiento en 2016 fue de un 1,5%, este informe corrobora que este año 2017 tendremos nuevamente una economía desacelerada, con las esperanzas en el segundo semestre cuando puede existir cierta revitalización, pero lejos de nuestro potencial, establecido por la misma institución en torno al 3%. Por otra parte, la estabilidad en el tipo de cambio real y la actividad de la economía en general permiten augurar una inflación controlada para los próximos años, en torno al 3%, levemente superior al 2,7% de 2016. En este marco, se mantendrá una política monetaria expansiva, seguramente con baja de tasa de interés. Tal impulso vía TPM, probablemente sea un catalizador menor para nuestro crecimiento, toda vez que la desaceleración se debe a los altos niveles de incertidumbre y desconfianza que poseen los inversionistas y empresarios de la gestión vigente. Por lo mismo, en un escenario externo favorable como el actual, sólo en la medida que exista relativa certeza de que el próximo gobierno se focalice en el crecimiento, la actividad económica se recuperará, como así al parecer lo han supuesto los que han impulsado el IPSA, pero ciertamente aún es muy temprano como para asegurar que tal visión económica lo tenga quien finalmente nos presida, generando aún dudas para inversiones no especulativas.