jueves, 2 de septiembre de 2010

Vocación Exportadora

Por diversas circunstancias asociadas a la recuperación de la economía mundial, el precio del dólar ha tendido a disminuir. Esta variación en el tipo de cambio se ha apreciado con mayor notoriedad en las últimas semanas, donde el precio del dólar ha llegado a estar en torno a la barrera psicológica de los 500 pesos. Es más, en los últimos días dicha barrera fue sobrepasada transándose cerca de los 495. Esta situación a ojos de muchos, representa una gran oportunidad, por ejemplo, para viajar. Otros se contentan con este precio, porque el valor de los artículos importados también debería de disminuir, aun cuando esto no necesariamente es cierto. La razón es que los precios de los productos son establecidos por el mercado, pudiendo entonces beneficiarse con la baja del dólar el importador, mas no necesariamente el cliente final.

Lo que sí está claro es que los exportadores se ven perjudicados. El precio de venta de sus productos generalmente está establecido en dólares y como la mayoría de sus costos son en pesos, la utilidad se ve mermada. La pregunta que entonces surge es si el Estado de Chile debiese intervenir, para una vez decidido lo anterior, establecer el precio en el cual se actuaría.

Como bien saben los lectores, mi postura siempre es pro mercado. Sin embargo, considero que el mercado de esta divisa es diferente, donde claramente se justifica la intervención estatal. El argumento central aquí se basa en la “vocación exportadora” de la economía chilena. Chile, bajo el punto de vista económico, se define como una economía pequeña por lo que para poder crecer necesita de la interacción con otras economías, todo esto explicado en palabras simples. Por lo mismo, la economía chilena se define, además de pequeña, como abierta, puesto que esta interacción permite acceder a productos importados de mejor calidad y precio donde nosotros no poseemos determinadas ventajas, y simultáneamente exportar productos donde claramente sí las poseemos. Prueba de esta postura son los tratados de libre comercio y variados acuerdos comerciales. Por tanto, si Chile optó por ser una economía abierta, debe potenciar su industria exportadora. No protegiéndola en extremo, pero sí al menos resguardando la base de la matriz de exportación, propio de su esencia de economía, ya que las fluctuaciones del dólar afectarían a las industrias con vaivenes que impedirían la inversión que ella requiere.

En cuanto al precio en el que el estado debería de intervenir, éste debe considerar a la economía en su conjunto. Si bien las empresas mineras podrían manejarse en torno a un dólar cercano a $430 pesos, el valor que a mi juicio debería gatillar la intervención debiese estar en los $480, valor que permite la subsistencia de empresas exportadoras de diversos rubros y tamaños, sin perjudicarlas en su inversión, ni en el empleo que generan. Velar por el cuidado del sector exportador, es resguardar a nuestra industria de los subes y bajas de la economía mundial.