lunes, 29 de noviembre de 2010

Talento Chileno

Como me llamó profundamente la atención el nombre del programa “Talento Chileno”, decidí verlo un día. En él, diferentes personas realizan muestras de diversas artes escénicas, sin una preparación profesional y desarrolladas más bien en sus tiempos de ocio, para que, supuestamente un jurado relativamente instruido, decida quién tiene cierto futuro cantando, bailando, o realizando un número de variedades. Por cierto que el programa de televisión hace recordar al antiguo “¿Cuánto vale el show?” pero en una versión 2.0, con ingredientes de reality show, copia, a pequeña escala, de Britain’s got Talent o de America’s got Talent.

Una de las pocas cosas rescatables e interesantes del programa, es que los tres jurados, al opinar, llegan al mismo lugar común: “no basta con tener talento, hay que trabajar duro y con esfuerzo cada día pero perfeccionar lo que se hace”, o frases similares. El programa tiene como premisa la existencia de talentos en personas anónimas, y que al ser descubiertas podrían desarrollarse con un esfuerzo posterior. Sin embargo, no define si los participantes nacieron con el talento, o éste fue desarrollado, al menos incipientemente y de manera doméstica por cada uno.

Un estudio de K. Anders Ericsson publicado en 2007 y titulado “The Making of an Expert” afirma que para tener éxito en alguna actividad, se requiere trabajar en ella al menos unas 10 mil horas. Vale decir, 5 años de esfuerzo a 40 horas semanales, o 10 años a 20 horas, o cualquier otra proporción. Por lo mismo, para este autor no existe el talento o genialidad natal, genética por así decirlo, sino que el talento sólo es parte del desarrollo y esfuerzo de cada uno.

Si bien su teoría es muy interesante y la prueba con diversas personas de la historia científica y artística de la humanidad, se contrapone a otros autores que señalan que las personas nacen con una predisposición hacia ciertas competencias. Esto, que podríamos definir como características innatas o aptitudes permite el destello de la vocación, del llamado, de la voz, que nuestro propio yo, inspirado, nos hace hacia determinadas actividades, actitudes y conocimientos.
Personalmente soy un convencido de que si las aptitudes o características innatas son desarrolladas y bien orientadas por un período prolongado de tiempo, los frutos serán definidos como logros de un talento o simplemente genialidad. Es decir, el talento es el resultado de una aptitud desarrollada. Prueba de lo anterior, es que un medio ambiente favorable e idéntico para el desarrollo de determinadas competencias en un grupo de hermanos, generará resultados diferentes según cada uno de ellos. Pregunto: ¿fueron talentosos en igual disciplina y proporción los hermanos de connotados genios de la ciencia y de las artes?

Por todo lo anteriormente expresado, trabajar en el desarrollo de oportunidades en una sociedad es fundamental. Prefiero no pensar cuánto talento se pierde en Chile porque no existen las condiciones para desarrollarlo. Pero tengo claro que cada día existen más y mayores oportunidades. Estoy convencido de esto.