lunes, 8 de octubre de 2007

Bienestar Físico y Económico

Muchas veces, principios básicos de la vida cotidiana, nos pueden ayudar a mejorar las finanzas domésticas. A medida que el verano se aproxima, muchos de nosotros tomamos medidas para reducir nuestro peso corporal. En ese sentido, los especialistas aconsejan que si uno quiere reducir la cantidad de grasas en su organismo, debe gastar más calorías de las que uno come, o bien, ingerir menos calorías. Por ejemplo, si se consume diariamente unas 2.000 calorías, deberá entonces gastar 2.200 a través del ejercicio, o bien, reducir la alimentación en 200 calorías sin aumentar la cantidad de ejercicios. Ese diferencial de 200 calorías, se traducirá en el mediano plazo, en una reducción significativa de su peso corporal, con todos los beneficios que eso aporta a la salud.

Simultáneamente, y en períodos de turbulencias económicas, tal como el Ministro Velasco ha definido el actual escenario económico, las familias debemos ahorrar. Para tal efecto, el mismo principio para adelgazar, lo debemos aplicar de manera inversa. Por ejemplo, si una familia tiene ingresos por $400.000, deberá entonces gastar menos, o bien aumentar su nivel de ingresos. Supongamos una reducción en su nivel de consumo de un 10%, o un aumento en igual proporción de los ingresos, sin variar el nivel de gasto, permitiría ahorrar $40.000 pesos mensuales, los que pueden ser destinados a disminuir su nivel de endeudamiento, o bien, a ser acumulados en algún instrumento de inversión como una libreta de ahorro, un depósito a plazo, o un fondo mutuo, entre muchas otras alternativas. De esta forma, la familia verá mejorada su salud financiera en el mediano plazo.

Estos meses de primavera, y con turbulencias económicas, son un buen motivo para aprender a manejar el principio del ingreso y del gasto, y así lograr un mayor bienestar económico, y un mayor bienestar físico, el que tarde o temprano también produce ahorros, por una disminución en los gastos en salud.