miércoles, 2 de diciembre de 2009

Estrategias Presidenciales

Uno podría imaginar el espectro político como la playa de Reñaca. Los electores son los bañistas, quienes se distribuyen entre el primer y quinto sector, siendo los del primer sector aquéllos con inclinación comúnmente denominada “de izquierda”, y en el quinto sector, los denominados “de derecha”. En el tercer sector se ubican los votantes “de centro”, para así en el segundo y cuarto sector los grupos intermedios pero más afines hacia la izquierda o derecha respectivamente.

Los candidatos a la presidencia, en este ejemplo, son los vendedores de helados. Si los vendedores fuesen cinco, uno en cada sector, con distribución uniforme de bañistas, todos venderían lo mismo. En la medida que un vendedor desaparezca, los compradores de helados irían donde el vendedor más cercano, luego los comerciantes que más al centro vendan, mayores oportunidades tienen de captar más clientes.

Jorge Arrate en el ejemplo sería el vendedor del extremo izquierdo de la playa, en el primer sector, mientras que Eduardo Frei se sitúa en el segundo y tercer sector, y Sebastián Piñera en el cuarto y quinto, en la derecha de la playa. Marco Enriquez-Ominami vende en todos los sectores de la playa, aunque principalmente en los tres primeros sectores.

Según todas las encuestas, habría una segunda vuelta en las elecciones presidenciales, donde una de las alternativas sería Piñera y la otra podría ser Frei o Enriquez-Ominami. Como Arrate ya no vendería sus helados en el primer sector de la playa, sus clientes deberían comprar sus helados con el vendedor más cercano, en este caso Frei o Enriquez-Ominami, aunque muchos de ellos preferirán no tomar helados ese día (votarían en blanco o nulo). Si Enriquez-Ominami pasa a segunda vuelta, muchos compradores del tercer sector preferirán comprar sus helados con Piñera mientras que si pasa Frei, los de Enriquez-Ominami comprarán donde les quede más cerca, distribuyéndose los votos entre Piñera y Frei en diferentes proporciones.

Por lo mismo, la actual estrategia se basa en trasladar el quiosco de helados hacia el centro de la playa, donde se pueda captar más compradores, con la problemática de arriesgar las ventas de los extremos por cautivar a nuevos clientes.

La Teoría de Juegos aquí aplicada, nos deja la enseñanza de que el candidato triunfador es el que gana el centro político. Para lograrlo, los postulantes deben de suavizar sus colores, mezclarlos con otros tonos, con el rojo, el verde e incluso con el rosado, con el riesgo de perder votos en los extremos, ya que, siguiendo con el ejemplo, los de ambos extremos de la playa preferirán no consumir helados que caminar hasta el tercer sector. Por esta razón, el número de votos blancos y nulos en esta elección será elevado, tanto así, como para pensar en el costo de alejarse de sus terruños políticos por hacerles caso a estrategas de mercado. La aparición de candidatos políticos con estrategia de nichos, para segmentos específicos de votantes, será el futuro de las primeras vueltas presidenciales.