jueves, 4 de agosto de 2011

Un Hotel en 15 norte

Desde hace varios años que se ha discutido sobre la construcción de un lujoso hotel en la intersección de 15 norte y la Av. San Martín, en la localización que por décadas ocupó el Sanatorio Marítimo de Viña del Mar. Hoy el terreno ya se encuentra desocupado y presto a ser utilizado en la construcción del inmueble.
Como la edificación del hotel despierta resquemores en la comunidad vecina y muchos como yo nos mostramos plenamente a favor, me permitiré argumentar mi opinión replicando cada una de los fundamentos que se han dado en contrario.
Lo indicado por muchos como el principal motivo para cancelar el proyecto, consiste en la naturaleza del inmueble y sus efectos en los conurbanos inmediatos, principalmente por ser un edificio en altura, lo que genera sombras de tarde y obstaculización de la vista al mar para los vecinos. Esto, según se ha dicho, trae asociado efectos negativos en la plusvalía del sector, lo que a mi juicio no es así, pues un hotel de estas características implican desde una arquitectura estética hasta servicios de primer nivel, lo que claramente potenciaría el sector. Sin ir más lejos, sectores como Caleta Abarca y la plaza de Viña mantienen posicionamiento turístico exclusivamente por los hoteles Sheraton y O’Higgins respectivamente. Lo mismo cabría preguntarse para el sector de la Av. Perú, pues el Hotel del Mar, y principalmente el Casino, son polos de desarrollo turístico que levantan esa área de la ciudad.
En relación a la altura del inmueble, muchas discusiones en urbanismo acontecen debido a que unos expertos prefieren un cubo vertical, como el planteado para el hotel en cuestión, mientras que otros autores optan por construcciones de tipo horizontal de menos elevación. Éstas si bien no quitan vista a los pisos en altura de los edificios colindantes, sí castigan la vista del transeúnte a nivel de la calle, perjudicando, a mi entender, de mayor forma. Por lo mismo, la opción arquitectónica planteada es la más apropiada.
Otros vecinos critican la edificación al borde del mar por razones estéticas y de maremotos. Tenemos 12 kilómetros de costa urbana, y es nuestro recurso turístico más importante según varios estudios, nuestra ventaja comparativa, por lo que debemos aprovecharla para atraer turistas. En relación a desastres naturales, de aplicar un argumento así deberíamos de desplazar la ciudad al menos medio kilómetro para el interior, lo que no es factible.
Ya contra argumentadas las razones evocadas para oponerse al proyecto, me permito apoyar las razones a favor de la construcción, basándome en la generación de empleo y de comercio asociado a los proyectos turísticos, pues la ciudad claramente posee una vocación en esta área y la Región también así lo ha definido, y el sector turismo posee únicas potencialidades, de demostrado crecimiento mundial y de agregaciones de valor en economías, tan necesarias, por cierto, en nuestra ciudad y Región. La construcción del hotel debe ser considerada como una opción de la ciudad por el turismo y el comercio.