jueves, 4 de agosto de 2011

Fin del Sobreendeudamiento

No me cabe duda que este año será recordado por los economistas como aquel donde el sobreendeudamiento tuvo fin, o al menos fue cuestionado. Para demostrar lo anterior me explayaré en dos hechos que aunque al lector pueda no encontrarlos relacionados, si tienen mucha vinculación: el caso La Polar y la crisis en Estados Unidos.
El origen del caso La Polar, radica en el otorgamiento de crédito excesivo a personas cuyos ingresos familiares no alcanzan para cubrir grandes préstamos. Si bien el crédito directo de esta multitienda, como la de otras, ha sido una oportunidad para que la clase media alcance niveles de consumo elevados, la excesiva “generosidad” de la empresa en cuestión al otorgar créditos enormes llevó a destruir el presupuesto de sus clientes, y de paso su propio negocio. Posteriormente vinieron las repactaciones unilaterales, pero el problema ya estaba: las familias no tenían ya capacidad de pago.
Ahora analizamos la economía estadounidense, bastión de la economía liberal. Las personas y familias se endeudan para consumir, y eso hace funcionar la economía, pues el ingreso ya está comprometido para el pago de deudas anteriores. Para quienes tenemos cercanía con estadounidenses o connacionales radicados allá, sabemos que ellos viven en exceso endeudados, pues todo funciona con la llamada “bicicleta financiera”, vale decir, en palabras simples, la persona se endeuda para pagar otra deuda, y así sucesivamente. A nivel de Estados Unidos (también Grecia y otras naciones hoy cuestionadas) tenemos lo mismo, es decir, una economía que gasta más de lo que gana. No nos olvidemos que los “ahorros” de Chile están en bonos del gobierno norteamericano, principalmente en dólares. Pues hoy les queda claro a los gobernantes, que no sólo es importante realizar políticas públicas, sino que éstas deben ser lo suficientemente sustentables, bajo el punto de vista económico, en el tiempo en que se requieren.
El SERNAC define al sobreendeudamiento como aquella situación en la que “los ingresos no alcanzan para pagar las necesidades básicas (servicios, vivienda, alimentación, etc.) ni los compromisos derivados de créditos o cuentas contratadas por servicios”, lo que coincide con las dos situaciones antes explicadas, pues el excesivo endeudamiento de las personas – en Chile en siete veces su sueldo – de las familias, y de los países ha traído consigo incapacidades de pago, destruyendo negocios y dañando economías.
Por tanto, si el motor de muchas familias, empresas, y países es la deuda, y ésta ha sido en exceso, las familias, las empresas y los países deben ajustar sus presupuestos, “apretarse el cinturón”, y eso traerá consigo reducciones en inversión, gasto y consumo, lo que aplicado al sistema económico mundial se traducirá en una crisis económica, con recesión norteamericana incluida. Las deudas a futuro deberían de realizarse dentro de determinados parámetros, es decir, una deuda controlada, pues claramente el sobreendeudamiento hoy nos lleva a un abismo económico, quizás el mismo de hace tres años, quizás nunca salimos de aquél.