martes, 30 de agosto de 2011

Problemas políticos y no económicos

Con extrañeza leo los reportes de las empresas chilenas, americanas y europeas. Los resultados de la mayoría de ellas son positivos, sobre todo si se comparan con el año 2010. Me informo también sobre diversos indicadores económicos de la realidad nacional y el país se ve en muy buen pie, por lo que finalmente concluyo que la economía debería tener un horizonte más bien despejado. ¿Por qué entonces los mercados bursátiles anticipan escenarios negativos? Porque en diferentes frentes no existe claridad en temas políticos y sociales.
En Europa estamos en presencia de un conjunto de gobiernos que no logran ponerse de acuerdo en diferentes temas económicos, con una gran falta de un sólido liderazgo que se traduce en dispares voluntades y medidas que no fluyen en soluciones claras. Se observan arranques y arrojos de algunos, pero no un actuar compuesto e integrado. Los países del sur, finalizando ya su verano mediterráneo, con graves problemas económicos, con altos niveles de riesgo y tasas de interés no sostenibles, donde por ejemplo Italia ha tenido nuevamente que recortar su presupuesto con las implicancias que eso tendría en su crecimiento. Noticias de eventuales quiebras de entidades financieras, de cuentas nacionales con datos falsos y cesación de pagos por parte de países serán la usanza si no logran una sinergia política.
Cruzando el atlántico, Estados Unidos se enfrenta a dos situaciones políticas complejas. Un Congreso que brindó un triste espectáculo al no permitir un aumento en el presupuesto y un año de elecciones, donde los roces de ese Congreso y el Candidato Obama harán temblar los mercados, donde eventualmente ellos son capaces de generar una recesión con tal de hacerle la vida imposible a Obama. Lamentable por un tema político se generaría una recesión innecesaria.
En nuestro país el clima político y social tampoco es el óptimo desde el punto de vista económico, ni tiene una relación con los buenos números que ha logrado el gobierno. Muchos acusan a que es este clima desfavorable el que no ha atraído inversión extranjera, pues Chile en escenarios internacionales volátiles destaca como un destino seguro y confiable. Mantengo mi hipótesis de que los conflictos actuales no han implicado aumentos de riesgos para las inversiones, mas si consideramos que el caso La Polar golpea de mayor forma la confiabilidad de nuestro sistema financiero que cualquier otro hecho. Creo, sin embargo, que el inversionista experimentado conoce muy bien la seriedad de nuestro país y le merecemos absoluta confianza.
Por lo mismo, los focos en diferentes partes del mundo nos ponen en alerta, pues no sólo necesitamos que la economía marche apropiadamente, sino que aspectos políticos y sociales sean los favorables, que garanticen un clima, un soporte, para que la economía empuje el desarrollo. Si en cualquier economía no aparecen soluciones políticas se generarán problemas económicos, y quién sabe si serán éstos los que obliguen a muchos a aunar criterios y convergencias, así como a otros a generar el liderazgo que finalmente hace tanta falta para el desarrollo.