lunes, 9 de noviembre de 2009

Sensatez Vial

Estamos convencidos de que tanto en Viña del Mar como en Valparaíso no hay donde estacionar. No sólo porque lo leemos en la prensa o se lo escuchamos a alguna autoridad pública, sino además porque cuando buscamos estacionamiento, efectivamente, cuesta encontrar uno disponible.

Hay horas y días de la semana en que la ciudad está completamente saturada. Vehículos se adueñan de un espacio a lo largo de todo el día, bloqueando una mayor rotación de usuarios. Los parquímetros, que por cierto, no son parquímetros, buscan restringir el uso del espacio, pero a tarifas que unos pueden pagar, mientras que los otros deben dejarlo “a la mala” en lugares no habilitados, o bien, utilizando espacios privados como los de los supermercados.

Entonces la solución lógica es construir más estacionamientos. Al aumentar la oferta de estacionamientos podremos seguir comprando vehículos. A futuro, quien no tiene auto será tan extraño como aquél que hoy no posee celular. Y si proyectamos la tendencia de consumo de celulares al de los automóviles, muchas personas tendrán 2 ó 3. Por lo mismo, siempre se requerirán más estacionamientos. Dichoso entonces quien los compra como inversión, aunque pobre de él cuando deba recoger la renta, uno a uno.

Como nuestras calles son estrechas, similares a las europeas, curiosamente hemos preferido comprar grandes todo terreno, 4wd o 4x4, de tipo estadounidense. Algunas de estas camionetas son tan grandes que parecen verdaderos camiones, de hecho el motor suena como tal, y difícilmente pueden adelantar a un microbus en las estrechas vías del camino a Reñaca. Al estacionar estos vehículos en un centro comercial, utilizan más de un espacio, quedando incluso el espejo lateral sobre el City Car vecino.

No me cabe duda que aunque queramos ser parte de los países desarrollados, culturalmente no lo seremos ni en el mediano plazo. Y no lo seremos porque nos es más cómodo vivir en un país subdesarrollado.

¿Acaso los países desarrollados no prefieren invertir en transporte público? ¿Cuántas veces alabamos la sincronización, puntualidad, comodidad, limpieza y otros atributos del sistema de locomoción urbana de alguna ciudad importante que hayamos visitado? Y sin embargo, continuamos fomentando el uso del automóvil y desincentivamos nuestro transporte urbano. Compramos grandes vehículos, “para sentirnos más seguros”, o para que simplemente los baches de nuestra latinoamericana calle no dañe una de las llantas.

Está bien. Ya es tarde. Deberemos construir estacionamientos subterráneos en Viña del Mar. Pobres árboles de la Plaza Colombia. ¿Cuántas palmeras se secaran de la Plaza Sucre? Pero creo que es el momento en que empecemos a ver fórmulas para mejorar el sistema de transporte público de nuestras comunas. Espero que no le pidamos ayuda a quienes lo diseñaron en Santiago.