miércoles, 18 de noviembre de 2009

Publicidad Política Vial

Letrero, letrero, letrero, palmera, letrero, letrero, perro, letrero, letrero, grifo, letrero. De la noche a la mañana nos llenamos de letreros publicitarios de candidatos. Muchos me preguntan si tiene algún efecto en los ciudadanos la publicidad política. Por supuesto que sí. Y no sólo me refiero al stress producto de la contaminación visual, sino que como comunicación de marketing tiene implicaciones en el proceso de decisión electoral.

Para que las personas marquen el voto a favor de un candidato primero deben conocerlo, es decir, deben construir una idea o imagen del postulante en función de percepciones. Unos serán honrados, otros trabajadores, otros cercanos a los adultos mayores, otros serán poco virtuosos, y así las mentes asignarán atributos a cada uno. Los candidatos que los ciudadanos no conocen, jamás son incorporados al conjunto mental de aspirantes.

De entre los candidatos conocidos cada ciudadano construye, a partir de los atributos de su preferencia, una lista o ranking entre el que más le gusta para el cargo al que postula (en este caso Presidente, Senador o Diputado) y el que menos le atrae. Es decir, desde el que más probablemente será su voto efectivo, hasta aquél en que preferiría incluso anular o dejar en blanco el voto antes de optar por él. Es considerado “indeciso” el ciudadano que aún no ha elaborado su lista mental, o simplemente no decide a quien poner en primer lugar, aún cuando ya sabe por quién no sufragaría. Mientras el elector no deposite su voto en la urna, su decisión es sólo una intención, ya que la persona puede cambiar su primera preferencia justo antes de ejercer su derecho a voto.

Entonces, ¿de qué sirve la publicidad política a los ciudadanos? Para conocer los diferentes atributos de los candidatos e inclinen su intención de voto, para que en definitiva voten por el candidato cuyos atributos concuerden con los que desean para el cargo postulado. Lo que hay que entender, es que cada medio de comunicación tendrá su fin, y serán los diarios o los sitios web los que permitan describir más las ideas de cada uno de ellos, y las radios o la televisión para observar otros aspectos que también permiten construir la percepción.

El objetivo de la publicidad política en la vía pública es sólo mantener presente a un candidato en la mente de las personas. Reforzar un nombre. Si un postulante no realiza publicidad vial no lo conocerán los que no acceden a otros medios, o quienes tenían pensado votar por él asumirán que su candidatura perdió fuerza y podrían alterar su intención de voto. Por tanto, si un aspirante llena las calles de carteles, los otros deben hacer lo mismo.

Optar por una norma legal que prohíba esta publicidad, sería sólo fomentar los rayados ilegales en los muros. Lo mejor, a mi sumiso entender, es recorrer la ciudad llena de letreros y dejar pasar estas semanas, con la precaución de no confundirse y finalmente buscar al grifo en el voto.