viernes, 9 de octubre de 2009

Inflación Post Crisis

Por cierto que el título ya es optimista, porque se apoya en la confianza, hoy más generalizada, de que la crisis está siendo historia, y descarta horizontes más pesimistas que afirman una eventual réplica a la crisis financiera durante los próximos cuatro meses. Independiente de ese funesto escenario, las economías del mundo están demostrando situaciones más favorables en materia de consumo.

Esta mejora relativa en los niveles de consumo ha implicado en ciertas economías que los inventarios de algunos productos ya se acaben, y que la producción aumente, necesitando los insumos requeridos y alentando la economía. Esto, junto a otras razones, ha implicado que países muestren disminuciones en su deflación, o cambien ya a escenarios de inflación.

La economía chilena ha expuesto un escenario deflacionario en 8 de los últimos 10 meses, para ahora obtener una inflación mensual correspondiente a septiembre de un 1%, impulsado por el alza de un 60% de los productos que conforman la extensa canasta de la muestra. Sin embargo, muchos de estos productos tienen una importancia relativamente baja, como es el caso de las “sandalias para mujer”, bien que mostró la mayor alza en su precio, y que lleva a deducir entonces, que la inflación se concentró en pocos productos, principalmente en el aumento de los precios de la energía (tarifas eléctricas y bencinas), transporte (vinculado al anterior y propio del mes de septiembre) y a los precios de los nuevos vehículos, que frente a un agotamiento temprano de los stocks disponibles, las distribuidoras automotrices eliminaron los bonos de descuento que fueron parte de sus tácticas de comercialización en crisis.

El escenario inflacionario hoy es visto positivamente. En palabras simples, frente a una deflación las familias postergan decisiones de consumo, ya que el precio de aquello a comprar disminuirá por el simple paso del tiempo, mientras que en un escenario inflacionario la situación es al revés. Si a eso se le agrega las tasas de interés muy bajas y el optimismo reflejado en los diferentes estudios de opinión, el consumo debería aumentar sustantivamente.

Esta situación, hará que tarde o temprano el Banco Central eleve la tasa de interés, como ya sucedió en Australia, cuya recuperación ha sido sorprendente apoyada en su sólido sistema financiero.

Sin embargo, la situación chilena es diferente. Las causas de la inflación de septiembre no se repetirán ni en octubre ni en noviembre, mas el precio de los combustibles está disminuyendo, por lo que se podría anticipar ambos meses con deflación. Por lo mismo, difícilmente el Banco Central aumentará la histórica tasa de 0,5%, al menos durante 2009 e incluso a lo largo del primer trimestre de 2010, esperando un aumento a un 1% para abril y así sucesivamente para finalizar 2010 con una Tasa de Política Monetaria de alrededor de 5%.

Es de esperar que esta gestión permita incentivar el consumo, la producción y el empleo, ya que es este último la peor herencia que nos está dejando la crisis.