miércoles, 10 de junio de 2009

Economía en Año Electoral

Si bien son muchas las razones que tiene una ciudadanía para mejorar o empeorar sus niveles de satisfacción con sus gobernantes, aquellos aspectos referidos a la economía tienen una importancia gravitante para un grupo importante de personas.

Pero estos aspectos los podemos dividir en dos grandes grupos, aquéllos vinculados a los indicadores de la macroeconomía nacional, y ella como parte de un todo internacional; y un segundo grupo orientado a la propia realidad que al ciudadano le toca vivir, a su situación particular.

En cuanto a los indicadores macroeconómicos, éstos se traducen en una percepción más optimista o pesimista del futuro. Las personas se informan, escuchan, leen, se enteran de lo que está sucediendo y en función de esto asume una actitud de mayor o menor ánimo con respecto al corto y mediano plazo en materia económica.

Por otra parte, el ciudadano vive, trabaja, compra, vende, tiene un negocio, se mueve en un círculo de familiares y amigos, y va concluyendo si su situación económica, y la de su entorno inmediato, es buena, regular, o “mala”.

No necesariamente una situación de crisis macroeconómica conlleva a una situación individual negativa, así como en una pujante economía existen situaciones de personas con severos problemas financieros.

Este análisis puede servirnos para entender cómo los ciudadanos reaccionan en una crisis económica frente a su intención de voto en año electoral. Se podría pensar que cuando las variables macroeconómicas son negativas y el pesimismo reina, entonces el voto se debería inclinar hacia la oposición del gobierno de turno, pero esto no necesariamente es así. Un grupo importante de personas busca ante una crisis económica la seguridad del Estado, que por cierto se identifica con el gobierno, en vez de la alternativa de oposición generalmente con un discurso asociado “al cambio”. Esto, porque frente al riesgo los votantes buscan seguridad, siempre y cuando el gobierno demuestre un manejo adecuado de la crisis.

A mi entender, la crisis económica y el adecuado manejo de ella por parte del gobierno se ha traducido en una gran oportunidad electoral para dar continuidad a la Concertación, no como fue el estrecho margen de la elección presidencial realizada en medio de la crisis asiática, donde el descontento económico, y de su mal manejo, se traducía en aceptar el riesgo del cambio. En vez de lo que sucedió en dicha crisis, hoy incluso hay voces que proclaman al Ministro de Hacienda como potencial candidato.

Sin embargo, los niveles de desempleo e inflación despiertan dudas en torno al escenario económico para diciembre. El desempleo puede aumentar y la inflación podría aparecer, fruto del aumento del precio del petróleo, lo que podría generar turbulencias severas al candidato de la concertación.

El candidato de la Alianza entonces, debería generar propuestas concretas en relación al desempleo, a fin de entregar seguridad a quienes individualmente lo estarán pasando mal, alrededor de 500.000 ciudadanos. El desempeño del gobierno y la estrategia del candidato de la Alianza buscarán convencerlos.