lunes, 10 de noviembre de 2008

Marketing y Darwin

En pocos meses más, se conmemorarán los 200 años del natalicio del biólogo británico Charles Darwin, quien con sólo 22 años se embarcó en el HMS Beagle, navegando por las costas de muchas latitudes, incluidas las chilenas. Su estadía por nuestras tierras en 1835 se narran en su libro “Viaje de un naturalista alrededor del mundo”.

De retorno en su país natal, Darwin leyó el Ensayo de Malthus, donde se afirma que la población humana crece de manera geométrica mientras que la producción de alimentos lo hace aritméticamente, de lo cual se deducía una escasez alimentaria mundial. A partir de este Ensayo, Darwin analizó las diversas poblaciones de flora y fauna que observó en su mundial viaje. Dedujo que de todos los individuos que nacen al interior de una población, sólo algunos sobreviven y se reproducen, lo que denominó como “selección natural”, explicación que servía para identificar la razón por la cual algunas especies simplemente se extinguen, en la medida que sean incapaces de adaptarse sin “descendencia con modificación”, hoy conocido simplemente como Evolución. Por tanto, la especie humana tenía su origen en los primates y no en la narración del Génesis Bíblico.

Tan revolucionaria fue su Teoría “El Origen de las Especies” que sólo la publicó 20 años después quizás por temor o por una debida cautela científica. Igualmente fue polémica, mas si faltaban las pruebas fósiles de rigor que demostrasen la transición entre el simio y el hombre, restos denominados como “el eslabón perdido”. Jamás se encontraron, ya que la ciencia determinó que ambas especies habían evolucionado de un mismo espécimen ancestral.

Su Teoría no sólo nos permite concluir que el individuo más fuerte sobrevive, sino además que la competencia es permanente, y de ella se deriva un potencial cambio evolutivo. Darwin señaló que los seres vivos evolucionamos a través de mutaciones, acontecimientos aleatorios que se producen en nuestros genes, y que se transfieren a lo largo de sucesivas generaciones. De esta forma, si la mutación es positiva permite a la especie adaptarse al medio de mejor forma, permitiendo nuevamente transmitir dicho mapa genético a las generaciones siguientes. Así entonces las especies evolucionan. Las que no logran mutar de esta forma, no evolucionan, no se adaptan y desaparecen.

Estos mismos conceptos los podemos trasladar y aplicar al mundo de los negocios. Si las empresas y sus productos no se adaptan a los cambios, por ejemplo en los gustos y preferencias, simplemente desaparecen.

En tal sentido, la investigación, el desarrollo y la innovación permiten a la empresa lograr el liderazgo frente a su competencia, o bien buscar la cooperación necesaria, para generar cambios en la oferta y/o demanda que permita dar continuidad a la empresa y a su industria.

Sin lugar a dudas, la Teoría de Darwin es aplicable a las ciencias sociales, y “El Origen de las Especies” un excelente libro de Marketing a releer en el bicentenario del natalicio de su autor.