jueves, 21 de julio de 2011

Populismos en 140 caracteres

Para muchos Twitter es una de las herramientas de comunicación más poderosas que se ha creado. Esta red social es capaz de facilitar a sus usuarios el envío de mensajes de a lo más 140 caracteres a todos quienes los siguen, permitiendo así una interconectividad alta en un tiempo reducido. Si bien es utilizada por muchos como un sustituto de otros entretenimientos, ya que utilizan el sistema como un chat de cotidianidades, otros usuarios la manejan con el fin de compartir opiniones, planificar actividades y organizar eventos de diversa índole. Debido a que es una red social abierta, permite comunicarse directamente con autoridades, artistas famosos, o quien estimes conveniente, siempre y cuando también tenga una cuenta Twitter, así como también facilita la comunicación con quienes no conoces, pero posees actividades, intereses y opiniones similares, en mi caso la economía.
Personalmente aprecié sus buenos resultados en 2010 con el terremoto. Aquella noche, gracias a la interacción que teníamos algunos con el cientista político Patricio Navia quien se encontraba en el Aeropuerto JFK de Nueva York, muchos podíamos recibir y retransmitir información durante toda esa nefasta jornada. Durante los días siguientes al sismo, Twitter sirvió como una red de contactos para ubicar a gente desaparecida o bien para conocer el estado de ciudades y pueblos del sur, pues no existía mucha comunicación dentro de nuestro territorio, muy similar a la labor de los radioaficionados.

Por otra parte, el sistema también permite masificar opiniones, cuyo objetivo es movilizar personas, grupos, masas a objetivos de carácter popular. Sin entrar en detalles de movilizaciones que a mi juicio responden a este nivel, pues no es el objetivo de esta columna, me concentro en explicar el proceso: un usuario genera una opinión en menos de 140 caracteres, y por lo mismo sin argumento alguno ni evidencia, que despierta la sana solidaridad de otro, y de ahí a varios, todos ellos generan un grupo, un pequeño movimiento social de tan sólo consonantes, vocales y espacios por no más de 140 caracteres, que facilitan la oportunidad para algún interesado en popularidad, quien recoge tal idea y la replica, ya ahora no sólo con el apoyo de un grupo de personas, sino de un “rostro” lo que hace a otros actuar y moverse para satisfacer el gusto de ellos y así quedar bien con todos.

Encuentro excelente que se satisfagan las necesidades de las personas, pero creo que Twitter no necesariamente facilita la “democracia real” como la han definido, sino que genera espacios, no sólo para que se escuchen demandas reales, sino también para que oportunismos populares nazcan. Y en este sentido, nuestro continente tiene ejemplos de sobra.

Por lo mismo, mi voz es la de alerta, para que se entienda que Twitter es una red social con limitaciones, y que los debates comunales, regionales y nacionales requieren, o mejor dicho, exigen otros escenarios, otras vías de comunicación que faciliten líneas de argumentación, igualdad de participación, y otros elementos propios de una democracia real y no virtual.