domingo, 5 de octubre de 2008

Tienes 1 Solicitud de Amistad

Hace un año atrás y a solicitud de mis alumnos abrí una cuenta en Facebook. Comencé a buscar a mis actuales amigos y los fui incorporando a mi red. Poco a poco, me empezaron a “solicitar amistad” antiguos compañeros de colegio o de universidad, ex alumnos, actuales estudiantes, familiares y personas que en mayor o menor grado he conocido a lo largo de mi vida. Descubrí que entre mis amigos existían relaciones de amistad que yo desconocía, como por ejemplo, que el novio de una amiga es el profesor de yoga de mi prima.

Agregué a toda mi familia, luego me pidieron amistad todos los Moltedo del mundo, y los Perfetti también, con los cuales he tratado de encontrar algún remoto antepasado común. Yo pensaba que mi familia era relativamente tranquila y al revisar a estos “parientes lejanos” me encontré con extraños personajes de igual apellido. Hay uno en Estados Unidos que tiene toda la cara llena de tatuajes. Quizás Mendel no tenía razón, pero Darwin sí.

Durante este tiempo me han pedido amistad algunas “personas” fuera de lo común: un perrito “no de raza” de una compañía de gas, James Bond, el viejito pascuero y el perro Lenteja. Me di el gusto de no aceptar como amigo a Bin Laden. Se me avisó “Ha rechazado la amistad de Osama”. Existe también la opción de “Eliminar Amigos”, traducción poco afortunada.

Me han llegado cientos de Aplicaciones diferentes. Hay una que supuestamente mide “¿Qué tan grande es tu cerebro?” a través de variados test de habilidad mental. Lo hice y quedé humillado detrás de 154 amigos con puntaje superior. Lo borré antes que mis alumnos lo vieran.

También he recibido variados test tales como “¿qué tipo de auto eres?”, “¿a dónde irás cuando mueras?”, “¿qué superhéroe eres?”, “¿que bandera soy?”, “¿qué personaje de la historia de Chile eres?” y “¿que plato de comida chilena soy?”. Aún ignoro en qué me parezco al Pastel de Choclo.

Mis amistades se han asociado a diferentes “Grupos”, por nombrar algunos: “Viñamarinos en Facebook”, “Amigos de Everton”, “Los que íbamos a la sala 14 (y era grosso), “¡El Príncipe Azul no existe, demandemos a Walt Disney por estafa!”, “Yo nací entre el 70 y el 79 e hice las tareas sin Internet”, y “Colecta mundial para pagarle la renta a don Ramón”.

He recibido toda clase de regalos tales como: chocolates, cafés de grano y otros más sofisticados, tragos, corbatas, abrazos, platos de comida nacional e internacional, queques, helados, plantas que crecen solas, poses de yoga, libros de autoayuda, cajitas felices, dichos chilenos e incluso figuritas de Winnie the Pooh.

Todo esto que parece tan absurdo, inútil y ridículo tiene algún sentido. Facebook se inserta en los nuevos modelos de negocio denominados “free”, es decir, que los clientes no pagan. Por lo mismo, al primer semestre de este año poseía 70 millones de usuarios, 50% de los cuales son universitarios y su segmento de mayor crecimiento es entre los mayores de 25 años. Por lo mismo, es el quinto sitio con mayor tráfico en Internet, es la aplicación con más fotos del mundo (más de 16 millones de fotos se suben al día), posee más de 60.000 redes (colegios, universidades, regiones, trabajo) y más de 30.000 aplicaciones desarrolladas por terceros.

La pregunta que todos se hacen es: ¿cuál es el negocio de Facebook? Además de la publicidad que aparece de diversas formas y otros negocios imposibles de detallar en breves palabras, la información que el sitio es capaz de reportar es inimaginable. No sólo saber cómo las personas se relacionan entre sí, sino además todos sus datos geográficos, demográficos, conductuales y sobre todo, los más complejos de averiguar mediante las técnicas de investigación de mercado, y que corresponden a la información llamada psicográfica, es decir, conocer las actividades, intereses y opiniones de todos los que son usuarios del sitio. Todos estos datos y estadísticas son muy valiosos para millones de empresas, muchas de las cuales generan aplicaciones capaces de recolectarlos.

Por último, su rápida expansión con una mirada de entretenimiento impide visualizar otra gran cantidad de negocios y usos que sólo el tiempo permitirá descubrir, y que los usuarios, que hoy mayoritariamente se divierten, no saben aprovechar, como lo es la conformación de una gran red de contactos y su correcta gestión.