lunes, 20 de octubre de 2008

En general, bien.

Cada vez que nos topamos con alguien preguntamos “cómo estás” y contestamos un simple “bien”, o derechamente afirmamos “mal”, a fin de que nos pregunten el “por qué” y así contar nuestro drama. En Montevideo, en cambio, se acostumbra a responder a la misma pregunta, con un cortés “en general, bien”. Efectivamente, si uno suma y resta sus asuntos personales, unos van por buen camino, y otros merecen más que alguna preocupación.

En materia económica, el mundo está viviendo un momento altamente complejo. Estados Unidos está actualmente en recesión a raíz de la crisis financiera, lo que quedará plasmado en los futuros indicadores que sobre el momento actual serán publicados.

Europa también está siendo afectada por la crisis financiera, de hecho algunos de sus países tendrán crecimiento negativo en 2009: Italia, Gran Bretaña, Alemania, entre otros. Podemos ver cómo el desempleo está aumentando en algunos de ellos, como es el caso de nuestra cercana España. Este continente ha centrado sus esfuerzos en un plan económico que, a diferencia del plan estadounidense, se ha concentrado en la compra de “activos sanos”, adquiriendo la propiedad de bancos importantes, lo que se ha traducido en un fuerte aumento en la confianza en sus mercados.

Por otra parte, China e India, grandes motores de la economía mundial durante el último lustro, a mi juicio lo seguirán siendo durante los meses que dure esta crisis, ya que aunque su crecimiento disminuya en algún porcentaje, sus productos líderes en costos lograrán mantenerse en los mercados, hoy exigentes de bienes a precios más módicos.

Por último, Chile está en buen pie para enfrentar la crisis financiera. Cierto es que ante una tormenta aunque tengamos paraguas igual nos mojaremos, pero nuestra situación frente a la de otros países es bastante positiva. Durante esta crisis, que recién comenzamos y que la visualizo con una duración de 30 meses, el petróleo ha caído bruscamente, lo que junto a otros factores contribuirán a una inflación menor, la que debería estar en torno al 4,7% para 2009. Esto lo notaremos como consumidores, pero también hay que reconocer que esta situación se dará en un contexto de bajo crecimiento, incluso bajo el 3% para 2009, lo que permite pronosticar que la economía será incapaz de absorber a las personas que quieren trabajar, por lo que los niveles de desocupación aumentarán sobre el 10%. También aumentarán las tasas de deudores incobrables, lo que perjudicará a empresas de variada naturaleza, entre ellas a las de retail.

Ante esta situación, lo mejor es buscar la serenidad y tomar decisiones laborales, financieras y de inversión con cautela. La economía es cíclica y vendrán, pasado el bicentenario, tiempos mejores, donde todos los indicadores vuelvan a traspasar esa confianza y tranquilidad que todos buscamos. Mientras tanto, presenciar cómo algunos indicadores son positivos y otros negativos, y así responder que estamos “en general, bien”, ya que otros países sí verán una crisis económica profunda, y quizás política, como puede ser el caso de Venezuela.