jueves, 15 de mayo de 2008

Gestión de Crisis

La existencia humana nos demuestra que las crisis son momentos o instancias de aprendizaje. Oportunidades. Todos en nuestra vida hemos pasado por vivencias autodefinidas como “situaciones límites”, que requieren de nuestra máxima atención y preocupación. Dependiendo de nuestra capacidad de reacción frente al problema, será el resultado que obtendremos, y la situación futura obtenida.

A nivel de empresas, las crisis son, sin lugar a dudas, oportunidades de crecimiento también. Una baja en las ventas, un cambio en la propiedad de la organización, algún hecho de fuerza mayor, una falla en la producción, o un problema con uno de nuestros productos con repercusión pública y, en general, cualquier hecho que produzca una necesaria y urgente reacción en términos de toma de decisiones y recursos.

Como las crisis y emergencias obedecen generalmente a situaciones ajenas a la voluntad gerencial, siempre es conveniente la planificación de las alternativas de solución en un escenario de tranquilidad y sosiego, a fin de tomar las resoluciones adecuadas y la asignación de recursos óptima, y así estar preparado cuando la crisis aparezca y lo amerite.

Relevante es verificar ante qué crisis nuestra empresa se puede ver enfrentada con el propósito de planificar las estrategias frente a ellas. Una auditoría de eventualidades que nos serviría como registro de lo que podremos enfrentar, y por tanto el punto de inicio de la planificación y de una adecuada gestión de crisis.

A nivel país, las crisis y las emergencias también acontecen, por lo que el Gobierno es el responsable de identificar las eventuales situaciones y preparar las estrategias de resolución. Obviamente, como país con fuerte restricción de recursos en relación a los desarrollados, las estrategias para enfrentar una crisis poseen una serie de restricciones económicas ajenas a las motivadas voluntades. En tal sentido, la planificación y no la improvisación cobra mayor relevancia.

En el caso de lo sucedido en Chaitén, el Gobierno ha reaccionado adecuadamente dentro de todas sus limitaciones, considerando que las operaciones que se han debido realizar son de la más variada índole y naturaleza, de alta complejidad, y algunas con eventuales pérdidas de popularidad. Cierto es que todo es perfectible, pero la real magnitud del problema y todas sus complejidades conllevan siempre a tener que decidir y optar por lo que las circunstancias del momento están requiriendo.

La lección que nos deja la crisis en Chaitén, es la de ser capaces de anticiparnos como región, provincia, comuna, empresa, comunidad de vecinos, familia, etc. a las crisis, y decidir ahora, con la tranquilidad de la serenidad cotidiana, cómo enfrentar las urgencias y emergencias que requieren y exigirán nuestra atención, sin la premura de la situación sobre nosotros.

Afirmar que en nuestras vidas no habrán crisis es evadir el futuro y sus posibilidades, inmovilizando nuestras precauciones de un futuro que aún no se escribe.