viernes, 5 de diciembre de 2014

Preguntas sobre Reforma Laboral

Se ha hablado reiteradamente por parte del Gobierno y de la Nueva Mayoría de la necesidad de hacer reformas a la legislación laboral, con el fin de potenciar la sindicalización, nivelar institucionalmente las condiciones de las relaciones laborales en la empresa, proteger los derechos fundamentales y otras ideas semejantes, sin que se hayan concretado en un proyecto en particular, por lo que no se sabe con seguridad lo que en definitiva se propondrá sobre la materia. Se habla de plazos para la presentación del proyecto, incluso se fijan fechas en que éste deberá estar aprobado, en fin, bastante ruido pero poco o nada en concreto. El actual gobierno privilegia la comunicación de magnas novedades, de grandes iniciativas, sin tenerlas ni siquiera analizadas. Da la impresión que lo importante es la reforma, y no los contenidos de la misma. Se carece de estudios serios que la deben fundamentar, y desde luego, de los efectos en otras áreas, como la económica. Por ejemplo, se ha hablado de empoderar a los sindicatos para nivelar la relación laboral y permitir negociaciones colectivas más equitativas. Para ello, la Ministra del Trabajo ha hecho referencias en términos muy generales, como son “la titularidad sindical”, “el sindicato más representativo” como sujetos únicos de la negociación, sin definir o precisar el significado de estos términos. ¿Avanzamos hacia un sindicalismo obligatorio? En tal caso, ¿dónde está el derecho fundamental de la libertad de asociación y concretamente de sindicalización? La Ministra hace alusión a una negociación a un nivel mayor, vale decir, ¿se estará declarando que se debe negociar sectorialmente? Si así fuere, ya tuvimos experiencias a fines de los años 60 y hasta 1973, con un resultado desastroso al hacer desaparecer a todas las empresas pequeñas y medianas, las que no pudieron pagar las prestaciones que las mayores tenían dentro de cada sector. Lo mismo ocurre con concebir un “piso” en cada negociación, sin que se empiece de cero en cada uno de los procesos que se llevan a cabo. Ya se tuvo una experiencia en el primer trienio de los años 80, donde se reguló como piso el contenido de la negociación anterior, pero al llevarse a cabo la segunda ronda de negociaciones, dos años después y en medio de una profunda crisis económica, ninguna de las compañías estaba en condiciones financieras para siquiera mantener lo vigente, mucho menos de aumentar los beneficios existentes. Finalmente, se modificó la ley. Por último, es oportuno preguntarse cuál es el problema fundamental que se quiere solucionar, he ahí la necesidad de una reforma: ¿generar empleos?, ¿incrementar salarios?, ¿productividad?, ¿el crecimiento del país? De ser cualquiera de estas alternativas, la reforma tiene un fin económico, y a mi juicio necesario, ya que si lo que se busca es otorgar derechos laborales por sí solos, claramente estamos ante una reforma sólo de carácter político, lo que más bien perjudica el crecimiento del país.