jueves, 15 de enero de 2009

CSI Chile

No me referiré ni a la más grande federación sindical del mundo (Confederación Sindical Internacional - CSI), ni a la agrupación separatista que lucha contra la Antigua República en la ficción de la “Guerra de las Galaxias” (Confederación de Sistemas Independientes - CSI), sino a la Crime Scene Investigation - CSI, la popular serie de televisión norteamericana.

En CSI, los detectives forenses deben realizar investigaciones que los conduzcan hacia la resolución de diferentes casos de homicidios. Tal ha sido el éxito de este programa, que existen tres versiones del mismo: CSI Las Vegas, CSI Miami y CSI Nueva York; con varias temporadas cada uno de ellos.

A fin de seguir logrando las preferencias del público, la serie cada vez contiene asesinos con características, motivos, razones y agravantes más singulares y retorcidos, pero finalmente no existe acertijo que el presupuesto ilimitado, la tecnología espacial, el instinto inequívoco no pueda dilucidar. Es que junto con disponer de la tecnología más avanzada, como la tenía su antiguo colega de ficción Batman en su momento, también poseen la habilidad innata de tener siempre el azar a favor, quebrando la impopular Ley de Murphy.

Homicidios, secuestros con muerte, cuerpos despedazados, todo lo oscuro es capaz de concentrar al equipo de investigadores que, sin tener vida personal, ni grandes cuestionamientos existenciales, resuelven todos los crímenes a medida que trascurren los capítulos de la llamada Serie de la Década, con rating en Estados Unidos superiores a los 20 millones de personas y en España a los 6 millones por capítulo, y que es transmitida por más de 60 canales en el mundo.

Al parecer, es de gusto masivo los guiones modernos de Agatha Christie. El suspenso, la sangre, y cada uno de los mórbidos descubrimientos y su investigación y deducción son atractivos para la audiencia. A tal punto, que esta serie ha generado una tendencia importante que ha producido variados otros negocios. La televisión es uno de los medios más influyente en la propensión de los mercados y por supuesto, de los nuevos negocios.

Tanto en Estados Unidos como en muchos países incluido Chile, muchos jóvenes vieron despertar su vocación por aprender criminalística, a tal punto que decidieron transformarla en su profesión. Por lo mismo, apareció variada oferta donde estudiar esta profesión con asignaturas tales como medicina forense, química, balística, toxicología, y que en Chile han tenido una compleja situación por el restringido y exclusivo campo laboral.

Pero además, esta tendencia CSI se ha traducido en el seguimiento, a través de muchos medios de comunicación, de diferentes crímenes que la realidad nacional nos ofrece, con todo tipo de coberturas, reportajes, y entrevistas, donde nos enteramos de la crueldad y barbarie de connacionales, algo así como nuestro propio CSI, ya que a diferencia de lo que vemos en la serie, aquí no es ni Las Vegas, ni Miami, ni Nueva York, son crímenes que ocurren en nuestras ciudades, en las calles y avenidas conocidas por todos.

Pronto, y quizás ya acontece, existirán programas de televisión especiales para dilucidar estos crímenes, con investigaciones pagadas por los propios programas de televisión para llegar a la verdad, un show televisivo donde seguro muchos de nuestros nuevos criminalistas tendrán un espacio como nuevos “opinólogos” del quebrantamiento del quinto mandamiento.

La exposición innecesaria de todos los detalles que rodean un homicidio, que también es un drama familiar, es producto del interés que el mercado está teniendo por estos asuntos, y que lamentablemente el sistema de medición de audiencia, y por ende de financiamiento de los medios de comunicación, fuerza a realizarlos.

Es de esperar que el mercado de los televidentes logre desarrollar el gusto por otro tipo de contenidos, o bien, que exista una fuerte autorregulación de la forma en que la industria de la comunicación enfrenta este tema, como muy bien algunos medios se plantearon ante la popular tendencia conocida como “farándula”.