miércoles, 15 de enero de 2014

Algunos desafíos de Bachelet

El contexto nacional e internacional genera algunos desafíos a la Presidenta electa Sra. Bachelet en materia económica: la agenda de reformas de su plan de gobierno; las expectativas sobre estas reformas; el escenario internacional (límites, desaceleraciones, populismos) y el problema energético, no como cortes e interrupciones del servicio, sino como contexto de escasez y de depreciación en la competitividad del tejido empresarial del país. En el ámbito de las reformas genera temor en los empresarios los posibles cambios tributarios que desmotivarían inversiones extranjeras y chilenas, perjudicando la imagen país, el empleo y el crecimiento. Empresarios de diferentes rubros y en diversos contextos así me lo han manifestado. De hecho, hace un par de semanas en una cena de camaradería con empresarios franceses todos concordaban que retirarían la totalidad de sus inversiones de Chile, de no mantenerse las condiciones económicas actuales. El aumento impositivo en 5 puntos porcentuales (de 20 a 25%) no genera tanta incomodidad, como el cambio de base retirada a base devengada (eliminando el Fondo de Utilidades Tributarias), o el aumento del IVA a inmuebles (en un 9%). Pienso que tras los primeros cien días del nuevo gobierno, deberían de haber señales claras de confianza desde la Moneda hacia el empresariado, y así creo que será, ya que indudablemente el nuevo equipo de gobierno entiende que es el crecimiento económico el camino para la superación de la pobreza, el logro del desarrollo y la manutención de los equilibrios político sociales. En ese contexto se genera un nuevo desafío para la Presidenta electa: gobernar sin defraudar. Las expectativas de la gente, los no empresarios ni inversores, son elevadas. La contención de las demandas sociales será clave para la estabilidad, y es de esperar que en la estrategia no se tenga que emplear recursos populistas, muy común en Sudamérica. Este escenario, se ve complejizado por un precio del cobre 2014 con presión a la baja, China en proceso de desaceleración controlada (o cambio en la estrategia de crecimiento), retiros de estímulos en la economía estadounidense (precaución con las tasas de interés y tipo de cambio), problemas en economías como la brasileña y la argentina, y complejidades con Perú y Bolivia, redundantes de escribir. Por último, y ajeno al cambio de gobierno y al mundo, los problemas de energía, o mejor escrito: la carencia de una estrategia país sobre el tema; la judicialización del problema y los elevados costos que afectarán la competitividad empresarial generan un gran reto para su gestión. A mi entender este será el desafío económico más complejo de solucionar para la Presidenta electa, toda vez que me muestro más optimista en su capacidad de solucionar los anteriores.