lunes, 9 de septiembre de 2013

6 y 1/2 Oriente

Me encantan los edificios y me gusta vivir en una ciudad con muchos de ellos. Dan una imagen de comuna moderna, algo más cosmopolita. Siento que son sinónimo de crecimiento, señal de vanguardia como los rascacielos en las grandes urbes. Sin embargo, hay ocasiones en que el progreso me genera nostalgia, añoranza de aquello que hubo antes del esperado desarrollo. En Viña del Mar, hemos sido testigos de cómo el desarrollo inmobiliario finalmente se desencadenó en el sector oriente de la Población Vergara. Registro en mi memoria al menos 11 proyectos en desarrollo, lo que sin duda, una vez construidos, cambiarán la fisonomía del barrio y la cultura de comunidad que allí se tiene. Me despierta especial añoranza la calle 6 1/2 oriente entre 2 y 3 norte. A diferencia del resto de las avenidas del plan de la comuna, esta cuadra se identifica porque la calle no es recta, sino que es sinuosa. A ambos lados habían casas, la mayoría muy hermosas, estilo georgiano, con antejardines, y en ellas se acostumbraba la típica vida de barrio viñamarino. Muchas familias compartieron por años en ese sector, por nombrar algunas: Droppelmann, Torres, Pierry, Perfetti, Testart, Reyno, Ossa, Gómez, Viñuela, Serrano, Norero, Hurtado, Aimone, Flores, Pastor, etc. Al ser una calle corta, de un tránsito, tenía características de pasaje ya que poseía mínima circulación motriz. Los niños jugaban a la pelota, la que a veces caía en el jardín de una casa, y cuan aventureros entraban sin problemas a buscarla. Los niños se ofrecían para lavar el auto de un vecino mayor a cambio de chocolates, iba el lechero, el cartero, la gente se saludaba de un jardín a otro. Los domingos eran plácidos, ya que por ejemplo, por alguna ventana se filtraba la ópera la que era un hermoso telón de fondo para quien tranquilamente regaba el jardín con cuidado de no dañar las flores, algunas con forma de “perrito” que los niños se encargaban de cortar. Como cualquier barrio – muy al estilo de Wisteria Lane en la serie Desperate Housewives – existían en esta calle también copuchas, rumores, secretos y mitos, existía la señora tildada de fisgona la que se asomaba tras una cortina, en fin, historias que entretenían a los vecinos, al igual que también en ocasiones se reunían con motivo de dar bienvenida a algún adelanto tecnológico: como el primer televisor, el nuevo automóvil de la calle, o la llegada del hombre a la luna. Nostalgia tiene su origen etimológico en el latín ignorare, la ignorancia del no conocimiento, del extrañar. Cada vez que como Ulises regrese a visitar ese barrio y me encuentre con los símbolos del progreso, confiaré en mi débil memoria, en mi nueva ignorancia, que me permitirá apreciar cómo la ciudad crece, se desarrolla en esperanza, y se consolida como una pequeña metrópoli.