lunes, 29 de octubre de 2007

Modelo Económico y Negociación Colectiva

En 1978, se produjo un cambio fundamental de políticas públicas, especialmente en lo económico. De una economía semi dirigida, coherente con grandes organizaciones sindicales y con negociaciones colectiva por área de producción, incluso con participación del Estado en las discusiones y acuerdos, se pasa a una nueva categorización de las organizaciones sindicales, cuya base es el sindicato de empresa.

La idea central está en que la facultad de negociar, queda radicada al interior de la empresa. Sistema opuesto a la negociación por área antes existente. En este nuevo sistema, cada empresa va a tener su propio acuerdo colectivo, acorde a las realidades financieras de cada una. Con ello, se pretende no sólo que cada empresa tenga condiciones de trabajo y de remuneración propias de su realidad, de modo que la competitividad sea amplia, pues el precio final de los productos será fijado por cada una de estas unidades económicas, independientemente de la regulación y acuerdos de la competencia.


Las modificaciones que se han realizado a la negociación colectiva durante los distintos gobiernos de la Concertación no han sido profundas, puesto que no implican un cambio en su base ideológica que lo sustenta desde 1979, no obstante que han servido la cartera del Trabajo ministros socialistas. La respuesta a la pregunta del por qué, se puede encontrar en el deseo de mantener el sistema de libre mercado, que por cierto a dado frutos en materia económica. Pensar en elevar el nivel de la negociación colectiva, implicaría que las empresas de un mismo sector nivelarán e igualarían costos de remuneración y por ende, la competitividad perdería fuerza, sobre todo en las empresas que no logran suficientes economías de escala.

Los trabajadores, sin embargo, nunca han aceptado la “atomización” de las organizaciones sindicales y de la negociación colectiva, las que al estar radicas al interior de la empresa, les hace perder poder negociador. Las movilizaciones que se han observado durante este año, con fuertes enfrentamientos y violencia, se producen como expresión de ese desacuerdo profundo de los trabajadores, quienes han llevado a los hechos, aquello que la ley no les concede: negociar por sobre las empresas, por una parte y, por otra, llegar a acuerdos con quien en definitiva percibe el fruto final de los esfuerzos del trabajo, y no los contratistas o subcontratistas.

Hoy nos encontramos en esta disyuntiva fundamental: o se abre en Chile la posibilidad de negociar colectivamente por sobre la empresa, o se mantiene en su interior. Lo fundamental es, primero, dilucidar y acordar el sistema económico que queremos y que conviene a las empresas, a los trabajadores, en el fondo al país, para luego diseñar la estructura sindical y de negociación acorde y coherente con dicho sistema económico. En tanto, resulta obvio que se lleve a cabo el diálogo social que todos aspiramos y esperamos, a fin de dar paliativos que superen los problemas más urgentes de la nación.

domingo, 28 de octubre de 2007

Inflación y Pobreza

En los últimos meses se han percibido IPC altos debido a muchos factores, y pese a que el bajo valor del dólar ha abaratado a los productos importados (como el petróleo) y a todos los bienes y servicios que utilizan materia prima extranjera. El Banco Central había proyectado una inflación cercana al 5,5%, meta difícil de alcanzar, salvo que noviembre o diciembre presenten IPC incluso negativos. Esta situación se ha traducido en que todos, de alguna u otra forma, hemos debido variar nuestra propia canasta de consumo, para no vernos afectado de sobre manera.


Sin embargo, los cambios que hemos debido realizar como consumidores, se ven notoriamente marcados por el ingreso económico de cada familia, puesto que mientras más adinerada es una persona, menos impacto ha tenido la inflación en su consumo. Esta situación, en términos simples, se produce por tres razones: un ingreso alto, permite atenuar el impacto de la inflación, debido a que la familia puede dejar de ahorrar y continuar consumiendo la misma canasta sin ningún tipo de restricciones; adicionalmente, la importancia del aumento en los precios de determinados bienes es pequeña en relación a su ingreso total; y por último, los bienes que más han subido su precio tienen una relevancia menor en su canasta, ya que adquieren una amplia gama de productos, donde sólo algunos han subido de valor. De hecho, los bienes que más han aumentado su precio, tienen una alta importancia en las canastas de las clases más pobres.


Por tal razón, el senador José García, miembro de la Comisión de Hacienda ha reflexionado que el IPC de las clases más pobres, podría ser cercano al 25%. Difícil de saber si realmente es tan alto, pero la inflación de todas maneras ha afectado a los más pobres. Esta situación debería incentivar aún más el diálogo en materia social, la que a mi juicio no debiese centrarse en establecer un salario ético en $250.000 pesos, monto que podría ser más alto o más bajo, sino en cómo la economía, es decir, el país, proporciona oportunidades para que los más pobres puedan progresar. El desarrollo económico de un país, se aprecia mejor en la igualdad de oportunidades de sus ciudadanos, y no en la concentración de la riqueza, la que no permite el fortalecimiento de la paz social, que hoy necesitamos.

viernes, 19 de octubre de 2007

Nación y Familia

En días pasados S.E. la Presidenta de la República visitó oficialmente Italia y el Vaticano, correspondiéndole una audiencia privada con el Papa. Hay que destacar las palabras de la Presidenta, la que, en representación de toda la Nación, agradeció el rol y la acción de la Iglesia Católica en Chile.

Concretamente, la Presidenta hizo presente tres aspectos importantes: en primer lugar, el agradecimiento del pueblo de Chile a la Iglesia, en la persona del Papa, por lo que ésta había hecho y hace en relación al respeto de los derechos fundamentales de las personas en nuestro país; en segundo lugar, personificar esos agradecimientos en quien destacó en esa acción, como fue el Cardenal Raúl Silva Henríquez y, finalmente, la coincidencia entre ambos dignatarios en lo referente a la defensa de la familia.

Estos no son temas menores. Por el contrario, si se los medita, cada uno de ellos tiene una relevancia trascendental. Lo primero, el dar gracias al Pontífice, en nombre de todo un país, por la acción de la Iglesia en defensa de los derechos de las personas. Si bien la Iglesia no necesita agradecimientos ni hizo o hace tal defensa de las personas para que se los agradezcan, constituye una virtud de quien realiza el acto de reconocimiento y de agradecimiento. Si lo hace una Presidente de la República a nombre de toda una Nación, más aún si no es creyente, se puede dimensionar el valor de este gesto, que si bien no era obligación, era necesario hacerlo. Agradecer es siempre bueno.

Lo segundo, valorar una persona de Iglesia, como fue el Cardenal Silva Henríquez y configurar en él ese quehacer relevante y reconocimiento de la Nación, también es un hecho a destacar y a meditar. Es un ejemplo para quienes todavía hoy tienen que trabajar en defensa de los derechos de muchas personas que no les son reconocidos, aún en el Chile de hoy.

En tercer lugar, y no por ello menos relevante, el hecho de reconocer que existe una concordancia entre el Gobierno de Chile y la Iglesia Católica en relación a la defensa de la familia no puede ser algo que deje de ser connotado. La defensa de la familia implica una serie de aspectos y áreas que deben ser analizadas más profundamente, para poder verificar que exista esa coincidencia más allá de lo discursivo. La defensa de la familia se debe traducir en el respeto a la vida, al compromiso del matrimonio, al respeto y acogida a quienes se separan, a la educación y formación valórica, entre otros aspectos fundamentales.

Esta coincidencia de pensamiento así manifestada, deberá concretarse en acciones de gobierno de la más variada índole, inclusive económicas, que efectivamente prioricen a la familia, esta cédula fundamental de la sociedad, más allá de las meras declaraciones. Podemos hablar de cómo un país y una nación progresa en lo económico, pero siempre considerando, que cualquier crecimiento en esta materia, no tiene sentido si no conlleva espacios de desarrollo que hagan de nuestra sociedad, una nación donde se privilegien los principios fundamentales que permitan un verdadero desarrollo.

lunes, 15 de octubre de 2007

Reforma Previsional

La Reforma al Sistema de Pensiones tiene por objeto que los chilenos tengan ingresos más dignos durante su vejez. Para tal efecto, se basa en tres cimientos claves: el primero, de carácter público que garantiza como derecho una pensión básica; el segundo, solidario (abolido en 1981); y el tercero, de capitalización individual, sobre el cual se agrega el Ahorro Provisional Voluntario (APV). Actualmente, la capitalización individual es de un 12,5%, esperando en el largo plazo un incremento, en relación al aumento en la esperanza de vida. Sobre estas ideas, la Reforma implica crear un Sistema de Pensiones Solidarias que permita garantizar una Pensión Básica Solidaria (PBS) del orden de los 60 mil pesos, y que irá en aumento año a año, beneficiando paulatinamente desde los que viven en extrema pobreza hasta cubrir el 60% más pobre de la población con una PBS de 200 mil pesos.


Esta PBS beneficiará principalmente a las mujeres, quienes representan alrededor de 2 de cada 3 adultos mayores, y sobre las cuales se ha planteado en aumentar de 60 a 65 años su edad de jubilación, como una forma de mejorar su situación previsional. Digo mejorar, porque las diferencias de género impiden equiparar ambas pensiones. Sabido es, que las mujeres reciben rentas inferiores a las de los hombres, acceden a trabajos con inferiores rentas, por su condición de madre y trabajadora deben salir y entrar más veces al mercado laboral, generándose “lagunas previsionales”. Si a lo anterior le agregamos una mayor esperanza de vida, las mujeres son candidatas seguras a recibir una Pensión Básica Solidaria. Para compensar las “lagunas previsionales” por maternidad, la Reforma considera un bono especial por cada hijo equivalente a 1,2 salarios mínimos.


Otros dos grupos de chilenos también serían beneficiados: los trabajadores independientes, quienes tendrán los mismos derechos y obligaciones que los dependientes; y los trabajadores jóvenes con ingresos bajo los 1,5 salarios mínimos, quienes gozarán de un subsidio para sus primeros 2 años de cotizaciones, fomentando el empleo juvenil con contratos formales.


La Reforma, además, busca mejorar la rentabilidad de los fondos de pensiones, para lo cual se permitiría a las AFP invertir en el exterior hasta en un 80%, preferentemente en Latinoamérica, promoviendo la integración, y aumentando el alicaído precio de la divisa americana, al tener que comprar dólares para poder invertir en el extranjero.


Si bien, tanto las comisiones de Hacienda y Trabajo del Senado han mostrado su total acuerdo al aspecto solidario de la Reforma, el punto que ha estado en el debate es si las AFP podrían ser filiales de Bancos, generando, para algunos, un eventual conflicto de intereses, debido a que las Instituciones Financieras podrían invertir como AFP en sus propios instrumentos de inversión, y además, concentrando demasiado la industria. De no aprobarse este punto, y Banco Estado sin poder participar en este sector, se está promoviendo la creación de una AFP estatal que apunte a generar mayor competitividad.


Todas estas mejoras permiten augurar que esta Reforma es un paso importante hacia un país más desarrollado, y hacia una sociedad más solidaria.

lunes, 8 de octubre de 2007

Dólar Bajo

El alza en la Tasa de Política Monetaria realizada por el Banco Central hace un mes, como medida para controlar la inflación, ha atraído capitales externos en cuyos orígenes dicha tasa es inferior. Junto a lo anterior, el elevado precio del cobre, del molibdeno, y otras razones largas de detallar han provocado el fortalecimiento del peso, y por ende, la baja en el precio del dólar, divisa que ha llegado a valores cercanos a $500 pesos, y no ha descendido más, porque entre otras cosas, el BancoEstado compró hace unos días atrás gran cantidad de dólares.

Si bien un dólar bajo favorece el precio de las importaciones, donde principalmente destaco el precio de los combustibles, simultáneamente merma la actividad exportadora, puesto que gran cantidad de sus costos son en pesos, costos que han aumentado debido a la inflación, y sus ingresos son en dólares, los cuales han disminuido su valor. En resumen, márgenes cada vez más reducidos. En ese sentido, el actual precio del dólar es similar al de principios de década, por tanto si consideramos el IPC durante este período, el valor nominal del dólar actual ronda los $460 pesos, lo que demuestra de mejor manera el grave problema de rentabilidad que el sector exportador está sobrellevando. No es de extrañar entonces, los reclamos de los exportadores a un rol más activo del Estado para proteger la industria, y los empleos que otorga.

Si el Banco Central disminuye su tasa a fin de elevar el precio del dólar, se dispara la inflación, si compra dólares con pesos, inyectaría más dinero a la economía, aumentando nuevamente la inflación. Entonces, ¿qué puede hacer el Banco Central? Lo contrario a lo que hizo cuando el dólar estaba alto en $750, a fines de 2002, cuando aumentó la oferta de Bonos Reajustables en Dólares. Hoy entonces se podría tomar la medida inversa. ¿Qué puede hacer el Gobierno? En términos simples, liberalizar y así incentivar inversiones chilenas en el exterior, permitiendo por ejemplo, la inversión en el extranjero de las AFP. Medidas que los exportadores, sus proveedores y trabajadores esperan con prontitud.

Bienestar Físico y Económico

Muchas veces, principios básicos de la vida cotidiana, nos pueden ayudar a mejorar las finanzas domésticas. A medida que el verano se aproxima, muchos de nosotros tomamos medidas para reducir nuestro peso corporal. En ese sentido, los especialistas aconsejan que si uno quiere reducir la cantidad de grasas en su organismo, debe gastar más calorías de las que uno come, o bien, ingerir menos calorías. Por ejemplo, si se consume diariamente unas 2.000 calorías, deberá entonces gastar 2.200 a través del ejercicio, o bien, reducir la alimentación en 200 calorías sin aumentar la cantidad de ejercicios. Ese diferencial de 200 calorías, se traducirá en el mediano plazo, en una reducción significativa de su peso corporal, con todos los beneficios que eso aporta a la salud.

Simultáneamente, y en períodos de turbulencias económicas, tal como el Ministro Velasco ha definido el actual escenario económico, las familias debemos ahorrar. Para tal efecto, el mismo principio para adelgazar, lo debemos aplicar de manera inversa. Por ejemplo, si una familia tiene ingresos por $400.000, deberá entonces gastar menos, o bien aumentar su nivel de ingresos. Supongamos una reducción en su nivel de consumo de un 10%, o un aumento en igual proporción de los ingresos, sin variar el nivel de gasto, permitiría ahorrar $40.000 pesos mensuales, los que pueden ser destinados a disminuir su nivel de endeudamiento, o bien, a ser acumulados en algún instrumento de inversión como una libreta de ahorro, un depósito a plazo, o un fondo mutuo, entre muchas otras alternativas. De esta forma, la familia verá mejorada su salud financiera en el mediano plazo.

Estos meses de primavera, y con turbulencias económicas, son un buen motivo para aprender a manejar el principio del ingreso y del gasto, y así lograr un mayor bienestar económico, y un mayor bienestar físico, el que tarde o temprano también produce ahorros, por una disminución en los gastos en salud.

viernes, 5 de octubre de 2007

Cultura de lo Desechable

Dicen que todo cambio es bueno. Pero dentro de las cosas que más stress produce en una persona, está el cambiar de casa. ¡Qué traumático es una mudanza, aún peor cuando la familia perduró por décadas en el mismo domicilio! Surge entonces la necesidad de abrir closets, bodegas, entrepisos y descubrir cosas y objetos de la más variada índole, algunos guardados con el objeto de una eventual futura utilización y otros por el recuerdo que en sí mismo significan. Aparecen por ejemplo, juguetes de personajes irreconocibles por las nuevas generaciones, libros jamás leídos, cassettes con música mal grabada, floppy disk cuyo contenido es imposible averiguar, piezas sueltas de rompecabezas, envases de rollos fotográficos que esperaban algún uso, relojes con pilas oxidadas, etc. Como que antes todo se guardaba, como que se les prolongaba la muerte, como que nada se botaba, ya que todo se podía reutilizar.

Nuestros abuelos compraban loza, manteles, cuchillería, cristalería, todo de reconocidas marcas europeas que hoy son sustituidas por piezas más modernas, de diseños minimalistas, prácticos para el microondas y el lavavajilla. Los vestidos de novias y los trajes se reutilizaban una y otra vez, gracias a la labor de modistas y sastres. Existían zapateros. Las cosas se arreglaban, no se desechaban.

Nuestros padres, lavaban y planchaban nuestros pañales, pañuelos y servilletas. Hoy preferimos lo desechable, ya que son más prácticos, higiénicos y baratos. Cuando nuestros papás cambiaban de auto, cada siete o más años, hasta la radio era desinstalada para ser parte del nuevo. Crecimos con el mismo equipo de música, el fiel refrigerador, y toda la línea blanca perduraba años. ¿Cuánto tiempo duró aquel televisor, que nos brindó mañanas de dibujos animados y “Tardes de Cine” o “Cine en su Casa”? Lo tuvimos que cambiar al pobre, porque los cables del primer VHS ya no permitían conectarlo a la antena, donde también instalamos nuestro primer Atari, que nos acompañó por años. Lo recibimos de regalo en Navidad, con un árbol de pascua y un Pesebre que nos acompañó también por años. Los adornos navideños, eran cuidados de manera extrema: las bolas de colores del árbol, eran de vidrio, por lo que había que tomar medidas extremas para resguardarlas de una Navidad a otra. Crecimos en un entorno que no variaba. Todo lo que nos acompañaba era casi eterno.

Cierto es que los tiempos han cambiado. Sabemos que ningún objeto que nos acompaña, perdurará con nosotros por mucho tiempo. Los artefactos en la cocina durarán 5 años, el televisor cada 4, nuestro auto lo cambiaremos cada 3, nuestro Laptop cada 2 y ojalá nuestro celular alcance a acompañarnos más de doce meses. Las tecnologías se reemplazan rápidamente y los costos de los productos son cada vez más bajos. Esto ha posibilitado la democratización del consumo, ya que más clases sociales pueden alcanzar bienes que antes eran prohibitivos para ellos, y el rápido reemplazo de los productos hace que uno pueda acceder a bienes con más tecnología y mayores prestaciones. Esta nueva forma de consumo, con ciclos de vida de los productos más cortos, implican un cambio en los valores del consumo: de una cultura de lo perdurable, de lo perenne, a una cultura de lo desechable, de lo caduco. El problema, es cuando los valores del consumo, son llevados a otros aspectos de nuestra vida cotidiana. La cultura de lo desechable aplicada, por ejemplo, en nuestras relaciones sociales, en nuestra familia, en todo aquello que implica algún tipo de compromiso perdurable. Como que se generalizó la cultura de lo desechable.

Así como resulta más cómodo reemplazar un refrigerador que ya tiene sus fallas, estamos desechando muchas grandes cosas de nuestra propia vida, porque ni siquiera nos esforzamos en tratar de arreglarlo. Generalizar la cultura de lo desechable, hace que no nos esforcemos por el compromiso, aquello que finalmente da razones y argumento a nuestras propias vidas. Entablar relaciones humanas bajo el punto de vista del consumo, tarde o temprano, nos llevará a sentirnos solos, en una sociedad que requiere personas plenas comprometidas con su familia, con su empresa, y con toda la comunidad en la que estamos y somos.

Presupuesto y Paz Social

Un Presupuesto es un Plan llevado a números. Por tanto permite saber qué es lo que se pretende para el futuro, y la importancia que posee cada aspecto del mismo. En tal sentido, los últimos meses del año se caracterizan en nuestro país por ser un tiempo en que el centro de la noticia económica lo constituye el Presupuesto Nacional. Y esto ocurre, debido a que por disposición constitucional, el Poder Ejecutivo debe enviar al Congreso Nacional su proyecto de Presupuesto General de la Nación, para ser debatido dentro de un plazo pre establecido y así iniciar su aplicación a comienzos del año siguiente.

El tema no es menor, ya que en dicho proyecto se definen los dineros a invertir en todo el ejercicio del año siguiente y todo el país, obviamente, tiene interés en que los proyectos de desarrollo y de crecimiento tengan financiamiento, como también, es el momento en que se define cuánto se invierte en aspectos trascendentales para la sociedad.

El propio Ministro de Hacienda ha señalado que tres son los aspectos fundamentales en que se hará un aumento de inversión o de gasto público: salud, educación y seguridad ciudadana, otorgando énfasis en lo que se ha dado en llamar “gasto social”. Debemos destacar lo positivo de este anuncio, toda vez que es plenamente coherente con el llamado que la propia Iglesia ha realizado en orden a terminar con la inequidad, con la poca adecuada distribución de la riqueza y con la desigualdad en el acceso a mejores condiciones de vida en el país. La Iglesia ha sugerido un debate y un diálogo social, en materias que inciden en el actual estado de inequidad en que muchos compatriotas se encuentran, de modo que incrementar el gasto social en el Presupuesto General de la Nación, aparece muy coherente y de acuerdo a este llamado pastoral. Incrementar la inversión en salud, aumentar el financiamiento en la educación, son dos pilares fundamentales para la obtención de los propósitos antes señalados. En lo que respecta a la seguridad ciudadana, que también es importante, se anunció un aumento en la dotación de policías y de medios que éstas deben contar para reducir la delincuencia.

Respecto a esta última materia, debemos tener en claro que la delincuencia no se supera o la seguridad ciudadana no se alcanza sólo, o exclusivamente, con una ofensiva o una actividad mayor policial, sino con la superación de las causas que la motiva, como son la cesantía, la pobreza y la falta de acceso a la educación, entre otras. De modo que el mayor énfasis deberá necesariamente darse en la derrota de las causas que provocan la delincuencia, más que en la sola represión de la misma.

En tal sentido, esperamos que el nuevo Presupuesto que se apruebe colabore con la superación de estas causas, las que sumadas a la inversión en emprendimiento e innovación, permiten un desarrollo económico nacional, basado en principios sólidos que permiten construir un país más desarrollado, y una sociedad más solidaria, puesto que el desarrollo económico es inalcanzable sin la paz social.

lunes, 1 de octubre de 2007

Moraleja Farandulera

Curioso es oír que nadie lee revistas o ve programas de televisión sobre la “farándula”. Esto, porque los medios de comunicación saben que mientras más espacio dedican a este tema, mayor será la audiencia o la lectura de ellos. Personalmente, tengo poco tiempo como para consumir este tipo de “noticias”. Sin embargo, hace unos días tomé una revista sobre “farándula” a fin de hacer tiempo en la consulta de un médico, como buen “paciente” que uno debe ser.

Leí una entrevista que le realizaron a la cantante Ana Gabriel. Muchas respuestas obvias, muchas frases sin valor agregado. Hasta que el periodista le pregunta: “¿Por qué te gusta cantar?”. Ana Gabriel respondió: “Porque me gusta sentir que me hacen cariño”. Creo que es una de las respuestas más interesantes que he leído en entrevistas a cantantes, actores, modelos, futbolistas, animadores, etc.

Efectivamente todos trabajamos por algo. Esperamos algo a cambio. En muchas ocasiones, esperamos una retribución económica a nuestra labor. Pero muchas veces, esa retribución no alcanza a cubrir nuestro esfuerzo y compromiso por lo que uno hace. Ahí es donde radica la validez de la respuesta de Ana Gabriel: muchas veces lo que un trabajador espera, es que su superior le diga que lo está haciendo bien, y que siga así, que lo felicite, que le señale que su desempeño es importante para el funcionamiento de la empresa y para el logro de los objetivos del negocio. Sentir que “nos hacen cariño”, es sentir que uno es valioso, que aporta, y desde luego que incentiva. Muchos empleadores no saben cómo motivar a sus trabajadores, desconocen cómo mejorar un adverso clima organizacional, y la respuesta es sencilla: demostrar aprecio a aquéllos que se dan por completo para que el objetivo en común se logre. El dinero motiva y no lo pongo en duda, pero el compromiso y la lealtad honesta se logran con cariño. Demostrar buen afecto, es el principio de un efectivo liderazgo.